Fiesta de novatos y Jonathan Parker IV

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La noche finalmente se deslizó a través del cielo. Una pequeña ráfaga de viento apenas se presenciaba al horizonte de la ciudad, cuando las hojas de los árboles se movían lentamente sobre las ramas. El auto ya esperaba a Rhonda en la salida del estadio. Nadine se había quedado hasta tarde para llevarla a casa y cuidar de ella. No deseaba pasar las siguientes dieciocho horas sola en el dormitorio, lo último que necesitaba era escuchar las constantes quejas de Susana sobre su pésimo comportamiento.

Necesitaba a una verdadera amiga, con la que pudiera sentirse libre a su lado.

Subió al auto en silencio, apretando sus manos cuando abrochó el cinturón de seguridad.

—¿Segura que te sientes bien?—Le preguntó Nadine, frunciendo el ceño.

Rhonda asintió, sonriendo con amabilidad.—Si, sólo estoy cansada.

Nadine movió la cabeza una vez, encendiendo el auto.—¡Oh, por cierto! Curly estuvo llamándome toda la tarde.

—¿Y qué quería?

—Quería saber de ti. Estaba muy preocupado, deberías llamarlo.—Murmuró, poniendo el coche en marcha.

Eso era lo último que Rhonda quería hacer. —Lo llamaré mañana.

Nadine frunció el entrecejo, confundida.—¿No piensas llamarlo ahora? El chico literalmente estuvo preguntando por ti todo el tiempo.

Resopló cansada.—Lo haré mañana, Nadine.

—Es lo mínimo que puedes hacer.—Dijo, encogiéndose de hombros.

—Nadine, ahora mismo no quiero hacerlo. ¡Estoy cansada! ¡No necesito de Curly ahora! ¿Puedes entender eso?

Nadine la miró con sorpresa. Su repentina reacción la hizo callarse unos segundos antes de girar la vista hacia delante.

Rhonda suspiró frustrada.—Nadine, lo siento yo solo, ...estoy muy cansada. Tuve una semana muy difícil y lo único que quiero es dormir.

—¿Solo esta semana?

—Si.

—Rhonda llevas un buen tiempo así. ¿Segura que te sientes bien? No me lo tomes a mal, pero últimamente te ves devastada.

Ella cerró los ojos, respirando hondo por la nariz.—Si, estoy bien.

Hubo un silencio incómodo entre ambas chicas. Nadine asintió una vez y sonrió levemente, apretando la mano de Rhonda.—De acuerdo. Cuidaré de ti toda la noche.

—No tienes que hacerlo, Nadine.

—Lo haré.—Asintió—Eres mi mejor amiga y me necesitas. Estaré contigo en todo momento.

Rhonda sonrió una vez, presionando la mano de Nadine contra la suya amistosamente. Lanzó su rostro hacia atrás sobre el asiento, observando el mundo pasar a través de la ventana en todo el camino hasta el apartamento.

Se relajó, tocándose disimuladamente la parte baja del estómago, mientras escuchaba la agradable música de la radio, quedándose completamente dormida.

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Curly llamó una y otra vez a Rhonda, maldiciendo en silencio cuando la llamada se desviaba en cada intento de saber de ella.

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⏰ Última actualización: 8 hours ago ⏰

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