˚˖𓍢ִ໋🌷͙֒ꜰᴜᴛᴀᴛꜱᴜ ✧🩷 ɴᴏ ˚.ᴛᴀᴍᴀꜱʜĪ 🎀༘⋆

🌊 ᴏʟᴀꜱ ᴅᴇ ꜱᴇɴᴛɪᴍɪᴇɴᴛᴏꜱ 🌊

Era una noche tranquila en el Thousand Sunny. El barco navegaba suavemente por el océano, y la luna iluminaba el horizonte. Luffy, el capitán del Sombrero de Paja, estaba en la cubierta, disfrutando de la brisa del mar. Sin embargo, algo le preocupaba. Zoro, su primer compañero y espadachín, había estado bebiendo más de lo habitual últimamente.

Luffy lo había notado. Zoro solía ser fuerte y decidido, pero en las últimas semanas, el ron había comenzado a afectar su estado de ánimo. No era raro encontrarlo solo en la barra, con una botella vacía al lado. Esa noche, Luffy decidió que era hora de hacer algo.

Se acercó a la cocina, donde Sanji estaba preparando la cena. "Sanji, ¿puedes ayudarme a hacer algo para Zoro?" preguntó Luffy, con una mirada decidida. Sanji alzó una ceja, intrigado. "¿Qué tienes en mente, capitán?"

Luffy explicó su plan. Quería preparar un plato especial que le recordara a Zoro sus momentos juntos, algo que lo hiciera sentir mejor. Sanji se puso a trabajar en la cocina, mientras Luffy subía a la cubierta, donde encontró a Zoro, apoyado en la barandilla, mirando al mar.

"¡Zoro!" gritó Luffy, acercándose a él. "¡Tengo algo para ti!" Zoro levantó la vista, sus ojos vidriosos. "¿Qué quieres, Luffy?" preguntó con tono despreocupado, pero Luffy pudo notar la tristeza detrás de su mirada.

"Quiero que pruebes esto", dijo Luffy, sosteniendo un plato humeante de ramen, hecho con los ingredientes más frescos. "Sanji lo preparó especialmente para ti. ¡Es delicioso!" Zoro miró el plato, pero no se movió. "No tengo hambre", murmuró.

Luffy se sentó a su lado, sin rendirse. "No importa, ¡tienes que comer! Eres mi compañero, y no quiero que te sientas así." Zoro giró la cabeza, mirando a Luffy con frustración. "No entiendes, Luffy. No hay nada que pueda hacerme sentir mejor."

Luffy lo observó en silencio por un momento. Sabía que Zoro estaba lidiando con sus propios demonios, pero no sabía cómo ayudarlo. "¿Por qué bebes tanto?" preguntó finalmente. Zoro se quedó en silencio, su mirada fija en el océano. "A veces, solo quiero olvidar... todo."

Luffy sintió un nudo en el estómago. La última cosa que quería era que su amigo sufriera. "Zoro, no tienes que hacerlo solo. Estoy aquí para ti. Siempre lo estaré", dijo Luffy con sinceridad.

Zoro soltó una risa amarga. "¿Qué puedes hacer tú, Luffy? Eres solo un niño alegre que siempre sonríe. No comprendes el dolor que siento." Luffy se mantuvo firme. "Tal vez no lo entienda, pero sé que te importa. Y eso es suficiente para mí."

Finalmente, Zoro miró a Luffy. En sus ojos brillaba una mezcla de sorpresa y gratitud. "No soy bueno con esto, Luffy. No sé cómo lidiar con lo que siento." Luffy sonrió, un brillo de determinación en su mirada. "Está bien, solo tienes que dar un paso a la vez. Y siempre puedes contar conmigo."

Con esas palabras, Luffy tomó el plato de ramen y lo puso frente a Zoro. "Solo prueba un bocado, por favor. Si no te gusta, prometo no molestarte más esta noche." Zoro, a regañadientes, tomó los palillos y probó un poco. Su expresión cambió de desdén a sorpresa. "Está... no está mal."

Luffy se iluminó. "¡Ves! ¡Te dije que era bueno! Y solo es el comienzo. Podemos cocinar más juntos. Te prometo que te ayudaré a sentirte mejor, Zoro." Zoro, con el corazón palpitante, sintió una calidez en su pecho. "Gracias, Luffy."

A medida que la noche avanzaba, los dos amigos comenzaron a hablar. Zoro se abrió poco a poco, compartiendo sus temores y dudas, mientras Luffy escuchaba atentamente. En cada palabra, Zoro sentía que el peso en sus hombros comenzaba a levantarse.

Finalmente, Zoro se sintió lo suficientemente cómodo para reír y disfrutar de la compañía de Luffy. Aunque aún tenía un camino por recorrer, en ese momento comprendió que no tenía que enfrentarse a sus problemas solo. Había alguien a su lado dispuesto a luchar con él.

A medida que el sol salía, Zoro miró a Luffy, quien dormía despreocupadamente en la cubierta. Sonrió, sintiendo una renovada esperanza. Sabía que el camino hacia la sanación no sería fácil, pero con Luffy a su lado, estaba dispuesto a enfrentarlo.

"Gracias, capitán", murmuró Zoro, mientras el sol iluminaba el horizonte. Era el comienzo de un nuevo día, y Zoro sabía que no estaba solo en esta travesía.