i got me one gun and me an alibi
so much love that the whole thing feel like a liei don't need nobody.
i don't need nobody.
mount everest | labrinth
dieciséis de septiembre
agustina's pov
La jornada había transcurrido como cualquier otra, con los nervios a flor de piel y las carreras del fin de semana complicándose a medida que avanzaba la tarde. Mientras hacía mi trabajo, documentando cada momento, no pude evitar notar a Franco Colapinto cerca del paddock, interactuando con los miembros del equipo y con otros periodistas.
Lo que no esperaba era lo que ocurrió más tarde. Mientras caminaba hacia un grupo de colegas para hacer una pequeña charla técnica sobre los avances de la jornada, uno de los periodistas de una red rival se me acercó con una sonrisa que no me gustó para nada.
—Agustina, cierto? —me dijo con un tono de voz que, de alguna manera, hacía que sus palabras sonaran más despectivas que amistosas—. No pensé que cubriras F1, parece más... una chica de lifestyle, ¿no? —su mirada fue directa y arrogante, esperando mi reacción.
Un escalofrío recorrió mi espalda. Ya lo conocía, era de los periodistas que se ganaban la atención con comentarios mordaces. Pero no estaba dispuesta a ceder ante su provocación. Sin embargo, no pude evitar sentirme incómoda bajo su mirada desafiante.
—¿Y qué hay de eso? —respondí, levantando una ceja y tratando de mantener la calma. Sabía que lo que me decía no tenía sentido, pero eso no significaba que me fuera a quedar callada.
—Solo que no parece muy... profesional. —su tono era burlón, y su risa seguía resonando en el aire, dejando claro que estaba disfrutando de la incomodidad que había causado. —No todo el mundo pertenece a este ambiente, ¿sabes? Algunas personas se ven fuera de lugar.
La situación estaba escalando rápidamente, y no podía dejar que siguiera. Pensé en alejarme, pero el tipo me bloqueaba el paso con su actitud cada vez más insistente. Fue entonces cuando escuché una voz familiar que me hizo girar. Era Franco.
—Que pasa acá? —dijo, con una superioridad que me hizo fruncir el ceño al instante.
El periodista rival lo miró con cierto aire de desafío, pero Franco no le prestó demasiada atención.
—Aparentemente, estábamos teniendo una conversación sobre mi "profesionalismo" —respondí, no sin un toque de sarcasmo. Estaba harta de esa actitud de superioridad, y no pensaba dejarlo pasar.
Franco se acercó, casi como si estuviera disfrutando de la escena, y sin perder su calma, dijo con una voz que no dejaba lugar a dudas:
—Y vos qué sabes de profesionalismo? —dijo mirando al periodista, sin inmutarse—. Mejor deja que los que sabemos del tema sigamos nuestra conversación. La chica aquí tiene más de lo que parece, y no necesitás hacerle preguntas pelotudas.
El periodista lo miró un momento, molesto por la interrupción, pero antes de que pudiera responder, Franco agregó con una sonrisa burlona:
—Y si quieres más lecciones, ya sabes dónde encontrarme.
El periodista se quedó mudo, y finalmente, con una mirada fulminante, se dio media vuelta y se alejó, sin decir una palabra más. Franco me dedicó una sonrisa, que a pesar de ser una especie de "salvavidas", no pude evitar encontrar arrogante.
—Nadie te llamo, eh —le dije, aún con un leve tono desafiante en mi voz.
Franco se encogió de hombros, como si lo que había hecho no tuviera importancia.
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a fondo | franco colapinto
FanfictionEn el apasionante y competitivo mundo del automovilismo, donde cada segundo cuenta y las emociones quedan relegadas al último lugar, Agustina, una periodista decidida a construir su carrera, se cruza con Franco Colapinto, un joven piloto argentino c...