Capitulo 40

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Rhea Ripley tenía una presencia que era imposible ignorar, una mezcla de fuerza y misterio que atrapaba a cualquiera que se acercara demasiado. Había algo en su mirada, en la manera en que caminaba, que hacía que todo pareciera girar a su alrededor. Era adictiva, como un veneno dulce que te consumía lentamente, y aunque sabías que era peligroso, no podías resistirte. Ella era como un tatuaje, la tinta permanente bajo la piel.

Grayson lo sabía muy bien, después de lo que pasó, estaba destruido, en un estado que sabía a la perfección que no podía llegar a la casa, optó por ir a un bar, estaba sentado solitario en la barra, con... la verdad había perdido la cuenta de que número de vaso de whisky era.  Solo sabía que cada sorbo quemaba, pero no tanto como el vacío que sentía en el pecho luego de que literalmente le dijera que era el adiós definitivo, esta vez se sentía mucho más real que las dos anteriores. Las palabras de Rhea resonaban una y otra vez en su cabeza, "este es el adiós", como una sentencia que lo dejaba sin aire lo había vuelto a herir, se sentía tan mal, sentía que su vida terminaba, pero al mismo tiempo estaba al tanto que había alguien más esperando por él. Aún así  todo en él se sentía roto, como si hubiese perdido algo irrecuperable. El alcohol no podía entumecer el dolor de saber que ella se había ido para siempre de su vida.

*** 

Austin estaba inquieto, mirando el reloj cada pocos minutos. Ya pasaban las 4:30 de la mañana y no había rastro de Grayson. No había podido descansar, a pesar de intentar dormir en varias ocasiones. La ausencia de su pareja a su lado lo mantenía despierto, y su mente se llenaba de preocupaciones: ¿dónde estaba? ¿por qué no contestaba sus mensajes ni sus llamadas?

De pronto, escuchó el ruido de un automóvil acercándose a la casa. Austin se levantó rápidamente y se asomó por la ventana. A través del cristal, vio el vehículo de la madre de Grayson, el mismo que ella le había prestado esa noche. Suspiró con alivio porque sabía que Grayson estaba de vuelta, se levantó, bajó las escaleras, abrió la puerta de la casa justo cuando Grayson intentaba salir del coche. El estado en el que estaba era evidente, estaba tan ebrio que apenas podía mantener el equilibrio. Tropezaba con sus propios pies, con los ojos vidriosos y una sonrisa vacía que lo delataba aún más. Austin cruzó los brazos, la rabia en su rostro era evidente, tras ver  a Grayson en ese estado, sobre todo la falta de responsabilidad en conducir algo, le pudo pasar algo, o causar un accidente para alguien más, claramente había una conversa pendiente, pero la preocupación ganó sobre el enojo.

Sin decir una palabra, Austin lo tomó por el brazo y lo ayudó a entrar en la casa. Grayson se apoyaba completamente en él, sus pasos torpes resonaban por el pasillo mientras Austin lo guiaba hasta la habitación. Cuando llegaron, Grayson apenas alcanzó a quitarse los zapatos antes de dejarse caer sobre la cama, quedando profundamente dormido en cuestión de segundos.

Austin lo miró un momento, sentía mucha ira y la frustración, claramente estaba enojado, viajaron juntos, le quiso dar su espacio, pero no justificaba dejarlo solo por tantas horas, sin responder llamadas, y para colmo volver en ese estado, arriesgando su vida y la de los demás, pero Grayson ya estaba totalmente dormdio.  Austin suspiró, y apagó la luz,  se acostó al lado de Grayson, aunque sabía que dormir no sería fácil, pero no había sido una buena noche, así que al rato le ganó el sueño, y tambien se durmió.

***

a las 8:00 pese a no haber dormido Austin ya había despertado, se levantó nuevamente, tomó desayuno con la mamá de Grayson como ya se hacía costumbre.

Austin amaba escuchar las historias  que le contaba su suegra de cuando Grayson era un niño, una vez que terminaron de desayunar, ella mencionó que debía ir al supermercado a hacer las compras, Austin se ofreció a acompañarla, posteriormente a comprar todo, Austin aprovechó de comprar un helado, tomaron asiento en el parque que quedaba al frente del supermecado, dónde incluso Austin se tomó una selfie con su suegra y sus helados, y la subió a instagram, posteriormente volvieron a casa, era al rededor del medio día, Grayson seguía dormido, la molestia de Austin se hacía mayor, pero intentaba de relajarse y disfrutar de conocer mejor a su suegra, llevaba menos de una semana en Australia, y ya amaba a la señora Waller, incluso deseaba haber tenido una madre como ella, en lugar de Ann Marie Theory. 

Lies, Lust and Chaotic LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora