13

6 1 0
                                        

Me vestí con unos pantalones vaqueros negros, un top de tirantes rojo, una chaqueta de cuero negra por encima y unas botas cómodas. Me hice una trenza para llevar el pelo recogido, y ya estaba lista. Le pedí a Daphne que no le contara a Noa que había vuelto al laboratorio, que simplemente le dijera que habíamos ido a por comida. No sabía cuando iba a volver, pero no quería preocuparla. Nos montamos en las camionetas e iniciamos el trayecto. Esta vez paramos en la ciudad destruida en la que nos escondimos cuando escapamos. Empezamos a buscar, no sabíamos el que, mas buscamos por todas partes. Comida, documentos, armas... Cualquier cosa que nos fuera útil, pero solo encontramos un par de latas de guisantes.

Descansamos un poco y retomamos el trayecto. Se hizo más largo que el anterior, pero supongo que sería porque no me quede dormida como la última vez. Pensamos en un plan, y en otro, y otro, pero ninguno funcionaría.

—Dormimos a los guardias de fuera con tranquilizantes, Pol y Richard cogen sus trajes y tarjetas, y se hacen pasar por ellos. Wendy hace sonar la alarma de la entrada principal, haciendo que todos los guardias se dirijan allí, menos vosotros. Yo voy directo a la sala de vigilancia, en la cual apago todas las cámaras y bloqueó las puertas de salida del pasillo principal, dejando encerrados a todos los guardias. Así, vosotros tendréis vía libre para buscar a Tatiana —sugirió Adam.

—Pues podría funcionar —opinó Nico.

(Run This Town - JAY-Z, Rihanna, Kayne West)

Ya teníamos plan. Había muchas cosas que podían salir mal, el plan era peligroso, pero no se nos ocurría nada mejor. Al llegar repasamos el plan, y nos pusimos a ello.

Richard y Pol se escondieron a lo lejos de la entrada principal y desde allí dispararon unos tranquilizantes a los tres guardias que vigilaban la entrada, dejándolos inconscientes en el suelo. Los llevaron a una esquina y les cambiaron la ropa a dos de ellos. Después los ataron a un árbol apartado del laboratorio y los dejaron allí. Entraron con sus tarjetas, y con mucha suerte, los guardias del pasillo principal no se fijaron en quienes eran, o quizá, había tantos guardias en todo el laboratorio, que pensaron que serían unos nuevos o que no los conocían aún. Pero eso no importa, la cuestión es que lograron entrar. Wendy activó la alarma en el momento exacto, haciendo que todos los guardias se dirigieran corriendo a la entrada principal. Pol y Richard aprovecharon y vinieron corriendo a la entrada trasera, pero se encontraron con otros dos guardias, vigilando el paso.

—No nos quedan muchas balas, deberíais ir vosotros a la entrada principal, os necesitaran —les intentó engañar Richard.

—Si, nosotros nos quedamos vigilando esta —le ayudó Pol.

Convencieron a los guardias y se fueron, sin sospechar nada. Abrieron la puerta y entramos corriendo. Mérida y Broody se quedaron fuera con Wendy, ya que no conocían el laboratorio tan bien como nosotros, y era más seguro que no entraran. Adam fue lo más rápido posible a la sala de vigilancia. Lo que más le costó fue entrar sin que se enteraran y después dormirlos con tranquilizantes, pero lo demás lo hizo fácilmente.

Una vez el pasillo central estaba bloqueado, comprobó por las cámaras que no hubiera nadie por los pasillos y volvió a reunirse con nosotros para ir en busca de Tatiana. Subimos al piso de arriba, donde solían hacer las pruebas diarias y las operaciones. Buscamos por toda la planta, pero no la encontramos, aunque si encontramos a otra persona inesperada.

Vimos de lejos a Maria, la doctora que solía hacerme las pruebas. Estaba rebuscando por los papeles de una oficina, estresada. Nos acercamos sin hacer ruido a ella, cogí la pistola con una mano y le apunté a la nuca.

—Ni se te ocurra moverte —le advertí.

Solía tener mucho aprecio y respeto hacia ella, pero después de todo, solo sentía rabia. Se dio la vuelta muy lentamente, y cuando nos vio a los cinco, se quedó boquiabierta.

—¿Amelia?

—Hola otra vez.

—Pensaba que estabais muertos... —ella seguía sin procesar lo que estaba pasando.

—Ojala tu lo estuvieras, hipócrita.

—¿Dónde está, Maria? —Nico quiso ir al grano.

—¿Quien?

—No te hagas la tonta, ya sabes a lo que nos referimos —le dijo Cam, pero ella seguía sin entender a lo que nos referíamos —Tatiana.

—Ah, con que venís por la pelinegra... Pues siento decepcionaros pero...

—Ya nos has decepcionado, tranquila —interrumpí.

—Ella no está aquí.

—¿Y dónde está? —preguntó Daniel.

—No lo se.

Acerqué más la pistola a su frente, pero ella no parecía intimidada.

—Dinos dónde está, o te vuelo la cabeza —le amenacé, cuando vi que no ponía mucho por su parte.

—No te atreverías.

—Oh, ya te digo yo que sí —me apoyó Cam.

—Y tendría muchas razones para hacerlo —añadió Daniel.

El miedo invadió sus ojos, y vimos que la estábamos empezando a convencer.

—Te lo pregunto por última vez, ¿dónde está Tatiana?

—Está bien, puede que sepa dónde está —cedió, después de pensárselo mucho —. Está en la Área 9, en la Sede Central.

—¿Qué es el Área 9? —preguntó Nico.

—Verás, todos los operados viven en diferentes áreas, pero nadie puede salir de allí. En la Área 9 se encuentra la Sede Central, que es donde controlan todo el sistema de los laboratorios, seguramente tendrán a vuestra amiga allí.

—¿Y cómo llegamos a esa área?

Nos dio un mapa digital, el cual no habíamos visto nunca ya que era nueva tecnología, y nos indicó como llegar, pero sería un viaje largo. Nos dio otro mapa de la área, y nos dijo como entrar sin que nos pillaran.

Justo cuando estábamos a punto de irnos para reunirnos con los demás, Maria nos detuvo.

—Chicos, se que pensáis que sabéis muy bien lo que hacéis, pero siento deciros que no es así. No sabéis lo que pasa allí dentro, ni siquiera sabéis lo que realmente está pasando en el mundo.

—¿Y qué es lo que realmente pasa? —preguntó Adam.

—No tengo tiempo para contároslo, solo os puedo decir que todo esto es una mentira.

—Eso ya lo sabemos.

—Pero la mentira va mucho más allá de lo que vosotros pensáis, mucho más de lo que os podéis imaginar. Estamos viviendo en un mundo de mentiras.

Sin hacer mucho caso a lo que nos decía dimos media vuelta y nos largamos por donde vinimos. Quise darle las gracias, pero pensaba que no se las merecía. Por otro lado, pensaba que al fin y al cabo nos había ayudado con esto, pero decidí no mirar atrás y seguir con los demás.

Nos reunimos con Pol y Richard en la puerta, al parecer, todo había salido bien. Fuimos a la camioneta y le dimos el mapa digital, y fuimos rumbo a la Área 9. De camino a salvar a Tatiana, de camino a desenmascarar a los mentirosos.

Countdown To The EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora