Capitulo 12. 𓃠

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Christopher.

Avanzo por la acera, sin saber muy bien que hago aquí. Fácilmente pude haber mandando a alguien o pedirlo por internet. Pero no.

Aquí estoy como idiota, buscando el jodido local hasta que lo encuentro.

Me toca hacer fila, así que otra cosa para quejarme hoy. Cuando al fin llegó a la caja, suspiro.

—Buenos días, ¿En qué le puedo ayudar?

—Una caja para niños y le agregas el triple de papas fritas, helado de vainilla, una hamburguesa de pollo y el pastel de chocolate.

Parpadea.

—Disculpe, no tenemos eso disponible aún, tendría que regresar después de 1:00 pm...

Me pellizco el puente de la nariz.

—Pagaré el triple, solamente ponlo.

Se aclara la garganta.

Rachel me va a matar como no llegue en media hora con lo que pidió. O según ella: con lo que pidió mi hijo.

—Es que aún no comienzan con...

—No me importa. Que alguien más lo haga. Pagaré lo que quieran, pero lo necesito en veinte minutos.

—Es que...

—Buenos días, ¿Hay algún problema?

Miro a la otra mujer, supongo que es la gerente del lugar.

—Necesito comida. No el desayuno. Pagaré cinco veces el precio si eso hace que me lo pongan ya. ¿Bien?

Mira a la cajera y me mira a mi.

—No hay comida hasta después de la...

—Si. Ya me lo dijeron —bufo, detestando las situaciones en las que me pone esa mujer—. En varias sucursales, ¿Bien?, pero es lo que ocupo y supongo que si son una sucursal que tiene en el título "la mejor de la cadena en Rusia", es por algo.

La mujer tuerce los labios.

—De acuerdo. Pero no creo que esté listo rápido.

—Preferiría que si. Tengo a una embarazada en un auto llorando, si se baja y ve que tardan, dudo mucho que sigan con el título que se ganaron.

—¿Me está amenazando?

—Tómalo como quieras. Amenaza o lo que sea, pero lo necesito para dentro de quince o veinte minutos.

Tensa la mandíbula.

—Lilian, ¿Tienes el pedido?

La cajera asiente. Le muestra la pantalla, provocando el suspiro de la otra.

—Veinticinco minutos. Y no es seguro que esté listo para este tiempo...

—Dentro de quince o veinte minutos, no más. Y que todo esté fresco. Mi mujer reconoce cuando algo tiene más de cinco horas cocinado.

Suelta un bufido.

Le da indicaciones a la cajera que desaparece de detrás del mostrador para entrar a la cocina. La gerente me da una ficha y me toca esperar en una mesa a qué me llamen.

Saco el teléfono, justo antes de que empiece a vibrar.

La imagen de Rachel se proyecta en mi pantalla y no sé cómo es que se ve tan jodidamente bien, a pesar del rímel corrido y la cara roja por el llanto.

Llevamos dos horas buscando lo que quiere. Dos malditas horas de sucursal en sucursal.

—¿Y...?

—Dicen que en veinticinco minutos, nena.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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𝗦𝗢 𝗜𝗧 𝗚𝗢𝗘𝗦 | 𝗙𝗔𝗡𝗙𝗜𝗖 𝗖𝗛𝗥𝗜𝗦𝗖𝗛𝗘𝗟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora