XVIII. Te buscaré

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Dos semanas pasaron, luego tres y cuatro, Aziraphale estaba triste, sabía que Crowley no iba a volver, una noche Muriel le llevo un té y una galletas de la cafetería de Nina a su habitación.

Muriel le contó todo lo que había pasado y como el demonio se quedó cuidándolo día y noche.

-Te la pasabas gritando su nombre, él estaba muy asustado, trataba de consolarte hasta que te calmabas, lo vi abrazandote y llorando más de una vez, ¿por qué no están juntos?

-Es complicado.

-Creo que a Crowley le duele quererte tanto y sentir que no es correspondido.

-Al principio pensé que era lo correcto, después no supe cómo hablar con él sobre lo que sentimos.

-¿Y lo amas? porque Crowley sí te ama y mucho.

-Es difícil deshacerme del miedo que he tenido por 6000 años.

-¿Sabes que Miguel y Uriel ayudaron a sanarte? Yo no creo que después de eso a alguien le importe a quien ames o con quién decidas estar.

Aziraphale se quedó pensativo y al final le dijo que necesitaba un tiempo a solas, que le gustaría descansar y pensar un poco, cuando ella iba saliendo le dijo.

-El señor Crowley sería capaz de atravesar mil condados y más solo por ti, sé que lo sabes, sé que sabes que ya ha hecho mucho más que eso, si eso no demuestra su amor ¿Que lo haría?

Al día siguiente Aziraphale se levantó, se baño y se puso su antigua ropa, aunque le quedaba grande, la modificó con un milagro, ahora eso era lo de menos y se fue al departamento de Crowley, olvidó que él ya no estaba ahí, entonces se fue a a la cabaña, esta vez ya no había barrera, no sabía por qué, algo era diferente, cuando estuvo adentro lo supo, el lugar estaba completamente vacío, el lugar donde compartieron ese pequeño nido de amor ahora ya solo era una sombra, no había quedado nada de lo que vivieron ahí.

Se recargó en una de las paredes tratando de pensar dónde estaría, que habrá hecho y recordó el último día que pasaron juntos, cuando le enseñó las fotos de la nueva cabaña que había comprado para ambos, entonces viajó a Edimburgo, es el único dato que recordaba sobre el lugar y se puso a buscarlo con un milagro.

Se recargó en una de las paredes tratando de pensar dónde estaría, que habrá hecho y recordó el último día que pasaron juntos, cuando le enseñó las fotos de la nueva cabaña que había comprado para ambos, entonces viajó a Edimburgo, es el único dat...

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Cuando lo encontró se transportó ahí, era una caña preciosa, no podía negarlo. El sol ya se estaba ocultando cuando entró, encontró muchas cosas aún en cajas, reconoció el viejo trono que estaba en su departamento, después de echarle un pequeño vistazo al lugar se fue directamente al dormitorio, ahí lo encontró, durmiendo, totalmente desnudo, sus sábanas oscuras resaltaban el tono bronceado de su piel.

Aziraphele estaba deseoso de tocarlo, no sabía cómo acercarse, solo se dejó llevar, se quitó casi toda la ropa y se acostó junto a él, tocó su mejilla suavemente.

-Crowley -después de un momento despertó asustado.

-¿Qué estás haciendo aquí y qué haces desnudo?

-Este soy yo Crowley, no un ángel, no un Arcángel, solo yo, que te amo demasiado y no quiero estar un solo minuto sin ti, me quedaré contigo porque te amo y eres lo más importante en mi existencia, quiero estar contigo amándonos, quiero besarte y hacer el amor, quiero que te sientas amado porque no hay dolor que se compare con el que sentí cuando te volví a perder. Te amo, Crowley.

Se acercó a besarlo y comenzó a tocar su pecho, su espalda, Crowley aún estaba un poco adormilado y trato de asimilar todo lo que estaba escuchando, solo atino a corresponder el beso.

-Quiero ser solo tuyo, tómame, hazme sentir el paraíso en tus brazos. Amo lo imperfecto que eres siendo tú, amo tus labios, a los que me he vuelto adicto desde la primera vez que los posaste en mí, esos ojos únicos que solo quiero que me miren a mí, tu cuello tan hermoso, tu piel fría, el color de tu cabello, tu corazón -tocó su pecho haciendo a Crowley estremecer, la mano bajó suavemente hasta su entrepierna- hazme tuyo todos los días de nuestra eternidad. Te amo Crowley, ódiame y después vuelve a amarme, por favor.

-No te odio, eres lo más hermoso en mi vida y te amo demasiado.

Se acercó y lo besó apasionadamente y después puso su pierna en su cadera.

-¿Quieres pecar conmigo?

-Siempre, pequeña serpiente tentadora.


Adaptarse a su nueva vida no fue fácil, sobre todo para Aziraphale, a veces viajaba a Londres para ver la librería o solo porque se le antojaba cenar en el Ritz y Crowley siempre lo complacía, poco a poco hicieron pequeños y nuevos acuerdos y se dejaron llevar por todo el amor contenido desde aquel primer encuentro, cuando todo comenzó.

Adaptarse a su nueva vida no fue fácil, sobre todo para Aziraphale, a veces viajaba a Londres para ver la librería o solo porque se le antojaba cenar en el Ritz y Crowley siempre lo complacía, poco a poco hicieron pequeños y nuevos acuerdos y se d...

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La cabaña se convirtió en su hogar y su refugio. Por fin podían ser ellos mismos, un ángel y un demonio que se aman infinitamente.

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Está linda y trágica historia llegó
a su fin, gracias por leerme,
espero que les haya gustado. Fue hecha con mucho amor y algunas
lagrimitas 🤭, mucho amor.
Infinitamente gracias ☺️

Cuando te marchasteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora