Capitulo 9. 𓃠

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Rachel.

Me pasó una mano por los ojos, evitando mirar a Christopher. Una maldita infección de estómago no debería ser motivo de ir al doctor, joder.

Pero no está en mi ignorar a las personas, mucho menos si la persona está muy guapa.

—Oye...

—¿Que?

Frunzo los labios.

—No quiero ir al doctor —tomo su mano, agradeciendo el semáforo en rojo—. ¿Y si mejor te invito una hamburguesa con papas fritas y después vamos al cine?

Enarca una ceja.

—¿Ves por qué coño siempre te anda doliendo el estómago?

Arrugó la nariz sin querer.

—Nunca ha sido mortal para mí comer tanta comida chatarra —bufo—. Vamos, ¿si? —parpadeo.

Acelera de nuevo, provocando que me muerda el labio con fuerza.

—Después de la consulta vamos a dónde se te venga en gana.

—Es que... Imagina que me inyectan... Me va a dar un paro cardíaco y te vas a quedar sin novia...

Suelta un suspiro.

—Solamente vamos para que te receten algo, tampoco es el fin del mundo.

—A veces recetan inyecciones...

—Y pastillas en caso de que no quieras las inyecciones —interrumpe—. Ya llegamos, no nos vamos a ir ahora.

—Pero yo quiero invitar a mi precioso novio a una cita en un restaurante con una hamburguesa gigante que...

Desacelera, formándome un puchero en los labios.

—Me voy a quedar aquí —informo, cruzándome de brazos.

Sale del auto y lo rodea, obligándome a salir.

—No quiero...

—Nena, te estar comportando como una niña de tres años.

—Es que no me gustan los doctores —sus manos se apoyan en mis hombros y me obliga a caminar a el consultorio—. Siempre cargan agujas...

—Eres una exagerada.

La recepcionista levanta la mirada cuando nos ve llegar, suelto un suspiro.

—Señorita James —se pone de pie—. La doctora Ana ya la está esperando.

Me suelto de Christopher, acercándome a la chica.

—Oye, linda, ¿No me quieres cancelar la cita? —muestro mi carita más convincente—. Le dices a la doctora que no llegue... Pero sin que mi novio se entere y yo...

—Rachel...

La chica me sonríe, soltando una ligera risita.

—Lo siento mucho, señorita, su novio ya me había dicho que podría decirme eso.

Miro por encima del hombro al idiota que según es mi novio.

—Te odio —mascullo.

—Ajá.

Me vuelve a sujetar y tristemente voy a mi muerte a la maldita consulta. La doctora me recibe con una sonrisa amable... Es que si me cae bien, pero me da miedo.

Dios mío. Si me estoy comportando como una niña de tres años.

—Buenas tardes, Rachel —saluda—. Buenas tardes, señor Morgan.

𝗦𝗢 𝗜𝗧 𝗚𝗢𝗘𝗦 | 𝗙𝗔𝗡𝗙𝗜𝗖 𝗖𝗛𝗥𝗜𝗦𝗖𝗛𝗘𝗟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora