Día 1: Sol y Luna

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Disclaimer: Naruto ni ninguno de sus personajes me pertenecen, son de su creador Masashi Kishimoto, yo solo los utilizo para mi entretenimiento.

...

Desde el inicio de los tiempos, unos jóvenes ansiaban estar juntos, pero solo quedaba en deseos imposibles de cumplir. Naruto, Dios del Sol, y Sasuke, la representación de la Luna, eran dos amantes que añoraban acercarse incluso si fuera por un instante. Sin embargo, no ocurriría porque su unión significaba el desequilibrio del cosmos. Además, las máximas autoridades creían que su vínculo se trataba de algo prohibido, un absurdo capricho de unas almas rebeldes que buscaban alterar el orden de la vida. Los mantenían bajo estricta vigilancia, asegurándose de que ninguno fallara en sus funciones como entidades celestiales, y sobre todo, desconfiaban del más impulsivo, el chico brillante de ojos azules.

Sentado en su trono, Naruto miraba desolado el vacío oscuro que era la inmensidad del espacio, añorando ver a su único y eterno amor, Sasuke. Muchas veces había pensado en renunciar a su estatus como soberano del Sol y tener una vida tranquila, similar a la de los humanos en la tierra: quizás construir una pequeña casa en el bosque, criar animales junto a él y, tal vez, formar una familia. Porque Uzumaki podía cumplir con ese propósito de concebir, un don que le fue otorgado y que los líderes temían, impidiéndole acercarse al hombre de ojos negros. Un largo suspiro escapó de sus labios, imaginando un panorama que jamás iba a experimentar.

Por otro lado, Sasuke podía percibir la tristeza de Naruto debido a su actuar. Los rayos que iluminaban cada rincón intentaban alcanzarlo con una sutil caricia, cuando llegaba el crepúsculo y el Sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, permitiendo que él asumiera su papel como el Dios de la Luna. Todas las noches, mientras Uchiha observaba las estrellas a su alrededor, se preguntaba si amar era un castigo. Ninguno de los dos había pensado en abandonar su rol; si resultaba ser el motivo de las amenazas, solo deseaban convivir aunque fuera unos minutos. No pedían nada más, pero la resolución siempre terminaba con una excusa: debían guardar las distancias para mantener el ciclo de la vida.

—Eres el líder absoluto, el Dios del Cosmos, Kakashi. Tú tienes el poder de hacer lo impensable sin necesidad de llegar a un acuerdo con los demás —comentó Tsunade, otra deidad que abogaba por el par de enamorados—. Me duele ver cómo el destino se ha ensañado contra unos chicos que, hasta el día de hoy, continúan respetando las normas.

—Créeme, no he dejado de idear alternativas para lograr que estén cerca sin romper la estabilidad del universo —respondió el hombre de mirada cansada, peinando con los dedos sus mechones plateados debido al estrés—. Tengo a todos los líderes solicitando reuniones porque temen que Naruto haga alguna tontería.

—Si tan solo existiera una manera en la que el Sol y la Luna pudieran conectarse sin afectar a nadie, sería maravilloso —susurró la Diosa de la Galaxia, provocando que Kakashi golpeara la mesa de emoción.

—¡Un eclipse! —expresó eufórico el Líder Supremo, tomando las manos de Tsunade en señal de agradecimiento por la sugerencia.

La voluptuosa mujer no comprendía del todo a qué se refería Kakashi con el improvisado término. Aun así, cuando él le explicó en detalle el extraño fenómeno astronómico que había planeado, Tsunade sonrió. Era la oportunidad perfecta en la que Naruto y Sasuke podían tener ese ansiado momento. Solo quedaba aclarar algunos puntos, como la duración y la frecuencia de esos encuentros entre dos entidades tan semejantes y, al mismo tiempo, opuestas. Al profundizar en la analogía que los rodeaba, quedó claro que su amor conmovió a más de uno, y por ello, sus aliados hicieron lo imposible por ayudarlos.

...

La pareja esbozó una sonrisa llena de emoción por su primer acercamiento; no había palabras suficientes para expresar lo que sentían. La reunión se llevó a cabo en circunstancias precipitadas, ya que el Líder del Cosmos los mandó a llamar con el único fin de decretar los futuros encuentros, y fue enfático en advertirles sobre el tiempo limitado del que dispondrían. A pesar de las restricciones, estaban dispuestos a aceptar el avance sin quejas. Sasuke tomó con delicadeza las manos de Naruto y, en ese instante, el espacio a su alrededor pareció detenerse. Se miraron con el infinito amor que solo ellos podían profesarse.

—¡No puedo creer que estés aquí! —dijo Naruto, con el nudo en la garganta, tratando de contener las lágrimas—. ¡Me siento tan feliz!

—Es la primera vez que Kakashi toma una decisión inteligente —bromeó Sasuke, mientras abrazaba al Dios del Sol—. Y todo gracias a la iniciativa de Tsunade. Creo que me agrada esa anciana.

—Ya perdí la cuenta de las veces que les agradecí a ambos —confesó el muchacho de ojos azules, ocultando su rostro en el cuello de Uchiha—. Aunque ellos esperan que seas tú quien lo haga, tal vez porque quieren ver tu orgullo caer. Dicen que no dejabas de llorar por mí.

—Creí que era al revés; después de todo, los líderes aseguraban que terminarías renunciando a tu posición por ser tan impulsivo —contestó el moreno, dando un paso hacia atrás para levantar la barbilla de Naruto—. ¿No te he dicho lo hermoso que te ves?

Los labios de Uzumaki se alzaron en una sonrisa juguetona ante la insinuación del hombre más alto. Naruto era radiante, como correspondía a su título de Dios del Sol. Su cabello rubio, semejante al oro, caía en desordenados mechones que enmarcaban su atractivo rostro, y su piel cálida no pasaba desapercibida para nadie. Sasuke recordó que la primera vez que coincidieron, se quedó sin aliento. Nunca le había interesado saber de cada una de las deidades del universo, pero con el chico de ojos zafiro sentía la necesidad de estar cerca de él, a tal grado de creer que su presencia lo complementaba.

—Sabes, sería buena idea convencer a Kakashi para que nos dé la oportunidad de tener más eclipses lunares; duran más que los solares —sugirió Uzumaki, jugando con la capa que vestía Sasuke—. Según explicó, el proceso culminaría en varias horas.

—Estoy de acuerdo, todo sea por estar más tiempo contigo —esbozó una sonrisa ladina el Dios de la Luna, acariciando con ternura las curiosas marcas en las mejillas de Naruto.

A ninguno de los dos les importaba esperar meses para ser parte del fenómeno de los eclipses, incluso si algunos consistían en unos minutos de manera parcial o, en esporádicos casos, totales. El simple hecho de que se volverían a encontrar los entusiasmaba en demasía; nadie podía opacar la ilusión que se alojaba en sus corazones. Estaban enamorados, y si la fórmula ideada por el Dios del Cosmos se reducía a esos momentos efímeros, lo aceptaban con el anhelo de compartir un futuro sin limitaciones.

Notas de la autora:

El evento es organizado por la cuenta oficial de X (Twitter): @SNSmonth2024. Consiste en hacer drabbles y one-shots durante los 31 días del mes de octubre con diversos temas relacionados a la pareja SasuNaru.

Es muy posible que algunos de los  drabbles / one-shots tengan continuación, igual avisaría si llega a pasar. 

Gracias por leer.

Sol y LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora