11. camino a casa con un conocido

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— ¿Quieres que encienda los calentadores? — le preguntó Atsumu mientras le echaba pequeños vistazos a su copiloto, sin querer ignorar la pista, pero tampoco al joven sentado a su lado.

— No, así está bien. — respondió Sakusa, removiéndose en su asiento.

— ¿A dónde te llevo?

— Dame tu teléfono. — le pidió Sakusa a Atsumu, y él, obediente, se lo dio enseguida. Sakusa puso la dirección de su casa en Maps para que Atsumu pudiera llegar sin problemas.

— ¡Oh, vives a 30 minutos! — dijo Atsumu, observando su teléfono.

— ¿Te queda muy lejos de casa? — preguntó Sakusa, preocupado por ser una molestia.

— Nah, me queda de camino. — mintió, sabiendo que su casa quedaba en dirección contraria a la que iban.

— Qué bueno. — dijo Sakusa, aliviado.

— ¿Con que treinta minutos, eh? Bueno, no es lo ideal, pero puedo hacer que funcione. — dijo encogiéndose de hombros. Sakusa lo miró, agarrando su abrigo y cerrándolo sobre su pecho instintivamente.

— ¿Disculpa?

— Puedes comenzar con tus preguntas.

— ¡Oh! Uhm... ¿Qué edad tienes?

— Veintiséis.

— Eres mayor que yo por un año. — susurró Sakusa, haciendo que Atsumu sonriera.

— ¿En serio? — le echó un vistazo rápida. Sakusa asintió. — Entonces, debes tratarme con más respeto. — dijo Atsumu, pensativo.

— El respeto se gana. — protestó Sakusa.

— ¡Me gané ese respeto cuando nací antes que tú! — le reclamó.

— Tú no aportaste nada ahí. Si acaso, debería respetar a tu mamá por tener que expulsar esa cabezota tuya fuera de su cuerpo.

— Dos cabezotas. — corrigió, como si eso lo hiciera algo mejor. Sakusa lo miró un tanto sorprendido.

— ¿Tienes hermanos? — Atsumu tomó su billetera del bolsillo interno de su saco y se la pasó a Sakusa.

Al abrirla, vio una foto de Atsumu... y otro Atsumu, ambos vestidos con uniformes de voleibol.

— ¿Eres un gemelo?

— Así es. — dijo orgulloso.

— Tú has de ser el malvado.

— ¡Hey!

— Es guapo. ¿Cuál es su nombre?

— ¿Acabas de llamarlo guapo? — preguntó histérico. — Porque si lo hiciste, técnicamente me llamaste guapo a mí también.

Sakusa miró la foto para luego mirar a Atsumu.

— No, él es más guapo. — dijo juguetón, negándose a aceptar la verdad. Atsumu rodó los ojos. — ¿De cuándo es esta foto?

— De secundaria. ¿Era muy guapo, no? Yo era muy popular; las chicas se morían por mí. — comentó orgulloso.

— Me pregunto si sabían que su amor platónico era gay. — Atsumu lo miró mal. — ¿Jugabas voleibol?

— Sí, era muy bueno. — siguió presumiendo.

— Yo también. — dijo Sakusa, aún observando la foto.

— ¿Jugabas voleibol? — fue Atsumu quien ahora hizo una pregunta. Sakusa emitió un sonido de afirmación. — ¿Qué posición?

— Rematador.

Dulce como Mocca - SakuatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora