18. sin salida

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Desde que Atsumu había entrado al set, no había tenido otro pensamiento más que:

"Ya quiero terminar con esto para ir a ver a Kiyoomi."

Pero claro, trabajo es trabajo y debía ser responsable, así que ahí estaba, un miércoles a las cinco de la tarde, haciendo el pregrabado de los dos próximos días en los que estaría fuera para el programa. No solo había tenido que grabar el segmento de hoy, sino también el de mañana y pasado, pues se encontraría ausente. Estaba cansado, pero tan solo pensar que iría a una cita con Sakusa después de todo esto le daba energía.

—¡Bien, solo un par de tomas más! Nosotros podemos. —dijo la directora, tratando de animar al equipo, quienes se encontraban en el mismo estado de ánimo y energía que Atsumu, excepto que ellos no tendrían una cita con un barista sexy después de esto, así que estaban aún peor.

—¡Manager Kim! —gritó Atsumu buscando a su representante.

—¿Sí? —de pronto apareció esta, tan cansado como su representado.

—¿Podría poner a cargar mi teléfono? No me queda mucha pila. —Ya que se había pasado el día entero chequeando la hora.

—Claro.

Así, Atsumu le dio su teléfono a su manager para irse a grabar, sin saber que esta sería la última vez que lo vería, y se fue a terminar con su trabajo bien confiado.

Tres horas más tarde había terminado, por fin. Lo primero que hizo fue correr hacía su manager.

—¿¡Dónde está mi teléfono!? —Fue una pregunta que sobresaltó a su manager por el alto tono de su voz. Con la mano en el pecho, tratando de tranquilizarse, le señaló una esquina del set donde había una conexión en la que se encontraba su teléfono cargando. Atsumu fue hasta este rápidamente, con intención de chequear la hora y escribirle a Sakusa, pero cuando llegó se encontró con un mal sabor en la boca, pues resultó ser que el cargador estaba mal enchufado, por lo que su teléfono no había cargado en todo este tiempo. Atsumu sintió cómo se le escapaba el alma del cuerpo. Trató de encender su teléfono para ver la hora y, afortunadamente, aún contaba con 1% de batería, por lo que pudo ver que aún le quedaba algo de tiempo hasta la hora acordada de la cita. Soltó un gran suspiro en señal de alivio; ahora solo pondría su teléfono a cargar por unos minutos para escribirle a Sakusa.

En el preciso momento en el que iba a acomodar el cargador, las luces del set se apagaron. Los gritos y jadeos sorprendidos se hicieron presentes en el lugar.

—¡Se fue la luz! —gritó uno de los camarógrafos desde lejos, al menos eso intuyó Atsumu, quien no podía ver nada.

El rubio rápidamente se dio cuenta de que no había luz, lo que significaba que no podría cargar su teléfono, lo que significaba que se apagaría dentro de poco, lo que significaba que no podría escribirle a Sakusa, lo que significaba que este pensaría que lo estaba ignorando, lo que significaba que lo odiaría por el resto de sus vidas, lo que significaba que Atsumu ahora tendría que suicidarse.

Un grito agudo de desesperación llenó el oscuro set de grabación. Todos se asustaron por este, menos Atsumu, ya que había venido de él.

Las luces de los celulares comenzaron a llenar la habitación. Ya no estaba oscuro, pero esto de nada le servía a Atsumu, quien seguía estando sin batería. A pesar del torbellino de ansiedad que estaba sintiendo en esos momentos, su cabeza fue capaz de darle una idea entre todos esos pensamientos negativos: solo debía irse.

"¡Claro! ¿Cómo no lo pensó antes?"

Atsumu se levantó del suelo en el que antes se había hecho bolita para llorar y sufrir, y se dispuso a caminar con serenidad hasta la salida. Sin embargo, al ver la gran puerta de cristal recordó algo: solamente se podía entrar o salir del estudio con un escáner de rostros que habían instalado hace poco, escáner que ahora no servía, pues la luz se había ido.

Dulce como Mocca - SakuatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora