Capitulo 29

13 3 0
                                    

POV Jungkook:

Me desperté lentamente con un dolor de cabeza terrible. Apenas podía recordar lo que había pasado, ni siquiera sabía dónde estaba. Estaba arropado y sin zapatos, lo que me hizo sentir aún más confundido. Me senté lentamente en el mueble, sosteniendo mi cabeza, tratando de que el dolor disminuyera un poco.

Mientras observaba a mi alrededor, me di cuenta de que estaba en el departamento de Eleni. El lugar se sentía familiar y acogedor, pero mi mente seguía tratando de encajar las piezas de la noche anterior. De repente, el aroma a café fresco llenó el lugar, proveniente de la cocina. Me levanté despacio, sintiendo mis piernas algo pesadas, y caminé hacia allá.

Cuando llegué, vi a Eleni de pie, ocupada haciendo el desayuno. Al verla, todos los recuerdos de lo que había sucedido el día anterior comenzaron a regresar a mi mente. Me sentí como un completo tonto por haber llegado a este punto, por la forma en que me había comportado. Pero, al mismo tiempo, me sentí increíblemente afortunado de poder verla de nuevo, aquí, conmigo.

Ella se giró al escucharme, y en cuanto me vio, me quedé parado como un completo estúpido. Llevaba puesta una de mis camisetas, una de esas que guardé en su maleta el día que se fue, junto con un short deportivo. Me sonrió, esa sonrisa que siempre me vuelve loco, y yo simplemente me quedé ahí, congelado, observándola.

No podía dejar de pensar en lo mal que debía verme, con el cabello todo despeinado, probablemente con aliento terrible y quién sabe si hasta lagañas en los ojos. Pero parecía que nada de eso le importaba, porque el brillo en sus ojos me lo demostraba. A pesar de todo, seguía mirándome como si no hubiera visto nada malo, como si para ella yo siguiera siendo la misma persona que solía amar.

—Hola, amor —me saludó ella con una sonrisa suave—. Ven a desayunar, seguro tienes hambre. También tengo una pastilla para tu malestar, tomaste mucho anoche.

Solo asentí, aún algo aturdido, y le pregunté en voz baja y ronca:

—¿Dónde está el baño?

—En mi habitación —respondió con tranquilidad, mientras seguía preparando el desayuno.

Me dirigí hacia su cuarto, caminando despacio. Cuando llegué, me detuve al observarlo. Todo parecía tan familiar y a la vez distinto. Al lado de su cama, en la mesa de noche, vi nuestras fotos. Sonreí al verlas, una sensación cálida me recorrió el cuerpo. Aunque estuviera aquí solo por una noche, era como si una pequeña parte de nuestra vida juntos todavía viviera en este espacio.

Después de asearme un poco, me sentí más despierto y volví a la cocina. El aroma del café y la comida me llenaba de una nostalgia dulce. Me senté frente a ella, a punto de hacer algo que había soñado durante tanto tiempo: compartir una simple comida con Eleni, como antes, como cuando vivíamos juntos.

Comimos en silencio. Eleni me observaba, como si estuviera analizándome, y yo solo me concentré en terminar la comida. No podía dejar de sentirme incómodo, como si algo en mí estuviera fuera de lugar. Después de unos minutos, me pasó la pastilla y, rompiendo el silencio, preguntó:

—¿Y tu pie? ¿Cómo lo sientes?

—Ya está mejor —respondí, intentando sonar normal.

Eleni suspiró profundamente y, tras una pausa, me llamó con esa dulzura que siempre me desarmaba:

—Kookie, te siento muy distante... ¿Qué sucede?

Levanté la mirada para encontrarme con sus ojos, llenos de preocupación. Tragué saliva, sintiendo el peso de la situación, y finalmente hablé:

—Lo siento... Siento mucho haber llegado así anoche. No sé qué me pasó. No me estoy controlando, y siento que me volveré loco...

Eleni sostuvo mi mano con suavidad y dijo en un susurro:

Nuestra Historia Secreta. J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora