La composición armónica del piano habia comenzado para abrir paso a la entrada de la novia, todo el mundo habia dejado de observar al novio que si bien era envidiado por algunos presentes tambien recibia comparecencias silenciosas. Lo que era una hecho, es su atractivo, el hombre lucia imponente.
Las puertas de madera blanca fueron abiertas y con ella ver a una mujer y al empresario más importante de corea caminar juntos. Lalisa estaba cubierta de un velo blanco que parecía tener incrustaciones de diamantes que eran perfectamentes unidos a los patrones del vestido, incluso por la extensa cola. La alfombra de flores era un toque fantasioso y sin duda combinaba a la perfección con la atmosfera de fantasía del lugar. Blancos y plateados eran los colores de la iglesía asi como cintos dorados para darle un toque de abundancia.
Todo el trayecto parecía demasiado tortuoso hasta que ella estuvo frente a él y vio al abuelo Manoban sonreírle, permitiendo que el apoyo que Lisa tenía sobre su brazo ahora fuera sostenido por el.
La ceremonia dio inicio y hasta ese punto Jeon nunca había vuelto a ver a los invitados. Era su momento, un evento que no volvería a vivir así que ese instante solo estaba ensimismado de Lalisa Manoban
–Prometo serte fiel, en la riqueza y en la pobreza. En la salud y enfermedad, todos los días de mi vida hasta que la muerte nos separe – recitó Lalisa a la perfección siendo colocado el anillo de diamantes en su dedo.
–Prometo ser tu fiel amante y confidente, cuidarte en la riqueza y pobreza. En la salud y enfermedad, procurar tu bienestar y rendir tributo a nuestra unión. – el alto hombre miró a la mujer a través del velo, por lo poco que lograba visualizar de sus facciones pudo observar que Lisa tenía una media sonrisa en el rostro.
Aquella declaración personal no solo eran palabras de un hombre enamorado, sino el disfraz que pocos podían entender es que Lalisa tenía a un perro fiel a su lado. A Jungkook no le importaba la imagen que los demás tuviesen de él porque lo único que importaba es que Lalisa tuviera la seguridad de sus palabras y la sinceridad del momento.
El resto nunca importó.
Colocando los anillos y terminando de observarlos en sus manos, el momento de levantar el velo dejó a todos perplejos pues la belleza irreal de la mujer de ojos azules era casi imposible. La satisfacción en el rostro y la victoria en cada facción le hacia más atractiva. Era la primera vez que la veían tan radiante y sonriendo.
Era la única vez que se casaría, Lalisa pensaba que ese momento debía de disfrutarlo al máximo porque no siempre podía permitirse tocar el oro con las manos. El emporio era suyo.
–Acaso mi esposo no piensa besarme– el resto de los invitados rió ligeramente y Jeon mordio su labio inferior para acercarse a su ahora mujer. Una sonrisa se asomó en el rostro antes de fundirse en un profundo beso.
La escena era hermosa. Ambos hacian tan buena pareja que el destino parecía haberlo planeado desde el principio para que sus caminos se cruzaran.
La diferencia de alturas era evidente y con ello Lisa tener que pararse de puntillas para profundizar el beso, pues ese era un detalle que le encantaba de su marido, es tan maldito alto que le hace sentirse protegida, y no solo su altura es bien proporcionada sino que estaba segura que su cuerpo estaba bien trabajado. Esa misma noche lo descubriría.
El publico los obligó a separarse y con ello mirar los rostros de conocidos como desconocidos. Bajando del recinto y pasando entre los invitados la pareja salía del lugar para unirse al salón de celebración.
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MONEY | LIZKOOK
FanfictionSolo un genio podría amar a una mujer como yo. Él es un genio.