Padres y flores.
Las semanas se habían deslizado suavemente en el hospital, como las hojas que caían de los árboles en otoño. El aire fresco se colaba por la ventana, llevando consigo un aire de cambio. Taehyung había aprendido a navegar por sus días, encontrando consuelo en la rutina que había establecido junto a Jungkook. El payaso voluntario se había convertido en una parte vital de su vida diaria, trayendo risas y momentos de alegría en medio de la incertidumbre. Sin embargo, había un eco en el ambiente que no podía ignorar: el inminente regreso de sus padres, quienes habían sido una presencia distante durante su tratamiento.
Una mañana, mientras Jungkook ayudaba a Taehyung a cambiarse para el día, una enfermera entró con una sonrisa radiante.
—¡Taehyung! Tus padres están aquí —anunció, y las palabras hicieron que el corazón de Taehyung se acelerara.
—¿Mis padres? —preguntó, sintiendo una mezcla de emoción y ansiedad. No había visto a su familia en semanas, y el reencuentro traía consigo una carga emocional que lo dejaba inquieto.
—Sí, acaban de llegar. Quieren verte —dijo la enfermera, mientras se retiraba, dejando a Taehyung y Jungkook a solas.
—¿Estás listo? —preguntó Jungkook, notando la tensión en la expresión de Taehyung.
—No lo sé —respondió Taehyung, su voz un susurro—. Tengo miedo de que no entiendan cómo me siento, o que se preocupen demasiado por mí.
—Estaré contigo. No tienes que enfrentarlo solo —dijo Jungkook, sosteniendo su mano con firmeza—. Recuerda que eres fuerte. Y no importa lo que digan, tus sentimientos son válidos.
El corazón de Taehyung se llenó de gratitud. Sabía que, sin Jungkook a su lado, el peso de la situación habría sido aún más abrumador. Con un profundo suspiro, se preparó para el encuentro.
Cuando sus padres entraron en la habitación, el aire se volvió tenso. Su madre, con los ojos llenos de lágrimas, se acercó rápidamente a él, abrazándolo con fuerza.
—¡Oh, Taehyung! —exclamó, su voz temblando—. Te hemos extrañado tanto.
Su padre se unió al abrazo, y aunque Taehyung intentó sonreír, sentía la presión de sus emociones a punto de estallar. Mientras abrazaba a su familia, se sintió atrapado entre el amor y la angustia, luchando por encontrar las palabras adecuadas.
—¿Cómo te sientes? —preguntó su padre, apartándose un poco para examinarlo.
—He estado… bien —respondió Taehyung, aunque sabía que eso no era del todo cierto. La enfermedad avanzaba, y sus fuerzas estaban disminuyendo—. Solo es un día a la vez.
Jungkook se quedó a un lado, observando el reencuentro con una mezcla de apoyo y respeto. A medida que Taehyung y sus padres intercambiaban palabras, él se sintió un poco fuera de lugar, pero sabía que su presencia era importante.
—¿Quién es él? —preguntó su madre, señalando a Jungkook.
—Es Jungkook, un amigo. Viene a visitarme con frecuencia —dijo Taehyung, sintiendo un poco de orgullo al presentarlo.
—Un amigo que hace que la estancia en el hospital sea más llevadera —agregó Jungkook con una sonrisa, haciendo reír a Taehyung.
A medida que la conversación avanzaba, Taehyung compartió algunas de sus experiencias en el hospital y cómo Jungkook había estado a su lado. Sus padres escucharon atentamente, aunque el dolor en sus ojos no se ocultaba. Era evidente que la situación los afectaba profundamente, y Taehyung sentía el peso de su preocupación.
Tras un rato, decidieron salir al jardín del hospital. La brisa fresca les dio la bienvenida, y Taehyung se sintió aliviado de estar rodeado de naturaleza, lejos del ambiente clínico de su habitación.
Jungkook, recordando el regalo que le había traído a Taehyung, se inclinó para recoger la pequeña planta que habían traído junto a ellos. Miró a Taehyung, con una chispa de emoción en sus ojos.
—¿Qué tal si plantamos esta belleza en el jardín? —sugirió Jungkook, mientras su rostro se iluminaba.
Taehyung asintió con entusiasmo, sintiendo que era un acto simbólico que representaba su lucha y su esperanza. Sus padres lo miraron con curiosidad, preguntándose qué estaba tramando el joven payaso.
—¿Puedo ayudar? —preguntó la madre de Taehyung, mientras se agachaba junto a ellos.
Juntos, se pusieron a trabajar, y aunque la enfermedad seguía presente, ese momento compartido se sintió como un bálsamo. Mientras Jungkook cavaba un pequeño agujero en la tierra, Taehyung sintió cómo el cariño de su familia y el apoyo de Jungkook se entrelazaban, creando un refugio de calidez en medio de la tormenta.
—Este lugar será un recordatorio de todo lo que hemos superado —dijo Jungkook, mientras colocaba cuidadosamente la planta en su nuevo hogar.
Taehyung sonrió, sintiendo que el acto de plantar esa pequeña planta representaba un nuevo comienzo, un símbolo de su esperanza de que, a pesar de las dificultades, siempre habría un rayo de luz. Con cada pala de tierra que arrojaban, sentía que estaban construyendo un espacio de amor y conexión.
Cuando terminaron, se sentaron en el césped, rodeados por la belleza del jardín y el aroma de las flores. Taehyung se sintió afortunado de tener a su lado a Jungkook, así como a sus padres, todos unidos en ese momento.
La conversación fluyó con naturalidad, y aunque el tema de la enfermedad siempre estaba presente, también había risas y recuerdos compartidos. Jungkook se convirtió en el hilo conductor que unía a Taehyung y a sus padres, haciendo que la atmósfera se sintiera más ligera.
A medida que la tarde avanzaba, Jungkook se volvió más consciente de los sentimientos que latían entre él y Taehyung. Había algo profundo en la manera en que Taehyung lo miraba, una conexión que trascendía la amistad. Era un amor que estaba creciendo, floreciendo como la planta que habían plantado juntos.
Finalmente, cuando el sol comenzó a ponerse, tiñendo el cielo de tonos dorados y naranjas, Jungkook decidió dar un paso más. Se giró hacia Taehyung, el corazón latiendo con fuerza.
—Taehyung, quiero agradecerte por dejarme ser parte de tu vida —dijo, su voz suave y sincera—. No puedo imaginar estar en este viaje sin ti.
Taehyung lo miró a los ojos, sintiendo una calidez en su pecho.
—Y yo te agradezco a ti, Jungkook. Has hecho que este tiempo en el hospital sea más llevadero. Siento que puedo ser yo mismo contigo —respondió, sintiendo que el momento era perfecto para abrir su corazón.
Ambos se acercaron un poco más, y mientras el sol se ocultaba en el horizonte, Jungkook se inclinó hacia Taehyung. La conexión entre ellos era palpable, un imán que los atraía el uno al otro.
Se encontraron en un beso suave, lleno de promesas y ternura. Era un beso que decía más que las palabras, un acto de amor que sellaba su conexión. Taehyung sintió que el mundo a su alrededor se desvanecía, y solo existían ellos dos, en un espacio donde el tiempo se detuvo.
Cuando se separaron, ambos sonrieron, sintiendo que ese momento era un nuevo comienzo. Sabían que la vida en el hospital era difícil, pero juntos podrían enfrentar cualquier desafío.
Mientras regresaban al interior, Taehyung sintió que el peso de su enfermedad se hacía un poco más ligero, y la esperanza florecía en su corazón como la planta que habían sembrado juntos, simbolizando su amor y la fuerza que encontrarían en su camino.
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Cáncer | KTH + JJK
Fanfic┈─𝗞𝗢𝗢𝗞 & 𝗧𝗔𝗘 🏥: "Donde Taehyung tiene cáncer y Jungkook es un payaso voluntario en el hospital." ◇ historia de mi autoría ◇ no bottom, no top ◇ estado: finalizado (🧨) No se aceptan copias o adaptaciones.