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Su derechazo en el estómago casi me deja sin aire, pero también me empuja un poco hacia atrás. Esto le da más espacio para un golpe más potente, pero también me da una fracción de segundo para recuperarme.

Bloqueo su izquierda entrante y tomo represalias con mi derecha en su nariz, casi tan perfecta como la mía.

Intercambiamos una ráfaga de golpes, mitad bloqueados y mitad conectados, casi como un juego para ver quién puede soportar más castigo.

Sus golpes duelen como nunca antes había experimentado desde mi adolescencia, cuando mis poderes maduraron.

Se supone que soy su hijo, la mejor versión de él, pero sus golpes duelen. Más que eso, me dañan, me fatigan. Sabía por el programa que era capaz de lastimarme.

Es la maldita radiación que está filtrando. Como la kriptonita, me está debilitando lentamente. Cualquiera que sea la radiación con la que lo atacaron los rusos en sus experimentos, el cuerpo mejorado de Soldier Boy V evolucionó, se adaptó a ella y la convirtió en una fortaleza.

Espero que esos mismos genes me hayan sido transmitidos también a mí. Eso podría resultar muy útil.

Y aunque fue muy impresionante, también significó que estaba librando una batalla perdida cuanto más tardaba en noquearlo.

Cada golpe que recibía me hacía daño, mientras que el mío sólo lo ponía nervioso. Cuanto más me acercaba a él, más débil me sentía.

Necesitaba terminar esto rápidamente.

Bloqueé su gancho de derecha con mi izquierda y atrapé su puño izquierdo con mi mano derecha. Intenté golpearlo con mi izquierda, pero él respondió y lo atrapó también.

Por un segundo nos quedamos atrapados en una competición de fuerza que yo iba ganando poco a poco. ¡Ja! Ahora soy más fuerte.

Para su mayor sorpresa, le di una patada directa con mi pierna izquierda y lo envié a estrellarse contra la pared nuevamente.

Los instintos furiosos de Homelander me impulsaron a seguirlo y estrangularlo mientras estaba desconcertado.

Pero a la mierda con eso, no voy a arriesgarme.

Aproveché esos pocos segundos de respiro para calmarme y reunir mi energía, mis ojos se pusieron rojos.

Necesitaba que mi puntería fuera precisa y potente.

Mi visión se centró en él como la de un águila.

Recuperó el aliento y se sacudió para aliviar el dolor que sentía. Sabía que esperaba que me abalanzara sobre él, así que, con curiosidad, ¿por qué no lo hice? Levantó la cabeza y sus ojos se encontraron con los míos.

Eso fue todo. Liberé toda la energía reunida en una poderosa explosión que le dio directo en los ojos.

"¡ACHHH!" gritó, tapándose los ojos con las manos.

Sabía que este cegamiento era solo temporal, pero eso era todo, su guardia estaba completamente baja.

Aceleré y le hundí el izquierdo en el estómago desprotegido. Se desplomó de dolor.

Recibir un golpe que esperas es una cosa, pero un golpe que no esperas es mucho más dañino.

Luego mi derecha, luego mi izquierda.

Derecha, izquierda, derecha, izquierda. Golpe tras golpe intenté reorganizar sus entrañas.

Mi gancho de derecha lo hundió en el suelo; estaba bastante fuera de sí ahora podía ver que sus ojos parecían desorientados.

Salté sobre él al estilo "suelo y golpe".

Golpe tras golpe lloví sobre sus mejillas perfectas. Una furia rabiosa me devoró por completo.

'¡Mátenlo! ¡Mátenlo!'

¡Estoy intentándolo, joder, Echo! ¡Estoy intentándolo!

¡Rómpelo, maldita sea, rómpelo de una vez!

No podía saber si se estaba derrumbando, estaba inconsciente, pero aún no había sangrado. Si acaso, con cada golpe sentía que me dolían los brazos y que se me entumecían los puños, y no en el buen sentido.

¡Maldita radiación!

"¡AAHH!", grité mientras intentaba aumentar la intensidad de mis golpes.

Estaba tan furioso que no me di cuenta de que Hughie se teletransportó hasta que mi puñetazo golpeó el suelo, provocando un pequeño cráter y una onda de choque.

"¡JODER!" Miré la zona boscosa que me rodeaba. "¡Ese maldito cabrón! ¡Lo voy a matar!"

Volé hacia arriba y miré a mi alrededor. La brisa se sentía fresca en mi piel y me di cuenta de que estaba desnudo.

"¡Maldita sea!" Por suerte la casa no estaba lejos.

Consideré la posibilidad de intentar encontrarlos, pero me di cuenta de que no me serviría de nada. La rabia que me producía la adrenalina estaba desapareciendo y estaba empezando a sentir la fatiga y las heridas.

Además, había perdido impulso. Soldier Boy ya se habría recuperado y no quería pelear con él y Hughie al mismo tiempo.

Respiré profundamente unas cuantas veces y me tranquilicé. También tuve que volver y lidiar con Starlight. No puedo dejar que hable mal de mí con Estados Unidos.

Volé de regreso a la casa, a un ritmo pausado, y aterricé completamente desnudo frente a Starlight y MM, que estaban ayudando a clasificar a un grupo de personas apenas con vida.

Ambos se pusieron inmediatamente en guardia y confundidos.

"¿Homelander? ¿Qué pasó?", preguntó Annie de mala gana.

Le di una sonrisa muy disgustada. "Estaba ganando, hasta que un teletransportador 'Desconocido' llegó y me llevó lejos. Literalmente me impidió golpear a Soldier Boy de vuelta a la tumba. Dejándolo libre para que pueda seguir matando", dije con rencor.

Ella no sabía qué decir y MM tampoco.

Dejé escapar un gran suspiro.

"Podemos hablar de ello más tarde. Hay mucha gente aquí que necesita nuestra ayuda. Me vestiré y podemos determinar a quién debo llevar directamente al hospital y quién puede esperar a que lleguen las ambulancias. Puedo oír que están cerca".

Durante el resto de la noche trabajé en silencio y con eficacia junto a Starlight y MM para ayudar a los heridos. No confiaban en mí y yo no confiaba en ellos, pero teníamos una especie de entendimiento de neutralidad.

Ella no apareció en Instagram para hablar mal de mí y yo no la amenacé a ella ni a MM ni tampoco intenté encubrir la existencia de Soldier Boy en el informe policial inicial.

Creo que también le gustó que no mencionara a Hughie.

De todos modos, no lo iba a hacer. Quería que Hughie cavara su propia tumba, tanto en sentido figurado como literal; después de todo, el 24 V es muy mortal.

Por ahora había un entendimiento incómodo entre nosotros.

The Boys; ¿Soy Homelander? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora