002 | heartbeats at monza

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treinta de agosto

agustina's pov

el ruido de los motores se sentía en el aire antes de llegar al circuito. monza, la catedral de la velocidad, me estaba esperando. desde que bajé del avión en milán, no paraba de estar nerviosa. todo lo que había soñado desde chica se hacía realidad, y no podía evitar sentir una mezcla de emoción y ansiedad. miraba por la ventana del auto que nos llevaba al circuito, las calles italianas pasaban rápido mientras me preparaba mentalmente.

—¿estás lista para esto?— preguntó biza desde el asiento del acompañante, sonriendo con complicidad.

—nunca estuve más lista para algo en mi vida— le respondí, tratando de no dejar que los nervios me dominaran. pero, la verdad, mi corazón latía como un motor rugiendo.

el autodromo nazionale monza se veía impresionante cuando llegamos, y la energía del lugar era contagiosa. la gente corría de un lado a otro, los equipos laburando en los garajes, los fans con sus camisetas y banderas ondeando. (aunque para ser sinceros, el 90% de la gente que estaba ahí era argentina. gente con remeras de boca, river, banderas con la cara de franco, etc. ferrari se iba a sentir visitante.)

todo era como lo había imaginado, pero mucho más grande y real.

caminé hacia el área de prensa, ajustándome el auricular y revisando mi libreta de preguntas. era mi primer día cubriendo la fórmula 1 para espn, y no era cualquier carrera. era el debut de franco colapinto, el primer piloto argentino en la f1 en más de dos décadas. y yo tendría el honor de entrevistarlo.

mientras facu me seguía con su cámara, recorrimos el paddock hasta encontrar a colapinto. vestido con su traje de williams, estaba hablando con un ingeniero cuando me vio. su rostro se iluminó al reconocerme.

—¿Hola? ¿Cómo estás, Agustina? —dijo acercándose con una sonrisa que, honestamente, me molestó un poco. Era tan... natural, tan de "aca mando yo". Me dio un beso en la mejilla, como hacemos los argentinos.

—Sí, soy yo. Un placer conocerte, Franco. ¡Felicidades por tu debut! —le respondí mientras acomodaba el micrófono.

—Gracias, no puedo creer que esté acá. Monza, F1... es un sueño hecho realidad —dijo, mirando a su alrededor como asimilando todo. Le vi sonreír de nuevo, y no pude evitar pensar que había algo arrogante en esa sonrisa.

Nos fuimos a una zona más tranquila del paddock para hacer la entrevista. El equipo de ESPN se preparó rápido, y en minutos estábamos listos. Le hice una señal al camarógrafo y comenzamos.

—Franco, contame cómo fue recibir la noticia de que debutarías en Monza. Debe haber sido increíble —le pregunté, ajustando mi postura profesional.

—Increíble es poco —respondió con una sonrisa casi despectiva—. Monza tiene una historia única. Desde que supe que iba a correr acá, me enfoqué en prepararme para estar a la altura. Ser el primer argentino en tantos años lo hace aún más especial. No pienso desaprovechar esta oportunidad.

Su calma me sorprendió. Cualquier otro estaría lleno de nervios, pero Colapinto parecía disfrutar de cada segundo.

—Y competir contra leyendas como Hamilton y Verstappen... ¿cómo te sentís? —pregunté, mientras notaba que Gonzalo, desde atrás, me hacía señales de que todo iba perfecto.

—Es intimidante, no te voy a mentir —admitió, soltando una risa nerviosa que, sinceramente, sonaba más falsa que auténtica—. Pero también es una oportunidad para aprender. Estos tipos llevan años en la F1, y estar ahí con ellos es una forma de medirme. Quiero absorber todo y, quién sabe, tal vez sorprender a más de uno. Además, con toda la hinchada argentina que hay acá, intimidados se deben sentir ellos —dijo junto con una leve risa, como si me lo estuviera diciendo en secreto.

a fondo | franco colapintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora