parte 5.

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Karime entró al cuarto con pasos rápidos, cerrando la puerta suavemente detrás de ella. Su mente estaba llena de pensamientos contradictorios, una mezcla de emociones que no podía controlar. Gala siempre había sido una constante en su cabeza, y ahora, después de lo de Agustín, se sentía más confundida que nunca.

Se dejó caer en la cama, agotada no solo físicamente, sino emocionalmente. No pasaron muchos minutos cuando Briggite entró, notando de inmediato el estado en el que se encontraba su amiga. Se sentó a su lado y, sin decir nada al principio, solo la observó.

—¿Qué te pasa, Karime? —preguntó finalmente Briggite, con esa mezcla de curiosidad y preocupación que siempre tenía por ella.

Karime suspiró, apoyándose en los codos mientras miraba al techo, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—La odio, Briggite —soltó de repente—. La odio y la amo al mismo tiempo, ¿cómo es posible sentir algo así por alguien?

Briggite alzó una ceja, sonriendo con un toque de complicidad. Sabía que Karime llevaba semanas en esa montaña rusa de emociones con Gala, aunque rara vez lo admitía.

—Eso suena más a que la amas de verdad —dijo Briggite, mientras la rodeaba con un brazo y la atraía hacia ella para un abrazo reconfortante—. A veces, el amor duele, ya lo sabes.

Karime se apoyó en el hombro de Briggite, dejando salir un suspiro largo. La calidez del abrazo de su amiga la reconfortaba, pero no lograba despejar el nudo que sentía en su pecho.

—Es que no lo entiendo —continuó Karime, cerrando los ojos mientras hablaba—. Un día me trata bien, al siguiente actúa como si yo no existiera, y luego acepta lo de Agustín... Me confunde tanto.

—Tal vez Gala tampoco sabe lo que siente realmente —sugirió Briggite, acariciando suavemente el brazo de Karime—. No te digo que la justifiques, pero puede ser que esté tan perdida como tú.

El silencio se apoderó del cuarto por unos momentos, hasta que la puerta se abrió y Gala entró, sin haber tocado antes. Sus ojos recorrieron el cuarto hasta detenerse en la escena que tenía frente a ella: Karime y Briggite abrazadas, compartiendo un momento íntimo y de apoyo.

Gala se quedó en la puerta, sintiendo un leve nudo en la garganta, pero tratando de no mostrarlo. Karime levantó la mirada hacia ella, su rostro sin mostrar mucho de lo que realmente sentía.

—Perdón si interrumpo —dijo Gala, con una voz neutral que no revelaba mucho de lo que estaba pensando—. Solo... quería saber si todo está bien.

Karime no respondió de inmediato, simplemente se acomodó un poco más en el abrazo de Briggite, como si no tuviera mucho más que decir. El ambiente estaba cargado de tensión, y Gala lo notaba, aunque no sabía cómo romperla.

Después de las nominaciones y eliminaciones, el ambiente en la casa había cambiado, y Gala lo sentía. Estaba confundida por todo lo que le estaba pasando con Karime, y más ahora que Agustín le había confesado sus sentimientos frente a todos, empujándola a aceptar algo que no estaba segura de querer.

Esa tarde, Gala y Agustín se encontraban sentados en el jardín, alejados del resto. El sol empezaba a caer, pero el ambiente entre ellos era tenso. Agustín rompió el silencio primero.

—Gala, ahora que estamos juntos, quiero que sepas que no quiero verte cerca de Karime. No me gusta cómo se miran, ni cómo te pones cuando estás con ella. Si vamos a estar bien, tienes que mantener distancia con ella.

Gala se quedó en silencio, sintiendo un nudo formarse en su estómago. Sabía que aceptar esa relación con Agustín había sido un error, pero ahora, las palabras de él le generaban aún más presión. No podía evitar sentirse atrapada.

Rivalidad y amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora