Matrimonio por Poderes

Capítulo Nueve. Angustia

Capítulo Nueve.

La Vizcondesa Katharine Bridgerton junto a su familia recibieron con gran pleitesía y cariño a Lady Agatha Danbury cuando ésta llegó a Aubrey Hall escoltada por el mismísimo Duque de Hastings y una comitiva de seis carruajes con las ultimas cosas que harían falta para el buen desarrollo del baile del día siguiente.

Durante el día y el siguiente comenzarían a llegar los invitados y que se quedarían en Aubrey Hall. Había algunos que se quedarían en residencias cercanas o con parientes a algunos kilómetros a la redonda. De todas maneras, eran más de setenta invitados, que no incluían a la familia. Cerca de un centenar de personas invitadas era un gran desafío no estando en la ciudad para la Vizcondesa, pero estaba lo haciendo posible gracias a la colaboración de todos los miembros de la familia y sus extensiones.

Daphne agradeció poder estar de nuevo junto a su marido nuevamente. Ambos se habían extrañado en demasía. El Duque estaba interesado en poder terminar unas cuantas ordenes de prestaciones y contratos a firmar que le habían quedado pendientes de contestar y gestionar antes de partir de Londres. Así que después asearse, saludar a sus hijos y pedir una bandeja de comida se encerró en la biblioteca con la idea de poder gestionar sus obligaciones y liberarse de aquellos compromisos para luego estar para darle espacio de calidad a sus seres queridos. No era necesario decir que su esposa también estaba en la biblioteca en esos momentos y que tardaron un poco en comenzar con lo planeado culpa de los días separados. Se dejaron llevar por la pasión tan abrasadora que aún no controlaba a pesar de los años que llevaban juntos. El amor que se profesaban era exactamente el mismo que se declararon mutuamente en el primer baile que ofrecieron como matrimonio. Simon seguía sin saciarse de Daphne y a Daphne le encantaba ser adorada en la forma que él la hacía sentir.

Para la hora del almuerzo, Lady Danbury ya sabía de la vuelta de Colin, la reacción de Penélope y la relación que traían en estos momentos. Le pareció interesante. No todos los días se oían historias como esta. Estaba entusiasmada con hacer unos arreglos y darle a Penélope la opción de elegir a otro caballero. La pobre la había pasado tan mal que no merecía sufrir más. Tenía un par de opciones excelentes para ella que estarían presentes en el Baile. Ella misma se había asegurado que sus madres les insistieran en hacer el viaje.

Lady Violet y Lady Featherington. Estaban dedicadas a revisar el vestuario de la fiesta junto a siete sirvientas y era una actividad que ambas les encantaba. Lady Danbury les acompañaba leyendo la columna de Penélope que no había leído antes de partir de Londres y tomando un poco de Licor. Ella decía que le ayudaba a mantenerse como un roble a sus años.

Anthony había invitado a pasear a caballo a Michael por los terrenos de la propiedad. Este último notó que lo querían alejar seguramente de Penélope, pero había aceptado de buena gana a él le fascinaba cabalgar y conocer paisajes nuevos.

Penélope huía de la mirada de Colin estando en la misma habitación. No había podido dormir bien la noche anterior atormentada por un breve sueño en que revivía el momento en que el padre de su hijo veía el anillo que le regaló Michael y este reaccionaba enfurecido al saber de su verdadera procedencia... exigiéndole en el acto usar el anillo que él le había dado. Despertó sobresaltada y no pudo volver a conciliar el sueño en horas. Se asustó completamente que en ese momento decidió volver a su plan original.

Colin se sentía nervioso. Sabía que existía una mínima esperanza y no podía fallar. Si lo hacía mal perdería al amor de su vida definitivamente. Tenía que derivar todos los muros que le separaban de ella y mostrarle que podían tener una vida maravillosa y llena de amor. Él había estado junto a los niños durante gran parte el día en el salón diario junto a Hyacinth, Penélope, Francesca, Benedict, John y Eloíse. Esta última no es que participara en el entretenimiento, ella leía.