Rivalidad y amor

Capitulo 19.

Todos estaban reunidos en la sala esperando la cena. Karime estaba sentada en un extremo del sofá, con una expresión de desánimo, mientras Gala ocupaba la otra punta, un poco molesta. La atmósfera era tensa, y Mayito, al notar el ambiente, decidió intervenir.

—¿Y ustedes qué? ¿Están enojadas o qué? —preguntó, levantando una ceja con curiosidad.

Gala, sin pensarlo dos veces, respondió con un tono juguetón pero sincero:

—Karime me negó un beso en la boca.

Agustín, que estaba sentado cerca, levantó la vista al escuchar esto, interesado por lo que estaba sucediendo entre las chicas.

Karime, sin poder evitarlo, se giró hacia Gala con una mezcla de sorpresa y diversión.

—¡Eso no es cierto! Solo estaba bromeando —dijo, tratando de quitarle peso a la situación.

Mayito se rió y dijo:

—¿Negarte un beso? ¿Y cómo se atreve? Debe ser un pecado.

Gala hizo una mueca, sintiéndose un poco más aliviada por la risa de sus compañeros, pero aún no podía evitar sentirse un poco herida.

—Lo que pasa es que me tiene en la cuerda floja —respondió, cruzando los brazos.

Karime se rió de la situación y, mirando a Gala, dijo:

—Vamos, sabes que te quiero, solo quería jugar un poco.

Agustín, que había estado observando, decidió intervenir con un comentario despreocupado.

—Chicas, ¿por qué no hacen un trato? Si Karime te niega un beso, ¡tienes que darle un abrazo en su lugar!

Gala levantó una ceja, intrigada por la idea.

—¿Un abrazo? Hmm... suena un poco mejor que nada —dijo, mirando a Karime con una sonrisa burlona.

Karime se rió y le respondió:

—Está bien, pero solo si tú también me das un abrazo a cambio.

La tensión en la sala comenzó a disiparse, y las risas comenzaron a fluir nuevamente. Las chicas sabían que al final, todo era parte de su dinámica, y aunque había momentos de celos y malentendidos, siempre volvían a reír juntas.

Briggite se sentó en la mesa, observando cómo la dinámica entre todos había cambiado desde que Agustín había llegado. No podía evitar pensar en lo extraño que era verlo tan amigable con las chicas, especialmente después de todo lo que había sucedido con Gala. Sin embargo, decidió no darle más importancia al asunto y se concentró en disfrutar de la cena con sus amigos.

Todos se reunieron en la mesa, la cena estaba servida y el ambiente era alegre. Karime, que estaba sentada al lado de Gala, tenía una mirada traviesa en su rostro. Mientras todos comenzaban a comer, Karime decidió hacer algo especial.

—Oye, Gala, ven aquí —dijo Karime, levantando un trozo de pollo con su tenedor.

Gala la miró con curiosidad.

—¿Qué pasa?

—¡Abre la boca! —dijo Karime, sonriendo de manera coqueta.

Gala, un poco sorprendida pero divertida, obedeció. Karime le metió el trozo de pollo en la boca con cuidado y le guiñó un ojo.

—¡Está delicioso! —exclamó Gala, riendo mientras masticaba.

Los demás se rieron al ver la escena, y Briggite levantó una ceja, sorprendida por la actitud juguetona de Karime.

—¿Y yo qué? ¿No me vas a dar de comer a mí? —dijo Briggite en broma.

Karime se rió y respondió: