DIEZ

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Antes de leer, lamento haberlo hecho corto. Unos capítulos más y terminaremos con esta historia TT

Los días se deslizaban en un vaivén monótono entre la enfermedad y la esperanza. Taehyung, aunque aún lidiando con la pérdida de cabello y los efectos del tratamiento, encontraba en cada visita de Jungkook un refugio. La calidez de su presencia iluminaba las sombras que lo rodeaban, y cada risa compartida se sentía como un acto de rebelión contra la adversidad.

Un día, mientras la luz del sol se filtraba a través de las cortinas de su habitación, Jungkook llegó con una bolsa llena de globos de colores. Taehyung no pudo evitar sonreír al ver la energía vibrante de su amigo.

—¡Mira lo que traigo! —exclamó Jungkook, inflando uno de los globos con una sonrisa traviesa—. Vamos a llenar esta habitación de color.

A medida que Jungkook comenzaba a inflar globos y decoraba la habitación, Taehyung observaba con admiración. La alegría que Jungkook irradiaba era contagiosa, y por un momento, Taehyung se olvidó de su situación.

—Siempre sabes cómo animarme —dijo Taehyung, sintiéndose un poco más ligero.

—Eso es lo que hago, ¡soy un payaso! —respondió Jungkook, haciendo una mueca cómica mientras se ponía un sombrero de papel.

Ambos se rieron, y Taehyung sintió que las barreras que había levantado a su alrededor comenzaban a desmoronarse. Mientras el aire se llenaba de risas y colores, Jungkook se detuvo y lo miró con una intensidad que hizo que el corazón de Taehyung latiera más rápido.

—Taehyung, hay algo que quiero decirte —comenzó Jungkook, su tono de voz cambiando. La diversión dio paso a una seriedad que Taehyung no había visto antes.

—¿Qué sucede? —preguntó Taehyung, sintiendo una inquietud en su pecho.

—Desde que te conocí, he aprendido mucho sobre lo que significa realmente vivir —confesó Jungkook, acercándose un poco más—. Y, aunque sé que la situación no es fácil, me he dado cuenta de que... me importas más de lo que esperaba.

El corazón de Taehyung se aceleró. No podía creer lo que estaba escuchando. Las palabras de Jungkook resonaban en su mente, llenándolo de esperanza.

—Yo siento lo mismo —dijo Taehyung, su voz un susurro—. Eres más que un amigo para mí.

Jungkook lo miró con ternura, y en ese instante, ambos supieron que había algo más grande que ellos en el aire. La conexión que habían formado se transformó en un impulso palpable. Se acercaron lentamente, el mundo a su alrededor desapareciendo a medida que sus corazones latían al unísono.

Finalmente, Jungkook se inclinó un poco más cerca, y antes de que pudiera darse cuenta, sus labios se encontraron en un beso suave pero lleno de significado. Era un beso que decía todo lo que ninguno de los dos se había atrevido a expresar: la lucha, el amor, la esperanza.

Taehyung sintió una ola de emoción abrumadora al experimentar la calidez de Jungkook. Era un instante perfecto, donde la enfermedad y el dolor se desvanecieron, dejando solo la pureza de sus sentimientos. Sus corazones se unieron en ese beso, como si en ese momento todo fuera posible.

Cuando finalmente se separaron, ambos se quedaron mirándose a los ojos, sin palabras. La realidad de lo que había sucedido los envolvió, pero no había lugar para el miedo. En lugar de eso, una nueva luz brillaba en sus corazones, una promesa de que, pase lo que pase, no estarían solos.

—Taehyung —dijo Jungkook, aún un poco aturdido—. Eres fabuloso.

—Fue mi primer beso —admitió Taehyung, con una sonrisa que iluminaba su rostro—. Pero fue... perfecto.

La risa nerviosa de Jungkook rompió la tensión del momento. Había un aire de alivio y alegría, y la habitación, antes cargada de ansiedad, ahora rebosaba de amor.

A medida que continuaban hablando sobre sus sueños y sus esperanzas, Taehyung sintió que, aunque la vida podría ser incierta, en ese momento había encontrado algo real. Algo que valía la pena aferrarse a ello.

Cáncer | KTH + JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora