𝗦𝗢 𝗜𝗧 𝗚𝗢𝗘𝗦 | 𝗙𝗔𝗡𝗙𝗜𝗖 𝗖𝗛𝗥𝗜𝗦𝗖𝗛𝗘𝗟

Capitulo 15. 𓃠

Christopher.

Le doy un beso más antes de soltarla para irme a poner una jodida camisa.

—Que los haga pasar Miranda —me toma de la mano.

Camino con ella a la habitación, pegándola a mi y envolviéndola entre mis brazos. Su risa llena el lugar, haciéndome soltar un suspiro.

Si sé por qué estoy como idiota, pero nunca se lo voy a decir.

Ni a ella ni a nadie.

—Sé que no te gustan mucho este tipo de camisas, pero compré está para ti —se suelta para ir al armario.

Frunzo el ceño, viéndola sacar una camisa blanca.

—No tienes que ponértela, pero estás prendas se te ven muy bien, en serio lo hacen —sonríe ampliamente, logrando que el hoyuelo en su mejilla se marque.

—Si solo vamos a estar aquí —enarco una ceja.

—Si, pero deberías verte formal, Christopher. Vamos a ir a cenar afuera y...

—Si quiero puedo ir desnudo.

Rueda los ojos.

—Me gusta mucho como te ves con estas camisas. No tienes que ponerla si no quieres —me la entrega—. Pero harías a tu novia embarazada a casi nada de parir... Muy feliz.

Le pellizco el culo cuando me da la espalda.

—Chantajista.

—Inteligente —me da un golpe en la mano—. Y deja de pellizcarme el culo, me lo vas a dejar morado.

La idea no se ve mal en mi cabeza.

—Cámbiate. Te voy a esperar en la habitación para ir juntos a la sala.

Suelto un bufido cuando se va. Pero me apresuró para alcanzarla.

Sonríe, acercándose a acomodarme mejor los últimos botones de la camisa, le doy un beso antes de que me obligue a salir de ahí.

—¡Mi princesa! —tuerzo los labios.

El hombre no la deja llegar, me la arrebata de los brazos y la abraza, llenándola de besos.

La levanta y le da vueltas, logrando que la otra se ría. Alex y yo observamos el como la zangolotea como si no estuviera a nada de tener a mi hija.

—Rick, ¿Te recuerdo que en dos semanas va a tener a mi nieta?

—Cállate —no la suelta—, ¿Cómo estás, mi amor?, ¿El idio...?

—Cuidado con lo que sueltas —se queja Sara, acercándose a mi—. Que vas a hablar de mi hijo.

A regañadientes recibo su abrazo, pero aparto la cara cuando noto sus intenciones de besarme.

—Ni de coña —mascullo.

—No seas mal hablado —me jala por el cuello de la camisa, hago una mueca cuando logra plantar un beso en mi mejilla—, ¿Cómo estás, muñequito?

—Mal —miro a mi novia de nuevo—. La andan zangoloteando de un lado a otro como si mi hija no fuera a nacer en dos semanas —mascullo.

Sacude la cabeza, rodeando mis hombros con su brazo. La estatura le dificulta la acción. Me le burló, pero el idiota que se supone es mi padre me da un zape.

—No te burles de tu madre.

—¿En serio te casaste con él? —la miro—. Más bien, ¿Por qué no te has divorciado de él?, tu marido se la pasa golpeándome, una madre responsable y buena no dejaría que maltraten a su único hijo.