Capitulo 8

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Al día siguiente, la casa estaba llena de energía, y el ambiente se llenó rápidamente de risas y murmullos de conversación. Todos ya se habían levantado y habían comenzado a ordenar el lugar. El ambiente estaba lleno de risas suaves y murmullos de conversaciones.

Eleni, junto a Taehyung y Jin, se había encargado de la cocina. Mientras las fragancias de los ingredientes se mezclaban en el aire, el sonido del sartén chisporroteando llenaba la habitación.

-¿Qué vamos a preparar? -preguntó Eleni, mirando los ingredientes sobre la mesa.

-Podemos hacer unos pancakes -sugirió Taehyung, emocionado-. ¡Son perfectos para un desayuno en grupo!

-¡Eso suena genial! -respondió Jin, mientras batía los huevos-. También deberíamos hacer un poco de tocino. No hay nada mejor que pancakes con tocino.

Mientras los tres trabajaban en la cocina, los demás se encargaban de acomodar la sala. Jungkook, aunque se había despertado más tarde que los demás, se unió a Namjoon y Hoseok en la tarea de organizar los cojines y las mantas que habían usado la noche anterior.

Eleni y los chicos, terminando de preparar la comida, miró a su alrededor y sonrió.

-¡Chicos! ¡El desayuno está listo! -gritó, lo que atrajo la atención de todos en la sala.

Uno a uno, se reunieron alrededor de la mesa, llenando los platos con pancakes esponjosos y tocino crujiente. La conversación fluía con facilidad mientras compartían risas y disfrutaban del delicioso desayuno.

De repente, el sonido de un teléfono interrumpió la animada charla. Eleni se disculpó con los chicos y se levantó para atender la llamada.

-Perdón, necesito tomar esto -dijo mientras se alejaba un poco de la mesa.

Jungkook la observó alejarse, su mente llena de preguntas y pensamientos. Se sentía un tanto inquieto, pero no podía precisar por qué.

Namjoon, al notar la expresión pensativa en el rostro de Jungkook, se inclinó hacia él.

-¿Qué sucede, Jungkook? -preguntó, con un tono de preocupación en su voz.

Jungkook, al darse cuenta de que los demás también lo estaban mirando, rápidamente pasó su lengua por dentro de su mejilla, intentando disimular su malestar.

-No es nada -respondió, pero su mirada seguía fija en la dirección donde Eleni había ido.

Los chicos intercambiaron miradas, sintiendo la tensión en el aire. Era evidente que Jungkook estaba en sus pensamientos, y su interés por Eleni no pasaba desapercibido.

Eleni, alejada del bullicio de la mesa, conversaba animadamente por teléfono con Sun-hee, Min-ji y Joon-ho. Sus risas llenaban el aire mientras las enfermeras le contaban anécdotas de su jornada en el hospital.

-Las cosas se han complicado un poco aquí -dijo Sun-hee, su tono preocupado evidente-. Realmente esperamos que regreses pronto.

-Sí, necesitamos a alguien que sepa cómo manejar a los pacientes rebeldes -agregó Min-ji, provocando risas entre todos.

Eleni sonrió, sintiendo el cariño de sus compañeros a pesar de la distancia. La conversación continuó durante unos minutos, compartiendo bromas y anécdotas del día a día en el hospital. Sin embargo, una sensación de responsabilidad se instaló en su pecho, recordándole que había otras cosas en las que pensar.

Mientras tanto, Jungkook, que había estado observando desde la distancia, se acercó a ella con una expresión un tanto seria.

-Eleni -dijo suavemente-, la comida se te va a enfriar.

Eleni notó un leve cambio en la actitud de Jungkook, algo que no podía identificar del todo. Asintió con la cabeza, sintiendo una mezcla de curiosidad y preocupación.

-Voy en un momento -respondió, dándole una sonrisa tranquilizadora.

Jungkook regresó a la mesa, y Eleni terminó la llamada, despidiéndose de sus amigos.

-Gracias por la charla, chicos. Espero verlos pronto -dijo, sintiéndose reconfortada por su apoyo.

Al regresar a la mesa, Jimin la miró con curiosidad.

-¿Qué pasó? -preguntó, con una sonrisa.

Eleni se acomodó en su silla y miró a sus amigos, decidiendo compartir lo que había hablado con sus compañeros.

-Solo estaban preocupados por el trabajo en el hospital -explicó-. Dicen que se ha complicado un poco, y realmente esperan que regrese pronto.

Los chicos intercambiaron miradas de preocupación, y Namjoon fue el primero en hablar.

-Es normal que se sientan así. Eres una gran parte de su equipo.

-Sí, pero también me preocupa estar aquí -dijo Eleni, sintiendo la carga de la responsabilidad que llevaba-. Hay mucho que hacer, pero me alegra estar con ustedes.

Jungkook la miró con atención, y aunque su expresión era neutral, había algo en sus ojos que decía mucho más. El ambiente en la mesa cambió, y la conversación siguió, pero la mente de Jungkook estaba ocupada con pensamientos.

Más tarde, todos decidieron alejarse a una parte tranquila de la playa, lejos de los reporteros y la atención. El grupo se dispersó para cambiarse, y en el cuarto de Eleni y Jungkook reinaba un silencio palpable.

Eleni se miraba en el espejo mientras se acomodaba el traje de baño, complementándolo con unos shorts. Por otro lado, Jungkook estaba sentado en la cama, absorto en su celular, hablando por chat con su mamá, quien se había quedado en casa cuidando a Bam, su perrito.

Después de un rato, Eleni decidió romper el silencio.

-¿Qué te pasa? -preguntó, observándolo desde el espejo.

Jungkook, sin alzar la mirada, contestó con desinterés.

-Nada.

Eleni frunció el ceño, conocía bien esa respuesta.

-Vamos, Jungkook. Te conozco. Deberías decirme qué sucede.

Él suspiró y finalmente la miró, dejando de lado su celular.

-Sé que es tu trabajo -comenzó, su voz seria-, pero en este momento estamos aquí, pasando un tiempo juntos con los chicos. Hace tiempo que no salimos así.

Eleni lo observó con atención, viendo la preocupación en sus ojos. Su corazón se ablandó y una sonrisa se dibujó en su rostro. Se acercó a él y, con suavidad, se sentó en sus piernas, tomando sus manos entre las suyas.

-No deberías preocuparte tanto -dijo con ternura-. Solo me mantienen al tanto del hospital. Pero lo más importante es que disfruto cada momento que pasamos juntos.

Jungkook la miró a los ojos, y su expresión se suavizó. La abrazó por la cintura, acercándola más a él.

-Te amo -susurró, escondiendo su rostro en el cuello de Eleni.

Ella sintió el calor de su abrazo y sonrió, acariciando su cabeza.

-Yo también te amo -respondió con sinceridad, disfrutando de la cercanía y del momento que compartían.

Un silencio confortable se instaló entre ellos, lleno de complicidad y amor. En ese instante, nada más parecía importar.

Nuestra Historia Secreta. J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora