Como una bestia bajo un hechizo. Aurélie, aunque tímida, siente una atracción innegable hacia él, un sentimiento que no puede ignorar, aunque su timidez la haga tartamudear cuando está cerca de él.
Es como si ambos compartieran un lazo invisible, má...
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I hate you —canto mientras mis lágrimas brotan— I love you...
I hate loving you, I don't want to, but I can't —me levanto de mi cama y me acerco a la ventana— How can I love you if you're still with someone who's not me?
Miro hacia arriba y veo el cielo oscureciéndose, pronto lloverá— I hate you, I love you, I hate loving you —cierro los ojos y las lágrimas caen— You want her, you need her... And I will never be... her —suelto en un suspiro.
Mis lágrimas caen y, justo cuando la lluvia empieza, me suelto en llanto.
La puerta de mi cuarto suena con golpes suaves, pero no digo nada. Mi abuela entra sin esperar respuesta. Se acerca a mí y, con delicadeza pero firmeza, me agarra de los brazos, guiándome hacia el tocador.
—¿Qué te ha pasado? —pregunta, preocupada.
—Nada, abuela.
—Pues muchos de los sirvientes me dicen lo contrario —toma el cepillo rosa de peinar.
Sin más, empieza a cepillarme el cabello lentamente, en silencio por un momento.
—¿Chad no quiso salir contigo? —me dice, rompiendo el silencio.
—No, abuela, no es Chad.
—Entonces, ¿quién te tiene así?
Me quedo en silencio, incapaz de responder. El cuarto se siente más pesado hasta que ella deja de peinarme, notando mi resistencia a hablar.
—¿Cuándo regresará mamá? —pregunto levantando el rostro, buscando sus ojos con una mirada desesperada.
—Después de la coronación de Ben —responde mi abuela con un suspiro. Sus ojos reflejan una mezcla de comprensión y preocupación, como si también sintiera el peso de la espera.
—¿Eso es muy tarde? —pregunto, sintiendo que las lágrimas amenazan con salir nuevamente.
—Lo es, querida, pero será un día importante para todos. Tu madre quiere estar aquí para celebrarlo contigo.
Su voz es suave y tranquilizadora, pero en el fondo, siento que el tiempo se arrastra. Me pregunto si mi madre entenderá lo que estoy sintiendo en este momento, si podrá ver más allá de la celebración y el deber.
—¿Y si... me siento sola? —murmuro, sintiendo la inseguridad apoderarse de mí.
Mi abuela se detiene un momento, como si estuviera sopesando sus palabras. Luego, con una mirada decidida, dice:
—Aurélie, deberías considerar pasar más tiempo con Chad. Él siempre ha estado interesado en ti y podría ser una buena opción.
Su egoísmo me irrita. ¿Acaso no ve lo que realmente siento? A nadie le importa que mi corazón pertenezca a Ben. La idea de estar con Chad me resulta absurda.
