Capitulo 7.

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La tensión tras la pelea seguía presente, y Gala había decidido mantener su palabra de distanciarse de Karime. Aunque había algo en ella que le dolía al hacerlo, el orgullo la impulsaba a seguir con esa decisión. Durante todo el día, evitó cualquier interacción directa con Karime, ignorando cualquier mirada o intento de contacto. Sabía que lo mejor era mantenerse lejos, aunque algo dentro de ella comenzaba a inquietarse.

Cuando llegó la hora de la cena, Gala se sentó junto a los demás, tratando de actuar como si todo estuviera bien. Sin embargo, no pudo evitar notar que Karime no estaba comiendo con ellos.

—¿Y Karime? —preguntó Arath, extrañado al no verla en la mesa.

—Dijo que no quería cenar —contestó Briggite, con una sonrisa juguetona—. Prefiere quedarse en la sala.

Gala no dijo nada, pero su estómago se revolvió al escuchar eso. Trató de concentrarse en su comida, pero no podía evitar pensar en Karime, sola en la sala. ¿Estaría bien?

Briggite se levantó poco después, excusándose con los demás y dirigiéndose hacia la sala. Al llegar, encontró a Karime recostada en el sillón, visiblemente abatida.

—Oye, ¿por qué no quieres cenar? —le preguntó Briggite mientras se sentaba a su lado, acomodándose en su pecho de manera natural.

Karime, que estaba perdida en sus pensamientos, suspiró.

—No tengo hambre... además, no me siento bien.

Briggite, siempre atenta a las emociones de Karime, la observó con curiosidad.

—¿No te sientes bien por lo que pasó con Gala?

Karime miró hacia otro lado, tratando de evitar la pregunta.

—No sé, solo... todo esto es demasiado —respondió en voz baja, mientras pasaba una mano por el cabello de Briggite—. Gala y yo simplemente no podemos llevarnos bien. Cada vez que trato de estar cerca, ella se aleja, y cuando decido alejarme, entonces parece que quiere acercarse. No entiendo nada.

Briggite, que siempre había sido más perceptiva de lo que parecía, sonrió ligeramente mientras se acurrucaba más en el pecho de Karime.

—Puede que Gala tampoco entienda lo que está sintiendo. Tal vez todo esto sea una gran confusión para ella —dijo suavemente, mirando de reojo hacia la dirección de la mesa donde todos seguían cenando.

Karime cerró los ojos, tratando de relajarse, pero su mente seguía enredada en los pensamientos de Gala. No podía negar que, a pesar de la distancia y las peleas, algo la atraía hacia ella. Era como una lucha constante entre lo que quería y lo que pensaba que era lo correcto.

Mientras Briggite se acomodaba, Gala, desde la mesa, observaba la escena con una mezcla de celos y frustración. Ver a Briggite tan cerca de Karime le provocaba una incomodidad que no podía explicar, y aunque sabía que no tenía derecho a sentirse así después de haberle dado su palabra a Agustín, algo dentro de ella quería estar en el lugar de Briggite.

Pero por ahora, Gala permaneció en su sitio, intentando reprimir esos sentimientos que poco a poco comenzaban a pesar más que su orgullo.

Briggite, siempre bromista y buscando maneras de divertir a los demás, decidió ir un paso más allá esta vez. Mientras estaba recostada con Karime en el sillón, la miró con una sonrisa juguetona. Karime, que ya estaba relajada, no se imaginaba lo que estaba por venir. De repente, Briggite se inclinó rápidamente y le robó un beso... ¡en la boca!

Karime abrió los ojos sorprendida, incapaz de reaccionar al principio.

—¡Briggite! —exclamó después de unos segundos, apartándose rápidamente y llevando una mano a su boca—. ¡Me robaste un beso!

Rivalidad y amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora