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Vio

La vida nos sorprendió el diecisiete de noviembre, con el inesperado nacimiento de Mara.

Todo empezó la noche del día de antes, cuando Kiki y yo decidimos acostarnos pronto, ya que yo no me encantaba muy bien. Horas mas tarde sentía un dolor bastante insoportable por lo que Kiki decidió que íbamos a ir si o si al hospital.

Una vez allí, me exploraron y me dijeron que Mara ya estaba aquí, que en breve iba a romper aguas y que el nacimiento se daría de ahí a unas horas.

Eso me agobio demasiado ya que quedaban unos días para que naciera y se venían los conciertos de Kiki y nuestra familia no estaba cerca, pero como siempre, Kiki le vio el lado bueno a que naciera. Dijo que al fin la conoceríamos, y que así podriamos dar sus últimos conciertos tranquilas sin la presión de cancelarlo por romper aguas. También dijo que la familia conocería a Mara en Granada, donde se iban a reunir todos para celebrar el primer fin de gira, ya que hasta marzo no había más conciertos.

Sobre las once de la mañana me bajaron a paritorios, porque la niña estaba a punto de nacer. A las once y veintitres de la mañana pude tener a mi hija en brazos, era preciosa aunque no le sacaba ningún parecido a mi, la pequeña Mara había decidido parecerse a mi hermana. Apenas tenía cuatro pelos rubios y era muy blanquita de piel, midió cincuenta y dos centímetros y peso dos kilos setecientos noventa gramos. Era tan pequeñita.

Kiki corto el cordón y cuando pudo ver a la enana, casi se le saltan las lágrimas. Se la llevaron a limpiar y a hacer pruebas en lo que a mi me subían a la habitación.

Tres días despues, el veinte, estábamos las tres en casa, sin saber muy bien cómo había pasado todo y sin creernos estar con la pequeña.

Ambas decidimos que bajaríamos con el coche a Sevilla, pero que no acompañaría a Kiki en su concierto, sino que me quedaría en el hotel con Mara, para que estuviera tranquila y no llorase, pero no fue asi.

En cuanto Mara noto que su otra mami ya no estaba, durmió muy poco, y se pasó la mayoría del tiempo llorando, incluso cuando me la ponía al pecho.

Tuve suerte que Kiki en cuanto acabo el concierto cogió el coche, fue a por cena al McDonald's y vino a estar con nosotras. Cuando Kiki entró por la puerta de la habitación, la pequeña se calmo bastante, pero cuando Kiki la cogió, se hizo el silencio

- A partir de mañana no te dejaré sola nunca más

- Eres su favorita y no me importa. Lo que pasa es que no se ha dormido nada en este rato, solo lloraba, ni comiendo paraba de llorar. No sabe estar sin ti y yo tampoco

- Ahora se dormirá tranquila

- Kiki mañana

- Mañana va a ser un día muy intenso y muy bonito y por eso mis chicas tienen que descansar. Vamos a salir muy pronto. Son tres horas y cuarto en coche, pero viajar con esta pequeña hace que sean más a no ser que vaya tranquila y dormida

- Mi familia se tomará muy mal que no la hayamos dicho nada

- Amor.- Me cogió la mano.- Mara quiso nacer hace cinco días, tuvimos la suerte de que no hubiera prensa, y aún tenemos la suerte de que nadie sepa de ella. Es normal que al principio se tomen todos muy mal que no se lo hayamos contado, pero en cuanto vean está carita de princesa que tiene nuestra preciosa niña se les pasará

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