𝗦𝗢 𝗜𝗧 𝗚𝗢𝗘𝗦 | 𝗙𝗔𝗡𝗙𝗜𝗖 𝗖𝗛𝗥𝗜𝗦𝗖𝗛𝗘𝗟

Capitulo 16. 𓃠

Rachel.

—Joder, duérmete.

Tuerzo los labios.

—Christopher...

—Necesita...

—Nada. No puedo dejar a la niña así...

—La niña está bien. Y yo no soy un jodido incompetente que no puede cuidarla. Y tú, te estás cayendo de sueño. Así que hazme el jodido favor de meterte en la cama.

—Tiene fiebre...

—Ya la reviso Reece y te dijo que está bien —me sujeta del mentón—. Por favor, métete a la cama.

Parece desesperado.

Le doy un beso en el mentón, sacudiendo la cabeza.

—Por mucho que quiera, no puedo, mi amor —arrullo a la niña—. Estoy aprendiendo a ser mamá, me preocupa todo... Cómo el que no deje de llorar —susurro—. Ya sé que Reece dijo que está perfecta. Externa e internamente. Está limpia, bien duchada, en un buen clima... Ya la alimente, pero me preocupa mucho que no deje de hacerlo...

Se pellizca el puente de la nariz.

—Nena —se inclina más a mi—. Sabes bien por qué no se duerme.

Frunzo los labios.

—Pero ya la cargaste tu y ni así se le pasa...

Me obliga a levantarme, coloca los brazos cerca de los míos y termino dándole a Ava.

—Agárrale la mano.

Hago caso, mirando fijamente a la bebé... Pero el llanto no se detiene. De nuevo.

Me quedo quieta cuando se aferra a mi dedo y él le empieza a hablar.

—Son las jodidas tres de la mañana, Sarahí —masculla—. ¿Qué tal si te dejas de berrinches y te quedas dormida de una vez?

—No le hables así —murmuro.

Sacude la cabeza. Su tono es suave, todo lo opuesto a lo que dice.

—Nosotros también merecemos dormir, mocosa —le reprende—. Te la pasas todo el día dormida por esto. Si existe eso llamado "Día" y "Noche" con horarios, es por algo.

Sonríe.

A la princesita se le ocurre detener el llanto para sonreír.

Su padre suelta un bufido.

—Eres una mocosa jodidamente berrinchuda. Otra cosa no pudiste sacarle a tu madre.

—¡Oye! —protesto.

—Es la verdad, nena —mi bebé me aprieta más el dedo, retorciéndose entre los brazos de su padre—. Y tú, mocosa del diablo. Duérmete de una vez. Haznos un jodido favor a todos aquí. Hazte un favor a ti también.

No sé si indignarme por el hecho de que se ría.

—¿En serio, Ava? —me quejo—. ¿Nos tienes así solo para poder reírte a gusto? —suelta un tierno bostecito que me derrite de amor—. No entiendo cómo es que tienes mi sangre en las venas. Yo jamás te...

—No seas mentirosa, nena —habla mi novio—. Sabes y sé que lo berrinchuda lo saco de ti.

—Hablo el rey de los berrinchudos —bufo—. ¿Te vas a dormir ya, mi vida?, por el amor a tus padres...

Se acurruca contra el pecho de su padre, halándome la mano cuando se lleva la suya contra el pecho.

Seis meses.