16. El amarre

10 2 0
                                    

El sonido del despertador haciéndolo abrir los ojos, recordándole su realidad a base de gritos y una discusión provenientes de la sala.

Ya estaba acostumbrado, así que solo apagó el reloj, salió de la cama para tomar una ducha rápida y vestirse, antes de bajar al comedor, escuchando un sonido familiar al caminar por el pasillo.

— Pandi...

Llamó a la puerta de la habitación de su hermana menor, antes de ingresar, encontrandola llorando escogida en un rincón.

— Hey, ¿otra vez estás asustada?

La adolescente de catorce años apenas alzó su mirada, antes de abrazarse a él.

— ¿Por qué siempre pelean, Rada?

— Así son ellos, Pan. Ya te dije que no les prestes atención.- Respondió con un suspiro.- Ahora busca tus cosas y vámonos, o llegarás tarde a la escuela.

Su hermana asintió, y ambos se pusieron de pie para bajar hasta el comedor, encontrando una imagen ya habitual.

Sus padres discutiendo como si no hubiese un mañana. Su madre gritando y reclamando a su padre, y arrojando algún objeto... Lo mismo de cada día.

— Ya nos vamos.- Habló, captando la atención de sus progenitores.- Pasaré a dejar a Pandora antes de ir a la preparatoria.

— Haz lo que quieras.- Gruñó su madre, antes de marcharse escaleras arriba.

Su padre soltó un pesado suspiro, apretando el puente de su nariz.

— ¿Qué le pasa ahora?

— Nada. Ya sabes cómo es tu madre, Rada.- Respondió su padre.- Después se le pasa.

— Como digas.- Bufó.- Ya nos vamos.

— Vayan con cuidado.

— Adiós, papá.- Mencionó su hija, acercándose a besar la mejilla de su padre.- Te quiero.

— Y yo a tí, princesa.

Ratamanthys solo rodó los ojos, y esperó a su hermana para finalmente partir a la escuela en el automóvil que había recibido por su cumpleaños hace un par de meses.

Primero dejar a su hermana en la escuela, y asegurarse de que ingresara a salvo, y después partir a su propia escuela para iniciar un día más.

— ¡Hey, Rada!

De inmediato reconoció esa voz, y solo suspiró.

— ¿Qué quieres, Walden?

— ¿Por qué sigues llamándome de esa forma?- Cuestionó su compañero de clases.- Ya te dije que solo me digas Kanon.

— Porque ya te he dicho una y mil veces que no somos amigos y no te tomes tantas libertades conmigo.

— Hemos sido compañeros desde primer año, hemos pasado muchas cosas juntos, ¿no crees que es suficiente para considerarnos amigos?

— No.

Kanon solo rodó los ojos, y no se despegó de su lado hasta que llegaron al salón de clases y terminaron sentándose juntos.

Para mala suerte del rubio, esa mañana la profesora creyó que sería una grandiosa idea hacer trabajo en duplas, y terminó forzado a trabajar con ese desastre andante de cabello azul... Otra vez.

Bueno, si no había otra opción... No podía darse el lujo de sacar una mala nota, así que se resignó a llevar a Kanon a casa después de clases para comenzar a trabajar. No sin antes pasar por su hermana menor.

Cazadores de luces y sombras [#Deathween2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora