Argumento:
Styles Communications era su vida... hasta que permitió que una mujer se interpusiera entre él y su negocio. Harry Styles había sido traicionado por su amante y secretaria, _____ Linton. Cuando al fin se enteró de su traición además descubrió que ella había estado ocultándole un gran secreto: estaba embarazada.
Harry se juró que no dejaría que nada más se escapara a su control y dispuso que _____ se casara con él. Sin embargo, Harry sabía que podía sucumbir en cualquier momento al atractivo de su encantadora esposa... si se atrevía a escuchar su corazón.
Prólogo
No podía dormir.
Harry Styles miró a la mujer que yacía a su lado en la cama. Ella tenía los párpados cerrados, sus oscuras pestañas ocultaban la sensualidad de sus cálidos ojos azules. Su cabello moreno se esparcía sobre la almohada y sus deliciosos labios estaban hinchados después de haber hecho el amor hacía sólo una hora.
La sábana le cubría los pechos, aunque un pezón rosado asomaba por encima del blanco algodón. Harry había acariciado todo lo que se escondía bajo esas sábanas: cada costilla, cada curva... Sus húmedos y aterciopelados secretos lo habían envuelto y lo habían transportado a otro mundo.
_____ Linton le había llamado la atención desde la primera vez que había entrado en su despacho para una entrevista de trabajo. Temiendo que ella lo distrajera de sus quehaceres, Harry había elegido a otra mujer como secretaria, quien había dimitido sólo un mes después. _____ había sido su siguiente opción.
Ella había demostrado ser la secretaria más observadora que Harry había tenido. Enseguida, había tomado nota de cada una de sus preferencias, desde su sándwich favorito o qué música le resultaba más relajante hasta quién podía interrumpirle y quién no. Después de haber tenido que pasar unas cuantas noches en la oficina hasta tarde alimentándose de bocadillos, ella tuvo el detalle de encargar vino y comida de gourmet. Después de un par de inocentes roces, él había tenido que admitir que la deseaba con locura.
Harry había comenzado, entonces, a soñar con su perfume. Y se había percatado de que ella también lo miraba con deseo y esperanza. Debía haberse resistido, se dijo, recordando la noche en que había cambiado todo entre ellos, como si hubiera tenido lugar hacía apenas cinco minutos...
Eran las seis en punto. Él pensó que era hora de despedir a _____ por ese día y abrió la puerta de su despacho. Ella había estado esperando fuera y, sorprendida, dejó caer al suelo una carpeta que sostenía entre las manos.
–Lo siento –se había disculpado él, agachándose para recoger la carpeta–. No pretendía asustarte.
En ese momento, su perfume lo envolvió en un seductor abrazo. _____ se había tropezado y, de forma instintiva, él la tomó en sus brazos.
Sus ojos se habían encontrado, atraídos por una irresistible corriente eléctrica. Harry se había dejado llevar por la sensación de tener los senos de ella contra el pecho y sus muslos rozándose.
–Lo siento –había susurrado ella, sin dejar de mirarlo.
_____ llevaba una blusa y una falda recta negras con unos zapatos de tacón. Harry no había podido quitarle los ojos de encima a su trasero en todo el día. Si ella hubiera sido otra mujer, él la habría besado sin pensárselo. Le habría desabrochado la blusa, saboreando el contacto de su piel desnuda. Si hubiera sido otra mujer, le habría levantado la falda y le habría hecho desearlo, luego la habría penetrado hasta...
–Debería... –comenzó a decir él.
_____ cerró los ojos.
–Deberías. ¿Nunca te cansas de esa palabra? –le preguntó ella–. Yo, sí.