CAP 14

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Sana, aún eufórica por ver a Jihyo después de tantos años, no puede evitar mostrar su afecto de manera abierta. Se ríe con ella, le agarra la mano de manera casual mientras caminan, y habla emocionadamente sobre todos los recuerdos que compartieron de pequeñas. Sana no se da cuenta de que cada sonrisa, cada gesto de cariño hacia Jihyo es como una pequeña herida para Tzuyu, quien los sigue en silencio, esforzándose por mantener una actitud positiva.

Tzuyu: (pensando) ¿Por qué no puedo simplemente disfrutar de este momento? Es Sana, está aquí. Eso debería ser suficiente... Pero duele. Duele ver cómo la miro y ella no me ve. Y Jihyo... ¿Por qué coquetea con ella?

El trío decide hacer una parada en la heladería donde solían ir de pequeñas, un lugar que solía ser un refugio para sus momentos más felices. Al entrar, el aroma dulce de los helados y el sonido de los niños riendo traen recuerdos de la infancia. Para Sana, es un lugar lleno de nostalgia, y para Tzuyu, es un recordatorio de los tiempos en los que ella también formaba una parte importante de ese trío.

Se sientan juntas en una mesa, y Sana, aún entusiasmada, sigue hablando principalmente con Jihyo, compartiendo historias y risas. Tzuyu intenta unirse a la conversación, pero cada vez que lo hace, se siente como si sus palabras se perdieran en el aire.

Mientras comen, Jihyo empieza a comportarse de manera un poco más atrevida. Sonríe de una manera particular cada vez que Sana dice algo, y lanza pequeños comentarios que parecen inocentes, pero que contienen un claro tono de coquetería.

Jihyo: Sana, te ves increíble. No puedo creer lo mucho que has cambiado... en el buen sentido, claro. Esa melena naranja te queda perfecto. Si no te conociera, pensaría que eres una modelo o algo así.

Sana se ríe, algo sonrojada por el cumplido.

Sana: Oh, vamos, Jihyo, no exageres. Tú también estás impresionante. El voleibol te ha dejado en una forma increíble. Seguro que tienes un ejército de admiradores.

Ambas se ríen, compartiendo miradas cómplices. Mientras tanto, Tzuyu se siente como una intrusa en la conversación, observando cómo la tensión entre Sana y Jihyo se convierte en algo más evidente.

Tzuyu: (pensando) ¿Es esto lo que siento? Estoy... celosa. ¿De Jihyo? Pero, ¿qué puedo hacer? No puedo detener lo que siente Sana, y mucho menos lo que hace Jihyo.

Sana parece disfrutar de la atención de Jihyo, y aunque no es completamente consciente de las intenciones detrás de sus palabras, algo en el tono de Jihyo le atrae. Las miradas y los pequeños gestos de Jihyo hacen que Sana se sienta especial, y eso la hace sonreír aún más.

Mientras ambas se lanzan comentarios sutiles, Tzuyu se siente cada vez más fuera de lugar, como un mal tercio que no sabe cómo actuar. Los recuerdos de la infancia compartida no parecen suficientes para aliviar el vacío que siente en su corazón al ver cómo Sana parece estar más interesada en Jihyo de lo que ella hubiera imaginado.

Tzuyu: Tal vez debí decir la verdad antes... Tal vez, si Sana supiera que fui yo quien le escribió todos esos correos, las cosas serían diferentes.

La tarde continúa, pero para Tzuyu, se siente interminable. Intenta reírse con ellas, participar en las conversaciones, pero no puede dejar de sentirse como si estuviera observando desde la distancia, como si estuviera perdiendo a Sana ante sus propios ojos.

Cuando finalmente salen de la heladería, Sana y Jihyo siguen caminando juntas, compartiendo recuerdos y pequeñas bromas privadas, mientras Tzuyu camina unos pasos detrás, luchando por mantener una fachada de calma.

EL DILEMA DEL CORAZONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora