CAPITULO 12

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SEOKJIN

—¿En dónde está tu nueva sombra?

Jin levantó la vista de su computadora para encontrar a Monique de pie en la puerta que daba de la cocina a la sala de estar, comía cereal seco de la caja.

Se había mantenido ocupado respondiendo correos electrónicos de potenciales clientes. Tomar cualquier proyecto importante que requiriera mucho tiempo, no sonaba particularmente atractivo en estos momentos, no cuando su mente estaba firmemente enfocada en otro tipo de desarrollos, mucho más nuevos, más emocionantes. Sin embargo, algunas solicitudes eran formas bastante sencillas de mantener su cuenta bancaria llena. Como diseñar nuevos sitios web, resolver errores en las aplicaciones de determinada empresa, etc.

—¿Jungkook? Está haciendo unos recados —Aunque, Jin no tenía idea de qué clase de recados podría tener que hacer un vampiro en una ciudad. Y Jungkook no había sido precisamente comunicativo con su respuesta.

El vampiro de Jin parecía... preocupado, esa mañana. No exactamente distante, no cuando había hecho que Jin se corriera dos veces antes del desayuno; pero sí estaba un poco nervioso, eso era seguro.

Sin embargo, ¿Quién sabría que tan repleta de pensamientos estaría la cabeza de Jungkook después de varios siglos de vida? Supuso que eventualmente lo descubriría por sí mismo.

Sonrió ante esa idea. Que raro. Tan jodidamente genial.

Monique seguía de pie en la puerta, ahora jugueteando con una de sus trenzas. —Pareces feliz —Dijo ella. Sonaba casi como una acusación.

Jin se encogió de hombros. —Siempre estoy feliz.

Monique tarareó sin comprometerse, mirándolo fijamente. —Es un tipo raro, ¿no?

Jin no tuvo que preguntar a quién se refería.

—Yo soy un poco raro, también —Señaló, tal vez un poco demasiado brusco.

—Sí, pero tu eres encantador —Le respondió Monique—. Y divertido. Y mentecato. Él es... muy intenso. Y no solo por su vestuario de "siempre metido en el personaje".

—Tú sabes que yo soy raro en otros aspectos —Jin volvió a su computadora, pensando que eso resolvería todo. Él y Monique no hablaban de eso directamente: de su "rareza". No desde el accidente de la Ex de Monique. Nunca.

Así que se sorprendió cuando Monique se sentó a su lado en el sofá, colocó la caja de cereal sobre la mesa de café antes de girarse hacia él. Respiró hondo y lo dejó salir lentamente, su método favorito para calmarse antes de una confrontación. Jin se preparó.

—No te culpo por lo que pasó —Dijo después de dar otro aliento tranquilizador.

Oh, entonces realmente estaban teniendo esta conversación. Jin deseó tener un cigarrillo a la mano. O un palillo de dientes. O un chicle, incluso. Se conformó con tamborilear su muslo con los dedos. —No pensaba que lo hicieras.

Definitivamente sí pensaba que ella lo hacía.

Monique observó el ritmo frenético de sus dedos, frunciendo un poco los labios, sin embargo, no le pidió que se detuviera. Lo conocía demasiado bien para eso. —Sé que no lo manejé bien. Yo solo... No tenía ningún sentido para mí. Ni siquiera era supersticiosa antes. En el fondo de mi mente, seguía pensando que tal vez lo habías escuchado en otro lugar primero. Como si estuvieras fingiendo que era una... una premonición.

—Te dije lo que vi antes de que sucediera —Y dada la oportunidad de hacerlo todo de nuevo, Jin no estaba seguro de sí lo haría. Había sido joven en ese momento, todavía en la escuela secundaria. Pensó que de alguna manera se lo debía a ella el decírselo, que el saberlo la ayudaría.

Mi Flor del DesiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora