capitulo 8.

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Todos estaban en la sala, relajados después de un día largo. De repente, la voz de la jefa resonó por toda la casa, anunciando una nueva actividad en el jardín. Los concursantes intercambiaron miradas curiosas, preguntándose de qué se trataría esta vez.

—Concursantes, salgan al jardín inmediatamente —ordenó la jefa.

Karime fue la primera en levantarse, llena de energía como siempre, y sin pensarlo dos veces, salió corriendo hacia la puerta. Lo que nadie se esperaba era la forma en que corría, con una torpeza cómica que sacó carcajadas a todos los presentes.

—¡Mira cómo corre! —gritó Briggite, riendo sin poder contenerse.

Arath y Mayito no tardaron en unirse a las risas, señalando la forma exagerada en que Karime movía los brazos al correr.

—¡Corre como si la estuvieran persiguiendo! —agregó Arath entre risas.

Incluso Gala, que había estado más seria últimamente, no pudo evitar reírse al verla. La risa era contagiosa, y el ambiente se llenó de un buen humor que hizo que por un momento todos olvidaran los problemas entre ellos.

Karime, al escuchar las risas detrás de ella, frenó en seco y se giró con una sonrisa juguetona.

—¡Dejen de reírse, locos! —gritó entre risas, mientras se inclinaba, fingiendo estar exhausta—. ¡Así corro yo!

—¡Bueno, pues corres como si te estuviera siguiendo un ejército! —bromeó Briggite, mientras Arath asentía exageradamente.

Karime se unió a las risas, sabiendo que todos estaban bromeando, y se quedó esperando a que el resto del grupo llegara al jardín.

—Igual, llegué primero —dijo con orgullo, cruzando los brazos mientras se paraba en medio del jardín.

—Con ese estilo, claro que sí —le respondió Mayito, aún riendo.

Gala se acercó, aún con una pequeña sonrisa en los labios. La miró de reojo, sin decir nada, pero con un brillo en los ojos que delataba lo mucho que le gustaba esa faceta divertida y despreocupada de Karime.

Todos ya estaban en el jardín, esperando las indicaciones de la jefa, pero la atención seguía centrada en Karime. Las risas aún resonaban mientras ella intentaba fingir seriedad, aunque se le escapaba una sonrisa de vez en cuando.

—En serio, Karime, no puedo con tu forma de correr —dijo Briggite entre risas, dándole un empujoncito amistoso—. Es como si fueras una caricatura.

—Ya, ya, dejen de molestarme —respondió Karime, fingiendo estar ofendida, aunque no podía ocultar su buen humor—. Correré aún más gracioso la próxima vez, a ver si siguen burlándose.

Arath no dejaba pasar la oportunidad de seguir con las bromas, imitando exageradamente la carrera de Karime, levantando los brazos y moviéndolos de una forma exagerada.

—¡Así, Karime, mira! —dijo mientras corría en círculos, provocando otra oleada de risas entre los demás.

Karime lo miró con una mezcla de incredulidad y diversión, y negó con la cabeza mientras se cruzaba de brazos.

—Ya, ya... Sigan burlándose. Ya verán cuando la jefa nos haga correr en serio. A ver quién gana —dijo, intentando recuperar un poco de su orgullo.

Gala, que había estado callada observando la interacción, lanzó una carcajada más suave y se acercó a Karime, como si quisiera participar pero sin saber bien cómo.

—Bueno, si eso pasa, no me molestaría verte correr de nuevo —le dijo con una sonrisa burlona.

Karime la miró de reojo, sorprendida por el tono amigable, pero no respondió. En lugar de eso, volvió a mirar al frente, esperando las instrucciones de la jefa.

Rivalidad y amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora