Capitulo 26

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Capitulo 26: No soy bueno para las despedidas.

-5 Años Antes 
-La respuesta que mis padres me dieron el día de ayer, golpeó mi mente con mucha fuerza. NO pegué un ojo en toda la noche, mis lágrimas no paraban, he esquivado ha Eduard todo el día, No tengo deseos de ver a nadie, mucho menos de hablar. Al parecer toda mi familia sabía, de mi problema, y el único que estaba desinformado era el que llevaba la enfermedad, ¿Por qué no me dijeron antes? ¿Acaso no pensaban contarme nunca? ¿Yelenis y mi abuela,sabrán de mi problema?... ¿Dios por qué me haces esto? ¿Acaso existirás?. No puedo con tanto, creo que sería mejor morir, de una vez por todas, ya que la muerte siempre, me ha seguido a todos lados que voy.

—¿Donde está? —Le pregunta mi madre a mi hermano, mientras entra a la habitación.

—No ha salido en toda la noche del baño. María creo que lo mejor sería dejarlo a solas.—Respondió mi hermano con una voz muy baja.

—Ya el ha tenido mucho tiempo, a solas, ahora tendrá que salir de ahí.

—¡Jack! Se que estás ahí, voy a entrar.—Dijo mi madre con un voz muy dulce.

-al ella verme,sentado en el suelo, con mis ojos hinchados, y mis lágrimas rodando por mi rostro, Creo que se enfado, en vez de preocuparse.

—Mirate, cuando tú haz estado de esa forma.Jack  los doctores te diagnosticaron, una muerte antes que tuvieras,uso de conciencia, y les ganaste a la lógica de la ciencia. Tu eres un guerrero, ahora vas a levantarte, me mostraras la sonrisa más preciosa del mundo, y seguirás luchando,« porque de eso trata la vida, de luchar, por todo aquello que parece imposible.»—
En ese instante, me levanté, y abracé a mi madre con mucha fuerza.

—Mamá, se que nunca te lo he dicho, pero te amo.—Dije sollozando

—Tambien, te amo mi niño. Su voz es la más dulce que he podido escuchar...Luego baje a desayunar. Allí estaba mi padre con una gran sonrisa, y de pronto, Benjamín puso una canción muy alegre. Después que tome una ducha, fui a la casa de Eduard, ya que ayer cuando vino a verme, le dije de muy mala gana, que no me molestar. Al llegar a su casa lo primero que hice fue tocar el timbre. Y al abrirse la puerta, ahí estaba mi hombre.

—Piratica, ¿ya estás mejor?.— Pregunto Eduar con  un tono muy bajo y sin ánimo.

—Si, ya estoy mejor.¿ Crees que pueda pasar?. —Pregunte con una pequeña sonrisa.

—Jack por favor, hoy no me moleste, ¿crees que puedas volver a tu casa?.— Cuando el pronunció esas palabras, en mi garganta se formó un nudo.

—Vale, como desees.— No di tanta explicación, y me dirigí a la salida. Cuando ya iba a salir de aquellas rejas, Eduard agarra mi mano.

—Piratica, ¿estas loco?, no me vuelvas hacer caso en la vida, entendido.— Dijo Eduard con una voz muy alegre.

—¡¿Seras tonto?!, no sabes lo que pasa por mi cabeza, ni los problemas que tengo. Tampoco sabes porque ayer no quería hablar con nadie.—Dije casi gritando, mientras lo empujaba, con cada palabra que pronunciaba.

—Hey carma, solo quería hacerte una pequeña broma.— El me abrasó, con gran fuerza, juntando mi rostro a su pecho.

—No vuelvas a jugar de esa forma.— Dije mientras las lágrimas rodaban por mi rostro con gran facilidad.

—No llores mi pirata. El seco mis lágrimas y luego, juntamos nuestros labios.— Deberá que el es toda la terapia que necesito.Al entrar a la casa, fuimos directo a su habitación. Alli le conté todo lo que me sucedía. El lloro como un niño pequeño, luego me abrazo y me dijo.

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