8. el ruido de su ausencia

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Eran pasadas las ocho y Atsumu aún no llegaba, lo cual era realmente extraño. Sakusa incluso tenía su bebida preparada, para que, cuando el rubio llegara, solo fuera cuestión de que pagara, tomara su bebida y se fuera. La preparó cuando vio que Atsumu estaba quince minutos más tarde de lo habitual, intuyendo que el muchacho vendría apresurado porque iba tarde al trabajo.

Sin embargo, las horas iban pasando y el moccachino de Atsumu no hacía más que enfriarse.

Al final del día, cuando Sakusa cerró el local y se fue a casa, tuvo que deshacerse del moccachino del rubio.

Pasaron dos días así, en los que Atsumu no había ido a la cafetería. Sakusa incluso llegó a preocuparse tanto que le comentó la situación a su primo, cuando rara vez expresaba sentimientos, y menos si se trataba de unos como los que estaba sintiendo en ese instante.

"Quizás ya no quiera gastar dinero en una bebida todos los días, o tal vez se haya ido a otra cafetería."

Fue lo que su primo le dijo. Sakusa no había contemplado esas posibilidades. Por un lado, se sintió tranquilo de saber que esas también podían ser las razones por las que no había venido y que, probablemente, no le había pasado nada malo, pero, por otra parte, se sintió un poco melancólico. Sin duda, sus días serían aún más aburridos de lo que eran si Atsumu decidía no volver a ir.

Dulce como Mocca - SakuatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora