Capítulo 12

152 35 2
                                    

El hombre se encontraba disfrutando del excelente clima en la piscina del resort. Lalisa se habia tomado un momento a solas en el spa y quizás mas tarde se uniría a ella, por el momento el agua fria era la opción adecuada para contraer sus músculos y liberar un poco la tensión. Se encuentran en el noveno día de su luna de miel, y por su parte debe admitir que le encanta la atención única que su esposa le otorga. Ha notado que el desinterés de Lalisa por algunas cosas es obvia, y esa atención adicional hacia él le hacer sentirse inquebrantable.

El agua se mueve en cada movimiento al nadar, los rayos de sol ya han bronceado un poco su piel que parece brillar en contraste con el agua que escurre de su estructural cuerpo. Jungkook sale un poco de agua sentándose en la orilla de la piscina mientras peina su cabello largo.  Es natural que un hombre así llame la atención y justamente cuando se toma un momento para disfrutar de la tranquilidad, de un momento a otro siente a alguien sentarse a su lado.

—Cariño, ya has...— el pelinegro se queda por un momento sin palabras al notar que la presencia femenina no es de su esposa .

El rostro es contraído y mantiene una expresión seria ante la incomodidad del momento.

—Disculpa, pensé que eras mi esposa— explicó rápidamente al notar la sonrisa de la mujer.

—Si tú lo quieres, puedo serlo. No me molesta esa idea, precioso. -- tras un guiño descarado Jeon desvía la mirada un tanto apático por el coqueteo 

—Lo siento, me tengo que ir. — francamente no le interesa hablar con otra mujer. En especial, porque ninguna es ella. Nadie puede compararse con su mujer.

—Espera guapo— el alto siente la mano contraria detener su camino.

—Seguro a tu esposa no le molestará que te haga compañía—

El hombre retiró el agarre e iba a negar cualquier invitación, seguramente la mujer creía que era una excusa. Sin embargo, cuando estaba a punto de explicar que en realidad está en su luna de miel sintió una potente mirada sobre él, en ese punto la conocía muy bien.

Traga en seco cuando en la distancia pudo verla con claridad, ella estaba recargada en el marco de la entrada mirándolo con una bebida en su mano. Al hacer notar su presencia Lisa caminó hacia las dos personas que habían captado su atención desde hace un rato.

Su rostro permanecía sereno, pero de alguna manera Jungkook se sintió inquieto pues la mujer parecía mirar en un lugar en especificó que el hombre de inmediato le hizo reaccionar y de un tirón logró zafarse de la mujer para mirar completamente a su esposa. La mujer hizo lo mismo y con curiosidad miró a la misma dirección que el guapo pelinegro.

Una hermosa mujer caminaba hacia ellos, su piel pálida resaltaba con el azul de sus ojos, sin embargo había algo en ella que le hizo dar un paso atrás.

— Causando problemas como siempre, mi amor — la magnate ignoró la presencia de la mujer para hacer doblar al hombre y plantar un beso tan intenso y territorial que estaba claro el mensaje.

— Te quiero lejos de esa mujer inmediatamente o tu y yo tendremos problemas en el paraiso— la pelinegra susurró cerca del oído de su marido una vez cortó el beso dejando jadeante y cuyas mejillas se habían acalorado.

Entonces la extraña comprendió que solo una mujer con esa presencia era la única que podía doblegar a un hombre de ese tamaño. Jungkook había entendido el mensaje, ya ni quisiera le importaba ser educado así que tal como la pelinegra dijo no volvió a mirar a la mujer y simplemente se fue de ese lugar dejando a Lisa con la pelirroja atrevida.

No era asunto lo que su esposa tratara con esa mujer, él quiso advertirle y es que Lalisa era demasiado territorial que algunas veces podía llegar a causarle escalofrío.

Cuando Jungkook estuvo lo suficientemente lejos Lisa miró por primera ves a la mujer quien sintió una corriente eléctrica al tratar de sostener la mirada contraria. — Ves la sortija en mi mano — Lisa había hablado y levantado la mano lo suficientemente alto para que la contraria viera el anillo de matrimonio.

—Es un anillo igual al que lleva el hombre con el que estabas tratando coquetear — la media sonrisa de la pelinegra era escalofriante.

— El mensaje es bastante claro ... — dio un paso hacia la pelirroja — No quiero que te vuelvas a acercar a mi esposo, de lo contrario te buscaré y tendremos otro tipo de conversación —

Pronto la pelirroja descubriría del gran error que cometió al poner su atención hacia un hombre que es prohibido.

Desde hace un rato que Jungkook había ingresó a la habitación, caminaba en círculos en la espaciosa estancia mientras esperaba que su esposa entrara. El sonido de la alarma le hizo detenerse y caminar al comienzo del pasillo encontrándose con Lisa quien caminó hacia él.

—Cariño, yo... —

Las palabras se acumularon en su garganta, el quería explicar la situación sin embargo simplemente ella se lanzó a su brazos y le besó nuevamente, esa reacción le sorprendió. Claramente no se lo imaginó. Así que le hizo caminar de espaldas hasta sentarlo en el sofa donde ella se sentó a horcajadas de él, sus besos habían bajado a su cuello donde su mujer y manos curiosas acariciaban todo el cuerpo.

Tras sentir la presión del cuello y fruncir el ceño ante la incomodidad de la succión, Lisa no se detuvo.

—Lisa... — Jeon quería entender que era lo que pasaba. La combinación de ardor y placer era indescriptible.

Lisa parecía esmerada en marcarlo pues los chupetones en el cuello los ejercía con más fuerza. Como si quisiera quedar marcada por más tiempo su piel.

—Cállate, no tienes derecho a quejarte. — el alto cerro los ojos con fuerza conteniendo la sensación de fuerza de la mordida que su mujer había dado al cuello.

— No puedo taparte la cara pero si puedo mostrarles a quien le perteneces —

El pelinegro solo permaneció en silencio aceptando esa ola de placer y dolor.

— No tienes que estar celosa — gimió el hombre al sentir como Lisa planeaba torturarlo con el jugueteo de su cuerpo. — Sabes que nunca he mirado y tampoco miraré a alguien que no seas tú —

La pelinegra no negó el comentario de su marido, pues de alguna manera sería como engañarse a sí misma. 

MONEY | LIZKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora