Cuando me desperté no había nadie en la tienda, todos se habían ido. Ni siquiera estaba Cameron, no sabia como, pero se había escapado de mis brazos sin despertarme. Mire el reloj viejo que nos dejaron el día anterior y eran las doce de la mañana. Me cambié y fui al lago dando un paseo. Me lave la cara con el agua fría para despertarme y que se me fuera el hinchazón de los ojos. Volví con tranquilidad, sin ninguna prisa, pero en el camino me encontré a Nico alterado.
—¿Dónde te habías metido?
—Estaba en el lago. ¿Ocurre algo?
—Tienes que venir a escuchar esto, rápido.
Cogió el camino y se largó por donde había venido, mientras yo le seguía corriendo por detrás. Al llegar había muchísima gente en un círculo, apelotonados. Nico empezó a colarse y a pasar entre la gente hasta llegar a donde empezaba el corro, y yo hice lo mismo. Los chicos y Richard estaban pegados a una radio, que no se como, habían conseguido que funcionara.
—¿Qué pasa? —pregunte, sin entender nada.
Nico me cogió del brazo y me acerco a la radio. Puse la oreja cerca para escuchar mejor lo que decían.
"El Gobierno les da el permiso al grupo de científicos de los Laboratorios de Protección de Menores para empezar a implantar los microchips a una edad más temprana. Según nos cuenta la Jefa de Estudio han añadido una nueva actualización en los chips, lo que hace que sean menos peligrosos. Por esto, de ahora en adelante los microchips se implantaran a los doce años de edad..."
Me quedé boquiabierta y con los ojos como platos. Los chicos me miraron preocupados, sabiendo que mi hermana iba a cumplir doce años en unas semanas. Me di la vuelta y salí del montón, empujando a todo el que se me ponía en medio. Necesitaba aire. No sabia que hacer, no podía dejar que controlarán a mi hermana, pero tampoco sabía cómo impedirlo.
—Tenemos que ir a por ella —les dije a los chicos cuando se acercaron a mi.
—Lia, no podemos... —intentó aclararme las ideas Adam, pero yo estaba metida en mi bucle.
—¡No! Tenemos que ir a por ella. Me prometisteis que cuando saliéramos de ese sitio y encontrásemos un lugar seguro en el que quedarnos buscaríamos la forma de sacarla. Bien, pues ya hemos salido y ya estamos en un lugar seguro. Si esperamos más, no sé lo que harán con ella.
—No podéis salir de aquí, Amelia. Habrá cientos de patrullas buscándoos.
—Iremos con cuidado... No podemos dejarla, me lo prometiste —dije mirando a Cam.
Él fue el que me agarró de los hombros, me miró a los ojos y me juro que volveríamos en busca de Noa. Se tomó unos segundos para pensar y suspiro.
—Está bien, iremos. Pero sin que nos vean, porque como nos pillen a alguno sin el chip...
—Pueden aniquilarnos —parecía que Daniel estaba de acuerdo, y los demás también.
Miramos a Richard para ver que opinaba.
—Está bien, pero iremos mañana por la madrugada. El viaje es largo, así que tendremos que ir con tiempo. Y no vais a ir vosotros solos. Necesitáis que os guardemos las espaldas.
Richard habló con mucha gente del refugio, los más fuertes, los más rápidos, los más inteligentes. Reunió a todos los que creía necesarios, pero al presentárnoslos faltó Tatiana.
—¿Dónde está tu hermana, Broody? —le preguntó Cam.
—Mi hermana no va a venir.
—¿Cómo que no? Tiene que venir, la necesitamos. Iré a hablar con ella.

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Countdown To The End
Science FictionEn un futuro distópico, donde el fin del mundo se aproxima, el Gobierno inventa una solución para evitar los daños e infecciones que el cambio climático pueda causar en los humanos. Estos son unos microchips neurológicos. Desgraciadamente, a los men...