Algo inesperado.
Los días se convirtieron en semanas, y Taehyung continuaba sintiéndose atrapado en un ciclo de espera y desasosiego. Cada mañana, la esperanza de que Jungkook regresara iluminaba un poco su día, pero la realidad siempre traía consigo la decepción. El otoño había avanzado, llenando los árboles de tonos cálidos, pero Taehyung solo podía ver la frialdad de su habitación en el hospital.
Con el tiempo, se había acostumbrado a la presencia de Hoseok, quien seguía visitándolo. Aunque su compañía era agradable y sincera, Taehyung no podía evitar compararlo con Jungkook. Hoseok era atento y cariñoso, pero le faltaba la chispa contagiosa de su amigo. En sus momentos de silencio, Taehyung anhelaba los instantes llenos de risas y juegos con Jungkook, esos momentos que lo habían hecho sentir vivo.
Una tarde, mientras Hoseok le leía un libro, Taehyung decidió que necesitaba ser honesto. La relación con Hoseok era valiosa, pero su corazón seguía buscando a Jungkook.
—Hoseok, ¿crees que Jungkook volverá pronto? —preguntó, interrumpiendo la lectura.
El joven miró a Taehyung con comprensión.
—Lo espero también, Taehyung. No tengo noticias de él, pero estoy seguro de que regresará tan pronto como pueda. Tal vez esté ocupado con cosas importantes —respondió, tratando de consolarlo.
Taehyung asintió, pero el nudo en su estómago no desapareció. La incertidumbre de la ausencia de Jungkook lo estaba desgastando.
En un intento por llenar el vacío, Taehyung comenzó a escribir un diario. Anotaba sus pensamientos, sus sentimientos y lo que extrañaba de Jungkook. Cada palabra parecía un intento de aferrarse a su presencia, y a medida que pasaban los días, el diario se convirtió en un refugio. Sus palabras se transformaron en un hilo que lo conectaba con Jungkook, aunque la distancia entre ellos se sentía insuperable.
Una mañana, mientras escribía, una enfermera entró en la habitación con una sonrisa radiante.
—¡Kim Taehyung! —exclamó—. Tienes una sorpresa.
La curiosidad lo invadió.
—¿Qué sorpresa? —preguntó, levantando la vista de su diario.
La enfermera se apartó para revelar a un grupo de voluntarios que se acercaban a la puerta. Entre ellos, Taehyung sintió que su corazón latía con fuerza al reconocer a una figura familiar.
—¡Sorpresa! —gritó Jungkook, vestido con su disfraz de payaso, la sonrisa brillante en su rostro.
La alegría y la incredulidad inundaron a Taehyung. Se levantó de la silla de ruedas, sin pensar en su debilidad, y corrió hacia Jungkook, abrazándolo con fuerza.
—¡Estás aquí! —dijo Taehyung, sintiendo que la preocupación y la tristeza se desvanecían en un instante.
—Lo siento mucho. Tuve que resolver algunas cosas en casa, pero estoy de vuelta y listo para hacerte reír otra vez —respondió Jungkook, abrazándolo con la misma intensidad.
El grupo de voluntarios aplaudió y sonrió ante la escena. Taehyung sintió que la calidez regresaba a su vida, y el vacío que había sentido durante semanas comenzó a llenarse nuevamente con la energía contagiosa de Jungkook.
—¿Qué has hecho en mi ausencia? —preguntó Jungkook, mientras se alejaba un poco para mirarlo—. ¿Has estado escribiendo tus memorias o algo así?
—Algo así —dijo Taehyung, sin querer revelar todo lo que había escrito. Tenía miedo de que Jungkook pensara que lo había olvidado.
—Te traigo un regalo —anunció Jungkook, sacando un pequeño paquete envuelto con papel de colores.
Taehyung tomó el regalo con curiosidad, desatando el lazo y abriendo el papel. Dentro encontró una pequeña muñeca de trapo, con un disfraz de payaso, similar al de Jungkook.
—Es un payaso de la suerte —explicó Jungkook—. Siempre que te sientas solo, quiero que lo abraces. Te recordará que estoy aquí, aunque no pueda estar físicamente.
Los ojos de Taehyung se llenaron de lágrimas, pero era una mezcla de felicidad y alivio. En ese momento, se sintió afortunado de tener a Jungkook en su vida, un faro de esperanza en medio de la oscuridad.
—Gracias, Jungkook. Esto significa mucho para mí —respondió, apretando la muñeca contra su pecho.
Pasaron el resto de la tarde compartiendo risas y recuerdos, y cada risa de Taehyung resonaba como un canto de gratitud por tener a Jungkook de regreso. En su corazón, sabía que aunque la lucha contra la enfermedad seguía, tenía a su lado a alguien que lo apoyaría.
A medida que caía la noche, Taehyung sintió que la tristeza que había acumulado se desvanecía. Jungkook estaba de vuelta.
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Cáncer | KTH + JJK
Fanfiction┈─𝗞𝗢𝗢𝗞 & 𝗧𝗔𝗘 🏥: "Donde Taehyung tiene cáncer y Jungkook es un payaso voluntario en el hospital." ◇ historia de mi autoría ◇ no bottom, no top ◇ estado: finalizado (🧨) No se aceptan copias o adaptaciones.