Capitulo 16.

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Después de las risas, Gala se acercó a Karime nuevamente mientras Briggite seguía ocupada con los ingredientes.

—Oye, Karime... —dijo Gala, con un tono más bajo y una mirada un poco más intensa—. ¿Sabes que cada vez que te veo cocinando, me da ganas de probar algo... pero no precisamente la comida?

Karime soltó una risa incrédula y le dio un suave empujón.

—Ay, ya wey, ¡qué bárbara eres! —dijo, tratando de disimular una sonrisa divertida.

—No, en serio —continuó Gala, inclinándose un poco más cerca de ella—, no sé si es el delantal o el hecho de que siempre tienes algo en las manos, pero se me hace imposible no pensar en lo bien que te ves.

Briggite, quien había escuchado algo, soltó una risita detrás de ellas.

—Oigan, ya, ¿no? Que estamos cocinando aquí —dijo con una sonrisa mientras seguía cortando verdura.

Karime, siempre rápida con las respuestas, se dio la vuelta y le respondió a Gala con un guiño:

—Mira, no sé si me estás ayudando o distrayendo, pero si sigues así... la comida nunca va a estar lista, Montes.

Gala sonrió de lado, complacida por la reacción de Karime, y le respondió suavemente:

—Si así te distraes, vale la pena...

Las dos se miraron, mientras Briggite, a un lado, rodaba los ojos con una sonrisa divertida.

—¿Van a seguir coqueteando o me van a ayudar a cortar los jitomates? —interrumpió Briggite, con un tono burlón.

—Ya vamos, ya vamos —respondió Gala, aunque sin apartar la mirada de Karime, quien sonreía divertida.

Tras el pequeño intercambio de palabras, Karime, aún divertida, se enfocó en seguir cocinando, aunque no podía evitar voltear a ver a Gala cada tanto. Gala, por su parte, no perdió la oportunidad de mantenerse cerca, siempre lanzando uno que otro comentario.

—¿Sabes que te ves más bonita cuando estás concentrada? —le dijo Gala, acercándose de nuevo, esta vez pasando una mano por su espalda brevemente.

Karime soltó una carcajada y respondió en su típico estilo:

—Ay, Montes, te juro que si sigues, vas a acabar quemando la comida... ¡Y a mí también!

Briggite, que había estado observando la escena con una mezcla de diversión y exasperación, se rió de nuevo.

—Ustedes ya deberían hacer un programa aparte, de puro coqueteo culinario, porque aquí ni están ayudando ni cocinando —comentó Briggite mientras meneaba la cabeza.

—Ah, pero mira cómo sale de bien todo, ¿o no? —respondió Karime, agitando una cuchara en su mano—. Al final, nos va a quedar rico el platillo.

Gala se acercó por detrás, inclinándose cerca de Karime.

—Si no lo quemas con tanto calor que estás echando... —le susurró al oído, riéndose.

Karime se giró, riéndose a carcajadas y le lanzó un empujón juguetón a Gala.

—¡Ya! ¡Basta, Montes, que me vas a hacer perder la concentración!

Las tres se echaron a reír mientras continuaban cocinando, y la tensión entre Gala y Karime se hacía cada vez más evidente, aunque ambas parecían disfrutar el juego. Briggite, observando la situación, solo las miraba, divertida, mientras se preparaban para servir la comida.

Cuando todos se sentaron a la mesa para la cena, el ambiente se llenó de risas y conversaciones casuales. La comida que habían preparado entre Gala, Karime y Briggite estaba siendo un éxito. Karime, con su típica energía, bromeaba con todos mientras servía.

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