3. La criatura del bosque

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El otoño ya estaba a plenitud, y las hojas cayendo de los árboles, junto a las frías ventiscas y bajas temperaturas propias de la región, daban fé de ello.

El día apuntaba a ser uno tranquilo, a pesar de la temperatura descendiendo cada vez más. Pero la ausencia de uno de los niños bajo su cargo en la hora del almuerzo encendió todas sus alertas.

— ¿Cuándo fue la última vez que lo vieron?- Preguntó al resto de niños, intentando mantener la calma.

— Nadie lo ha visto desde el desayuno, señor Hasgard.

La respuesta de los menores era alarmante, pero sabía que debía mantener la calma. Cuando se trataba de un niño perdido, especialmente en un bosque, cada minuto contaba y podía hacer la diferencia entre la vida y la muerte.

De inmediato llamó a la policía para solicitar apoyo, y la intensa misión de búsqueda comenzó, sin rendir fruto alguno a pesar de las horas transcurridas.

La temperatura seguía bajando, quedaban solo unas horas para que el sol se ocultara, y sabían que si eso pasaba, todo se complicaría aún más. Pero nadie había logrado hallar ni una sola pista del niño desaparecido.

Justo en medio de todo ese caos, dos visitas arribaron al orfanato, preguntando qué ocurría.

— Salo desapareció. Nadie lo ha visto desde el desayuno y no lo hemos encontrado.

— ¿Crees que haya salido del orfanato para ir al bosque?

— No lo sé, Asmita.- Suspiró con abatimiento.

— Hey, relájate, grandulón.- Habló Kardia.- Nos sumamos a la búsqueda. No pudo ir tan lejos, lo encontraremos.

Por suerte o por desgracia, en una situación así toda ayuda era bienvenida, especialmente de alguien que conociera el terreno y no corriera riesgo de perderse. Así que Asmita y Kardia se reportaron con los oficiales y se unieron a la búsqueda.

— Creo que llegamos un poco tarde.- Mencionó Kardia, mientras caminaban entre los árboles, ya lejos de todos.- Alguna de las cosas que viven en este bosque ya se dió un festín con ese niño.

— ¿Se te olvida que los sellos y talismanes son solo una precaución extra?- Replicó el rubio.- Este territorio es custodiado por alguien capaz de mantener a todas las demás criaturas a raya.

El sonido de las ramas de los árboles agitándose por una ligera corriente de aire y algunos montos de tierra caer, pusieron alerta a Kardia, que de inmediato sujetó la mano de su invocador, colocándolo detrás de sí, mientras retomaba su forma demoníaca. Justo antes de que un enorme lobo de pelaje tan negro como la noche misma y unos inquietantes ojos escarlata saltara frente a ellos mostrando sus filosos colmillos.

— Pff... Solo eres tú.- Bufó Kardia, retomando su apariencia humana.- Gracias por la bienvenida. También nos alegra verte.

El lobo gruñó, clavando su mirada en el íncubo, con claro deseo de borrarle esa sonrisa altanera de los labios.

— Es bueno verte de nuevo, Kagaho.- Intervino Asmita, colocándose entre ambas criaturas.- Creo que ya estás enterado del problema, ¿no es así?

El can soltó un último gruñido, antes de retroceder un par de pasos y tomar su forma humana frente a ambos.

— Tantos años y sigues siendo un exhibicionista...

La risita burlona de Kardia logró fastidiar al azabache, que se acercó hasta un árbol, extrayendo de un hueco en el tronco una gruesa capa de tela negra, y rápidamente cubrió su desnudez con ella.

— Ignóralo, ya sabes cómo es.- Negó Asmita, acercándose a Kagaho.- ¿Tienes idea de qué pudo pasar con Salo?

— Una de esas mierdas caníbales.- Replicó el azabache.- ¿Qué más va a pasar?

Cazadores de luces y sombras [#Deathween2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora