_____ Cambridge había conseguido su sueño de convertirse en una estrella de Broadway. La única sombra en su carrera era una desafortunado aventura sentimental con Harry Styles, famoso autor de teatro.
Cuando, después de los años volvieron a trabajar juntos, el amor que había existido entre ellos surgió de nuevo, pero también los problemas...
CAPÍTULO 1
EL silencio era espectral. Sólo había una luz encendida en el techo, de acuerdo con las reglas del sindicato. _____ Cambridge estaba de pie, en el vacío y tranquilo escenario con un libreto en las manos y escudriñaba el oscuro teatro. Sabía que los jueces estaban presentes, pero no los veía. La habían seleccionado junto a otras tres chicas, después de una primera prueba. Tenía más miedo que antes, pero imaginó que ella les había gustado porque de lo contrario no le hubieran pedido que regresara.
Conocía bien la obra y al personaje que deseaba interpretar. Lo conocía tan bien como su propio nombre ya que sabía mucho del autor. Pensó que era arriesgado presentarse porque se podría encontrar con él. Sin embargo, necesitaba trabajar y era un reestreno de una obra conocida. ¿No estaba él en Hollywood, trabajando en un guión para el cine? Sus manos, que sostenían el libreto, temblaron un poco. Se animó diciéndose que todo saldría bien.
De todos modos, entre ellos ya no existía nada. Edward Styles se había alejado de su círculo desde que logró la fama como dramaturgo. No tenía ningún interés en ella. Desde hacía años la mantenía alejada de su vida; su indiferencia lo confirmaba cuando de vez en cuando se encontraban en alguna fiesta. Aunque a veces sostenían breves conversaciones, el pasado estaba muerto y enterrado para los dos. ¿Por qué habría de molestarle el hecho de que ella hiciera la prueba para actuar en una obra que antes tuvo éxito?
Agarró con fuerza el libreto dejándose llevar por las motivaciones del personaje que deseaba representar: el de una joven pobre y sola, con poco menos de tres meses de embarazo. Se puso un vestido similar al que usó la última vez que había representado el papel. Era un gastado jubón de pana, sin mangas ni cuello. Decidió, alejarse suelto su cabello largo de tono rojizo. Bajó los hombros para fingir agotamiento. Imaginó la tristeza y desesperación de la pobre y abandonada chica. Comenzó a leer su parlamento en Una chica en la habitación oscura escrita por Edward Styles.
—Creíste que Tom era un caballero —leyó una voz clara que se escuchó en todo el teatro. Se echó el cabello hacia atrás riendo—. ¿Quién iba a imaginar que me abandonaría? El bueno y bondadoso de Tom, que solía acompañarme a casa desde la fábrica de confección todas las tardes para que no me asaltaran. Mi Tom —se mordió el labio inferior y cerró los párpados con sentimiento de agonía—. ¡Dios mío! ¿qué pasará con la criatura que llevo en mis entrañas? ¿Cómo podré darle la vida y cuidarla? ¡Estoy sola! ¡No tengo a nadie! ¡No tengo padres que me ayuden! ¡A nadie en este mundo le importa si vivo o muero! —se cubrió el rostro con las manos y se movió inquieta en el escenario. Levantó la cabeza y suspiró al tiempo que extendía los brazos en un gesto de inutilidad—. No puedo recurrir al aborto para matarla, pero tampoco puedo permitir que nazca. ¡Dios, aconséjame qué
hacer! —suplicó con la voz ronca y la mirada fija en la oscuridad. Cerró los párpados y sintió deseos de llorar, fueron lágrimas reales que le brotaron de los ojos—. ¡Dios mío, por favor, si me amas dime qué debo hacer!
Hizo una inspiración profunda para salir del trance que se había creado. Los focos iluminaron el teatro. Hubo un largo silencio antes de oírse una apagada conversación. _____ seguía con la vista fija en la oscuridad, esperando el acostumbrado gracias que le indicaría que todo había terminado y que no le darían el papel. En silencio rogó que no la rechazaran.