a hundred on the dash get me close to god
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quince de septiembre, bakú
agustina's pov
Baku, la capital de Azerbaiyán, es un lugar de contrastes tan intensos como su propio circuito urbano. La ciudad, conocida por su increíble fusión entre lo antiguo y lo moderno, tiene algo casi mágico que hace que todo se sienta más grande, más vibrante, más cargado de adrenalina. Desde el mar Caspio, que se extiende hasta donde alcanza la vista, hasta los rascacielos de vidrio que reflejan el sol como espejos, la ciudad irradia una energía única. Y, como era de esperarse, el Gran Premio de Azerbaiyán no era la excepción. Los coches rugían por las calles, desafiando cada curva, mientras los gritos y las risas del paddock se entrelazaban con el murmullo del viento.
Me encontraba preparando mis cosas para la entrevista después de la carrera. El bullicio del paddock empezaba a disminuir, pero el calor de la emoción seguía en el aire. Los ecos del rugido de los motores y el sonido de las llantas desgarrando el asfalto aún resonaban en mi cabeza. Había sido una carrera increíble, una de esas que te dejan sin aliento. Baku siempre era una pista impredecible, con su circuito urbano que desafiaba a los pilotos y ponía a prueba hasta el más mínimo error. Y Franco... bueno, Franco había brillado.
No solo terminó en una posición destacada, sino que se había mostrado imparable desde el principio. Tenía una habilidad para leer la pista y tomar decisiones rápidas que casi parecía sobrenatural. Cada vez que se acercaba a una curva, con esa seguridad casi arrogante que solía tener, sentía que podía anticipar lo que iba a hacer. Y no me equivoqué, porque terminó la carrera con una victoria rotunda. Había demostrado que no solo era un talento emergente, sino que estaba dispuesto a pelear en serio por su lugar entre los grandes.
Pero mientras la emoción del podio seguía caldeando el ambiente, mi mente estaba fija en lo que pasaría después. Sabía que la entrevista que tenía que hacerle a Franco no iba a ser como las demás. A pesar de su victoria, las tensiones entre nosotros seguían ahí, como una sombra que no quería irse. Sabía que no iba a ser un encuentro fácil. Él no era de los que se dejaban atrapar fácilmente por las preguntas triviales, y yo tampoco era de las que se conformaban con respuestas estándar.
Con el micrófono en mano, me encaminé hacia la zona de entrevistas. Las luces de la ciudad brillaban a lo lejos, y por un momento, la carrera quedó en el pasado. Estaba frente a la persona que, con cada encuentro, conseguía ponerme en situaciones incómodas, pero también era el tipo que había ganado esta carrera de manera tan impresionante.
Lo vi a lo lejos, rodeado de otros periodistas, sonriendo como si nada importara. Franco tenía esa capacidad para hacer que cualquier cosa pareciera fácil, incluso una victoria tan difícil de conseguir. Pero cuando me vio, su expresión cambió, aunque de forma sutil. Sabía que la tensión entre nosotros no había desaparecido, y lo peor de todo es que, a pesar de todo, había algo en él que me mantenía enganchada. Quizá era su descaro, o tal vez esa extraña manera en que lograba mantener la calma mientras me sacaba de mis casillas.
Me acerqué, el micrófono en la mano y una sonrisa calculada en el rostro. Aunque intentaba mantenerme profesional, no podía evitar pensar que este iba a ser uno de esos momentos en los que lo que decía Franco se volvía tan impredecible como la pista de Baku misma.
—Franco, felicidades por la victoria, impresionante carrera —dije, intentando sonar profesional, pero sin poder evitar que algo de sarcasmo se colara en mi voz. Él sonrió de lado, esa misma sonrisa que sabía cómo desconcertarme.
—Gracias —respondió, su tono relajado, pero con ese matiz de confianza que a veces roza la arrogancia—. La verdad es que no fue fácil. Baku siempre es una carrera impredecible, pero me sentí cómodo desde el principio. La estrategia salió perfecta, y bueno, los neumáticos y la concentración hicieron lo suyo.
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a fondo | franco colapinto
FanfictionEn el apasionante y competitivo mundo del automovilismo, donde cada segundo cuenta y las emociones quedan relegadas al último lugar, Agustina, una periodista decidida a construir su carrera, se cruza con Franco Colapinto, un joven piloto argentino c...