TRECE

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Un gran cambio.

Los días pasaron, y la rutina en el hospital había tomado un nuevo ritmo. Taehyung se sentía más fuerte emocionalmente después de aquel beso lleno de amor que compartió con Jungkook. Sin embargo, había una nueva realidad que enfrentaba: su enfermedad avanzaba, y había comenzado a perder cabello. Cada día, cuando se miraba al espejo, el reflejo que le devolvía la mirada era cada vez más diferente al que recordaba.

La mañana en que el médico le recomendó usar un gorro para cubrir su cabeza, Taehyung sintió una mezcla de emociones. Por un lado, sabía que era una forma de protegerse del frío, pero por otro, le recordaba su fragilidad. Se había esforzado por mantener una actitud positiva, pero había momentos en que la tristeza se filtraba a través de su fachada. Aquella mañana, se encontró a sí mismo sentado en la cama, mirando la luz del sol que entraba por la ventana, sintiendo que cada rayo iluminaba su vulnerabilidad.

—¿Estás listo? —preguntó Jungkook, asomándose por la puerta con una gran sonrisa. Su energía era contagiosa, y Taehyung no podía evitar sentirse un poco más alegre al verlo.

—Creo que sí... —respondió Taehyung, su voz un poco apagada.

Jungkook se acercó y notó la expresión en su rostro. En un instante, la sonrisa de Jungkook se desvaneció, y se preocupó al ver a su amigo tan callado.

—¿Qué pasa? —preguntó con suavidad—. ¿Te sientes bien?

Taehyung suspiró y se llevó la mano a la cabeza, sintiendo la falta de su cabello. Con un poco de timidez, se levantó y caminó hacia el espejo que colgaba en la pared. Se dio cuenta de que aún no había tenido el valor de usar el gorro que le había dado el médico. Era un gorro de lana de color gris claro, que parecía suave al tacto, pero que ahora le resultaba extraño.

—No puedo creer que tenga que usar esto —dijo, su voz resonando con un toque de frustración.

Jungkook se acercó, y con un gesto suave, tomó el gorro de las manos de Taehyung. Se lo puso en la cabeza, ajustándolo con cuidado, y luego se dio la vuelta para mirarse en el espejo junto a él.

—Te queda genial, Taehyung —dijo Jungkook, haciendo una mueca graciosa—. Te ves como un modelo de pasarela.

Taehyung no pudo evitar reír, la tensión en su pecho disminuyó un poco. Jungkook siempre sabía cómo hacer que las cosas parecieran más ligeras. Sin embargo, la inseguridad seguía acechando en el fondo de su mente.

—No estoy seguro de si me siento cómodo con esto. Se siente... raro. —Taehyung tocó el gorro con los dedos, sintiendo la suavidad de la lana.

—Es solo un gorro, ¿verdad? Y te ayuda a mantenerte abrigado —replicó Jungkook, mirando a Taehyung a los ojos—. Lo más importante es que tú estás aquí, y eso es lo que realmente importa.

Taehyung sonrió agradecido, sintiendo que la amabilidad de Jungkook lo envolvía como un cálido abrazo. Se dio cuenta de que, a pesar de los cambios en su cuerpo y la lucha que estaba viviendo, no estaba solo. Jungkook siempre estaba a su lado, dándole fuerzas y apoyo.

—Está bien, lo usaré —dijo finalmente, enderezando la espalda y con un nuevo brillo en los ojos—. Pero solo porque tú lo dijiste.

Ambos rieron juntos, y mientras se dirigían al pasillo, Taehyung sintió una ligera oleada de confianza. Era un pequeño paso, pero se sentía un poco más fuerte, como si llevar el gorro fuera una manera de reclamar su vida de nuevo.

Al llegar a la sala común, Taehyung notó que varios de los otros pacientes estaban sentados, disfrutando de un día soleado. Algunos lo miraron con curiosidad, pero el gorro le dio un sentido de protección, como si lo resguardara de las miradas. Se unieron a una mesa donde varios niños jugaban a las cartas, y Jungkook rápidamente se unió a la diversión, haciéndolos reír con sus payasadas.

Mientras jugaban, Taehyung sintió que el peso de su enfermedad se aligeraba, aunque solo fuera por un rato. La risa y la alegría que emanaban de los niños era contagiosa, y por un momento, pudo olvidarse de todo lo demás.

Sin embargo, cuando la tarde avanzó, su energía comenzó a decaer. Decidió hacer una pausa y se levantó para tomar agua. Mientras estaba en la cocina, sintió que la inseguridad regresaba a medida que se miraba en el espejo. La imagen del gorro en su cabeza le recordaba lo que estaba perdiendo, y su estómago se retorció.

Jungkook lo siguió y, al ver su expresión, se acercó con preocupación.

—¿Estás bien? —preguntó, con una mirada seria.

—No lo sé —respondió Taehyung, su voz apenas un susurro—. A veces, siento que estoy perdiendo parte de mí.

Jungkook dio un paso más cerca, acercándose a su amigo con ternura.

—No estás perdiendo nada, Taehyung. Eres aún más fuerte de lo que crees —dijo, tomando la mano de Taehyung—. Cada día que pasas aquí, luchando, eso es lo que importa. Tu valor no se mide por tu cabello.

El corazón de Taehyung se sintió pesado, pero también cálido. La conexión entre ellos era profunda, y en ese momento, supo que Jungkook no solo era un amigo, sino alguien que lo entendía en su esencia. Sin pensarlo, se inclinó hacia él, y los dos compartieron una mirada que hablaba más que mil palabras.

En ese instante, el gorro y la enfermedad desaparecieron; solo existían ellos dos, juntos en un espacio donde la vulnerabilidad era abrazada con amor. Taehyung sintió que su corazón se aceleraba, y antes de que pudiera pensarlo dos veces, se acercó a Jungkook y lo besó suavemente.

El beso fue tierno y lleno de significado, un momento que encapsulaba su conexión, su lucha y su esperanza. Jungkook respondió al beso con calidez, envolviendo a Taehyung en su abrazo. Era un beso que decía que no estaban solos, que podían enfrentar el mundo juntos, sin importar lo que viniera.

Cuando finalmente se separaron, ambos sonrieron, con los rostros ligeramente sonrojados, pero con una nueva determinación en sus corazones. Taehyung sintió que, a pesar de las dificultades, había algo que valía la pena luchar: su amor por Jungkook y la vida que aún tenía por delante.

—Gracias por estar a mi lado —dijo Taehyung, su voz un poco más firme—. No sé qué haría sin ti.

—Siempre estaré aquí, no lo olvides —respondió Jungkook, con una sonrisa sincera—. Juntos podemos enfrentar cualquier cosa.

Y así, con el gorro aún en su cabeza y el amor de Jungkook en su corazón, Taehyung se sintió listo para enfrentar lo que viniera, un día a la vez.

Cáncer | KTH + JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora