Capitulo 15

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Llegando a casa, Eleni subió directamente al baño para relajarse, mientras Jungkook, todavía sumido en sus pensamientos, se dirigió a la cocina para prepararle un té. Aunque trataba de concentrarse en la tarea, su mente no dejaba de divagar. La preocupación latente de que, en algún momento, Eleni pudiera cansarse de la vida reservada y complicada que llevaban, lo perseguía como una sombra. ¿Y si algún día decide que no vale la pena?, se preguntaba en silencio, su mirada fija en la tetera.

Cuando Eleni bajó, con el cabello húmedo y una expresión relajada tras la ducha, se sentó en la mesa con el té que Jungkook le había preparado. El ambiente estaba tranquilo, pero no pasó mucho tiempo antes de que ella rompiera el silencio.

—Mañana tendré que firmar un contrato con tu agencia —comentó Eleni, mirando a Jungkook mientras sostenía la taza entre sus manos—. El hospital ya me dio el permiso para viajar contigo a Estados Unidos.

Jungkook levantó la vista, sorprendido de escuchar la confirmación tan pronto.

—¿De verdad? —respondió, intentando ocultar el ligero rastro de preocupación que todavía llevaba encima—. Eso es genial.

Eleni asintió, notando el tono algo distraído en él.

—Sí, todo va a estar bien —añadió, tratando de animarlo. Notaba que Jungkook no estaba del todo presente en la conversación, pero decidió no insistir. Sabía que él tenía muchas cosas en la cabeza, y no siempre era fácil para él lidiar con su vida pública y privada al mismo tiempo.

Jungkook, por su parte, sintió una pequeña punzada de culpa. Quería mostrarse más entusiasta, pero las dudas seguían invadiendo su mente. Sin embargo, no podía permitir que sus inseguridades opacaran el momento que estaban por compartir.

—Gracias por todo esto —dijo finalmente, buscando los ojos de Eleni y forzando una sonrisa—. No es fácil para ti.

Eleni sonrió suavemente, comprendiendo el trasfondo de sus palabras. Colocó su mano sobre la de él, entrelazando los dedos.

—No tienes que agradecerme. Esto es algo que hacemos juntos, ¿no?

Jungkook le apretó la mano con suavidad, sintiendo una mezcla de alivio y gratitud por tenerla a su lado, a pesar de los retos que enfrentaban.

Eleni se levantó tranquilamente después de terminar su té y llevó la taza al fregadero. Mientras lavaba, Jungkook se dejó caer en el mueble del salón, su cabeza reclinada hacia atrás, como si buscara alivio para el estrés que lo consumía. Bam ya se había acomodado en algún rincón de la casa, profundamente dormido.

El peso de las preocupaciones seguía oprimiendo a Jungkook. Sus pensamientos giraban en torno a las mismas dudas de siempre, a los riesgos que su relación con Eleni implicaba, y a las presiones de su carrera. Cerró los ojos, intentando despejar su mente.

Cuando Eleni terminó de lavar la taza, secó sus manos y se acercó con pasos suaves. Sin decir una palabra, se sentó a horcajadas sobre él, obligando a Jungkook a abrir los ojos. La mirada de ella era suave, llena de comprensión.

Jungkook la observó, su mente aún nublada por el estrés, pero no pudo evitar que sus labios se curvaran ligeramente en respuesta a la sonrisa tranquila de Eleni.

—Deberías dejar de estar tan metido en tu cabeza con cosas que no son verdad —dijo ella, acercándose un poco más, acariciando suavemente su rostro—. Todo estará bien. Yo te amo, ¿sabes?

Jungkook la miró a los ojos, su expresión suavizándose ante las palabras de Eleni. Él suspiró profundamente, dejando salir parte de la tensión que llevaba dentro.

—Yo también te amo, Eleni —dijo en un tono bajo, casi un susurro—. No soportaría perderte... por nada en este mundo.

Eleni, al escuchar esas palabras, se inclinó hacia él, acercando su rostro hasta que sus frentes se juntaron. Un silencio íntimo los envolvió, sólo interrumpido por sus respiraciones entrelazadas. Lentamente, Eleni lo besó, un gesto suave y lleno de afecto. Jungkook, respondiendo al calor del momento, rodeó su cintura con ambas manos, sosteniéndola firmemente.

El beso se intensificó, el ritmo tranquilo del principio fue aumentando, y pronto las manos de Jungkook comenzaron a explorar el cuerpo de Eleni. Sus dedos recorrieron su espalda, bajando hasta su trasero, donde se detuvieron, sujetándola con firmeza. Eleni respondió a su tacto moviendo lentamente sus caderas, generando pequeños suspiros en la boca de Jungkook, que se escapaban mientras el deseo crecía entre ambos.

Ambos parecían perderse en la conexión física y emocional que compartían, mientras el momento se iba cargando de una energía densa, marcada por la cercanía de sus cuerpos.

Mientras el ambiente se volvia caliente, la ropa ya no estaba en sus cuerpos. Eleni encima de jungkook sonrió y le dijo:

—Relájate, mi amor —dijo en un susurro.

Jungkook se mordió su labio,  disfrutaba del momento que estaban viviendo en cuerpo y alma, conectándose así de manera intima y única.

— Justo así, amor...—dijo Jungkook, mientras la agarraba de las caderas.

Eleni montaba a jungkook de manera lenta y profunda, así disfrutando el contacto que estaban teniendo en ese instante.

Se entregaron el uno al otro esa noche, compartiendo momentos de profunda intimidad. En cada gesto y mirada, sabían que, a pesar de cualquier dificultad o incertidumbre, su conexión era inquebrantable. En esa quietud, ambos sintieron que se pertenecían, en cuerpo y alma.






Al día siguiente, en el hospital, Eleni recibió instrucciones de su superior. Le explicaron que, debido a su reciente contratación por parte de Big Hit, sería la doctora acompañante de Jungkook durante sus viajes y actividades internacionales. Con profesionalismo, Eleni firmó el contrato oficial en el hospital, formalizando su permiso para trabajar fuera de su actual puesto. Luego, se preparó para dirigirse a las oficinas de Big Hit, donde tendría que firmar otro contrato de confidencialidad, asegurando la privacidad y discreción de su nuevo rol.

Eleni llegó a la sede de Big Hit, su corazón latiendo con fuerza. Con su credencial en mano, subió hacia la oficina del CEO, Bang Si-hyuk. Una vez allí, habló con la secretaria, quien le indicó que podía pasar.

—Gracias —respondió Eleni con una sonrisa nerviosa.

Tocó la puerta suavemente y al abrirla, encontró a Jungkook sentado junto a su manager, ambos con expresiones de calidez. Todos en la sala sabían que Eleni era la novia de Jungkook; la conocían desde hace tiempo y había un aire de familiaridad en la habitación.

—¡Eleni! —exclamó Jungkook, sonriendo ampliamente mientras ella hacía una reverencia y tomaba asiento.

Le mostraron el contrato, y Eleni lo revisó detenidamente antes de firmar. Su mano temblaba ligeramente, pero estaba decidida. Al terminar, estrechó la mano de Bang Si-hyuk y del manager.

—Estamos muy contentos de tenerte en el equipo —dijo Bang Si-hyuk con una sonrisa—. Tu profesionalismo es admirable y confío en que harás un gran trabajo.

Eleni sonrió, sintiendo una oleada de gratitud. —Gracias, realmente aprecio esta oportunidad. No los decepcionaré.

Jungkook la miró con orgullo, sabiendo que estaba a punto de comenzar una nueva aventura juntos.



Nuestra Historia Secreta. J.JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora