FINAL: PARTE 2

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Jungkook se despertó de repente, su corazón latiendo a mil por hora. Se incorporó en la cama, con la respiración entrecortada. La luz del sol entraba por la ventana, iluminando el pequeño departamento que compartía con Taehyung. Se frotó los ojos, tratando de despejar la confusión que lo envolvía. Todo había sido un sueño, un sueño inquietante y vívido que lo había dejado con un peso en el corazón.

Se sentó en la cama, sintiendo el peso de la confusión en su pecho. Se frotó los ojos, tratando de despejar la niebla en su mente. ¿Era posible que todo hubiera sido solo un sueño? Recordaba cada detalle vívido: el sufrimiento, las lágrimas, el dolor de ver a Taehyung luchar contra su enfermedad. Pero el calor que lo envolvía ahora era un recordatorio de que estaba vivo y, más importante aún, Taehyung también.

Con un suspiro tembloroso, Jungkook se levantó y se dirigió a la cocina. A medida que se acercaba, un aroma familiar de café recién hecho le llegó a la nariz, y una mezcla de esperanza y miedo se apoderó de él. Abrió la puerta de la cocina y, al ver a Taehyung de espaldas, su corazón dio un vuelco.

—¿Taehyung? —llamó, su voz apenas un susurro.

Taehyung se volvió, su sonrisa iluminando la habitación como el sol. Tenía el cabello despeinado y una camiseta cómoda, y en sus ojos había una chispa de alegría que hizo que Jungkook se sintiera desbordado.

—¡Buenos días, Jungkook! —exclamó Taehyung, con una energía vibrante—. ¿Dormiste bien?

Jungkook sintió que su mundo se desmoronaba. No podía creer lo que estaba viendo. Se había imaginado tantas veces este momento, pero nunca así. La risa y la vida de Taehyung llenaban la cocina, y la realidad de que todo había sido un sueño aterrador se asentó en su corazón como una carga.

Sin poder contenerse más, las lágrimas comenzaron a fluir por sus mejillas. Se acercó a Taehyung con un paso apresurado, sintiendo la presión en el pecho aumentar.

—¡Taehyung! —lloró, abrumado por la emoción. Se lanzó a sus brazos, abrazándolo con fuerza, incapaz de contener el torrente de sentimientos que lo inundaban—. Pensé que te había perdido... pensé que nunca más te volvería a ver.

Taehyung se sorprendió al principio, pero luego lo abrazó con fuerza, rodeando a Jungkook con sus brazos. Su corazón se contrajo al sentir el dolor y la angustia de su pareja.

—Jungkook, ¿qué pasa? —preguntó con suavidad, tratando de calmarlo—. Estoy aquí, estoy bien.

Jungkook aferró a Taehyung con desesperación, como si pudiera protegerlo de cualquier cosa que pudiera amenazar su felicidad. Las lágrimas continuaron cayendo, cada una simbolizando la angustia de la pesadilla que había vivido.

—Lo siento, lo siento tanto... —dijo Jungkook entre sollozos—. Todo fue tan real... No sabía si alguna vez volvería a verte.

Taehyung acarició la espalda de Jungkook, sus manos suaves y reconfortantes.

—Shh, cariño. Estoy aquí. Nunca te dejaré —susurró Taehyung, sus ojos llenos de amor y comprensión.

Jungkook finalmente se separó un poco para mirar a Taehyung a los ojos, buscando la certeza de que realmente estaba allí. A medida que sus miradas se encontraron, la tormenta de emociones se calmó un poco, aunque las lágrimas seguían fluyendo.

—No puedo creer que haya sido un sueño. No puedo creer que todo eso no haya sucedido —dijo Jungkook, sintiendo una mezcla de alivio y gratitud.

—A veces, los sueños pueden ser aterradores, pero lo importante es que estamos juntos en la realidad —dijo Taehyung, con una sonrisa que iluminó su rostro—. Y yo estoy aquí para quedarme, siempre.

Jungkook se secó las lágrimas con la manga de su camiseta, sintiéndose abrumado por el amor que lo rodeaba.

—Gracias por no ir a ninguna parte. Gracias por seguir siendo tú —dijo Jungkook, sintiéndose más ligero.

Taehyung le devolvió la sonrisa, acercándose un poco más para darle un suave beso en la frente.

—Siempre estaré contigo. No hay sueño ni pesadilla que pueda separarnos.

La cocina, llena del aroma a café y risas, se convirtió en un refugio seguro. Jungkook sintió que, a pesar de los miedos y las pruebas de la vida, había algo más fuerte: su amor por Taehyung, que podía superar cualquier oscuridad.

—¿Sabes qué? —dijo Jungkook, secándose las lágrimas y sintiéndose más tranquilo—. Vamos a aprovechar este día. Quiero que hagamos algo especial.

Taehyung asintió, su entusiasmo renaciendo.

—¡Claro! ¿Qué tienes en mente?

Jungkook pensó por un momento y luego sonrió, sintiéndose lleno de nuevas posibilidades.

—Podríamos ir a la playa, hacer un picnic, y ver el atardecer juntos. Solo nosotros dos.

—Eso suena increíble. ¡Vamos a hacerlo! —exclamó Taehyung, su energía contagiosa.

Ambos comenzaron a prepararse, sus corazones llenos de alegría y esperanza. Jungkook no podía evitar sonreír al pensar en el nuevo día que tenían por delante. Todo lo que había pasado en su sueño solo había fortalecido su amor y apreciación por cada instante.

Mientras se vestían, Jungkook no podía dejar de mirar a Taehyung, asimilando cada detalle de su rostro, cada rayo de luz que parecía emanar de él. Era real, y esa era la única verdad que importaba.

Al salir de su departamento, Jungkook sintió que una nueva vida se abría ante ellos. Un mundo lleno de posibilidades y amor, donde los sueños y la realidad se entrelazaban en una hermosa danza.

—Vamos a hacer que este día sea memorable —dijo Jungkook, mientras ambos salían hacia el sol brillante.

Y así, con sus manos entrelazadas y el amor en sus corazones, comenzaron su aventura, sabiendo que, a pesar de cualquier oscuridad, siempre encontrarían la luz en el amor que compartían.

Fin.

Cáncer | KTH + JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora