Cap 17

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La noche en la casa de campo fue tranquila, pero para Tzuyu, las emociones bullían en su interior. Después de un día difícil, donde había presenciado la creciente cercanía entre Sana y Jihyo, no podía dormir. Las palabras de los padres de Sana y Jihyo seguían resonando en su mente, alimentando sus inseguridades y dudas sobre lo que estaba ocurriendo entre sus dos amigas.

Tzuyu decidió salir al balcón en busca de aire fresco, esperando que las estrellas la calmaran. Mientras se sentaba en silencio, perdida en sus pensamientos, una figura apareció detrás de ella: era Sana. Tzuyu no se había dado cuenta de que Sana la estaba observando.

Sana: (con una sonrisa suave) "¿Tzuyu? ¿Qué haces aquí sola? ¿Pasa algo?"

Tzuyu, sintiendo que su corazón latía más rápido al ver la preocupación en los ojos de Sana, intentó disimular sus emociones.

Tzuyu: (mirando hacia las estrellas) "No es nada, solo... quería ver las estrellas."

Sana: (arqueando una ceja) "No me convences, pero si no quieres hablar de ello, está bien."

Con ese comentario, Sana se sentó a su lado, dejando caer su cabeza contra el hombro de Tzuyu. La cercanía repentina hizo que el corazón de Tzuyu latiera aún más rápido, y aunque intentó mantenerse tranquila, sus nervios eran evidentes. Sana, sin embargo, no parecía notar la agitación de su amiga. Se acurrucó más cerca, disfrutando del momento de paz.

Sana: (susurrando, con los ojos medio cerrados) "Es agradable estar así... contigo."

Las palabras suaves de Sana llegaron profundamente al corazón de Tzuyu, quien intentaba contener la oleada de emociones que surgían en ella. Mientras las estrellas brillaban sobre ellas, Sana se quedó dormida, respirando tranquilamente contra Tzuyu. Tzuyu, incapaz de apartar la vista de ella, se dio cuenta de cuán fuerte era su amor por Sana, pero también cuán doloroso se había vuelto al ver a Sana tan unida a Jihyo.

Con cuidado, Tzuyu la cargó en brazos y la llevó de regreso a su habitación. Al colocarla suavemente en la cama, no pudo resistir la tentación de besarla en la frente, un gesto lleno de ternura que Sana nunca llegaría a notar. Después de asegurarse de que Sana estaba cómoda, Tzuyu salió de la habitación, su mente llena de pensamientos y emociones encontradas.

A la mañana siguiente, el ambiente en la casa de campo era mucho más animado. Los padres de Sana y Jihyo estaban preparando una barbacoa, y las chicas se habían dirigido a la piscina para disfrutar del día soleado.

Sana y Jihyo estaban divirtiéndose en el agua, riendo y salpicándose mientras jugaban. Tzuyu, sin embargo, se había quedado sentada en el borde de la piscina, con los pies apenas sumergidos en el agua. No tenía ganas de unirse al juego, al menos no al principio. Su corazón seguía cargado de los sentimientos de la noche anterior.

Jihyo: (mirando a Tzuyu) "¡Vamos, Tzuyu! ¿Por qué no te unes? No es divertido si no estás aquí."

Tzuyu sonrió débilmente, pero no respondió. Estaba contenta de dejar que Jihyo y Sana disfrutaran juntas, aunque cada risa que compartían le recordaba lo desconectada que se sentía.

Sana: (con una sonrisa traviesa) "No puedes quedarte fuera, Tzuyu."

Antes de que Tzuyu pudiera responder, Sana comenzó a salpicarle agua, riendo mientras lo hacía. Aunque Tzuyu intentó cubrirse, pronto se dio cuenta de que no había escapatoria. La risa de Sana era contagiosa, y antes de darse cuenta, Tzuyu también estaba riendo.

Tzuyu: (riendo suavemente) "¡Está bien, está bien, me rindo!"

Al final, Tzuyu se sumergió en el agua, y las tres comenzaron a jugar un improvisado partido de vóley acuático. Sana y Tzuyu formaron un equipo contra Jihyo, pero como era de esperar, Jihyo, con su habilidad para el voleibol, rápidamente tomó ventaja. Cada vez que ganaba un punto, no podía evitar reír a carcajadas, disfrutando del juego.

Jihyo: (riendo) "¡No hay manera de que me ganen! ¡Soy la reina del vóley!"

Sana, en su frustración, no podía evitar verse adorablemente tierna, lo que hacía que tanto Tzuyu como Jihyo la encontraran irresistiblemente encantadora.

Sana: (pucheros) "No es justo, Jihyo. ¡Tzuyu y yo ni siquiera sabemos jugar tan bien como tú!"

Tzuyu observó cómo Sana, incluso enojada, lograba verse dulce y atractiva. Cada pequeño gesto de Sana hacía que los sentimientos de Tzuyu crecieran más y más, pero también la dejaban sintiéndose más perdida en su propia confusión. ¿Cómo podría seguir siendo solo una amiga cuando estaba tan profundamente enamorada de ella?

Mientras continuaban jugando y riendo en la piscina, Tzuyu intentaba aferrarse a esos momentos felices, aunque su corazón seguía dividido entre la alegría de estar con Sana y el dolor de saber que nunca podría tenerla como deseaba.

EL DILEMA DEL CORAZONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora