18- Marido y mujer

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Atención: este capítulo contiene escenas explícitas

***

Las semanas posteriores al juicio trajeron una ola de emociones contradictorias que afectaron especialmente a Draco y a su familia.

Por un lado, Draco se sentía embargado por la euforia y el alivio de haber quedado libre de la amenaza constante que le perseguía. El saber que no tendría que seguir teniendo cuidado cada vez que estaba con Astoria le traía una inmensa felicidad.

Sin embargo, ahora que Nueva Azkabán había sido inaugurada, la posibilidad de que Lucius regresase a la cárcel era cada vez más real.

Los Malfoy no querían hablar de ello, pero cada vez que Draco les visitaba veía a su padre más ojeroso y a su madre más delgada. Y el no poder hacer nada para aliviar su miedo y su ansiedad le angustiaba. Era como si su familia nunca pudiese librarse de las consecuencias de su oscuro pasado.

El miedo comenzó a inundar a Draco, por mucho que intentase mantenerse tranquilo. Procuraba seguir con su rutina habitual, pero ni siquiera cuando estaba sumergido en la búsqueda de un objeto valioso era capaz de desprenderse del temor de recibir una lechuza urgente anunciando que Lucius había sido llevado de vuelta a Nueva Azkabán.

Su preocupación comenzó a afectar a Astoria, y ella tomó la costumbre de preguntarle varias veces al día acerca de las novedades del Ministerio.

Y una noche, cuando ambos descansaban recostados en el sofá, ella le miró con resolución y le sorprendió, como siempre.

-Deberíamos casarnos -declaró, haciendo que Draco la mirase sin comprender.

-Pensaba que eso ya lo habíamos hablado -dijo con media sonrisa, pero Astoria se incorporó y le observó con seriedad.

-No Draco, me refiero a oficiar la ceremonia. Deberíamos hacerlo lo antes posible.

-¿A qué viene esa prisa? Pensaba que querías esperar.

Astoria se acomodó mejor para mirarle de frente y puso una mano sobre su brazo.

-Pero así tu padre podría estar presente -sus palabras hicieron que Draco se pusiera en guardia, sin atreverse a aceptar su propuesta, consumido por la duda.

-¿Estás segura? Tendríamos que organizarlo todo en apenas unas semanas.

Ella sonrió con aires de suficiencia.

-¿Olvidas con quién estás hablando? Haré que sea posible.

Draco sonrió emocionado, y alargando una mano, acarició la cara de Astoria.

-Eres absolutamente maravillosa -declaró. En respuesta, Astoria se acercó a él, dándole un beso en los labios.

***

Tanto los Greengrass como los Malfoy se sorprendieron de su repentina decisión de adelantar el enlace, pero la alegría pronto substituyó a la confusión.

El único problema al que la joven pareja tuvo que enfrentarse fue a la repentina lucha de voluntades que se desarrolló entre las dos familias, ya que ambas estaban acostumbradas a que todo se cumpliese según su voluntad, y ahora debían ponerse de acuerdo y ceder en sus decisiones.

Incesantes conversaciones surgieron en torno a los más pequeños detalles. Todo se había convertido en motivo de contienda: las flores, las servilletas y el color de los manteles; nada se salvaba de ser sometido a una discusión interminable que no contentaba a nadie.

Pero por alguna razón, Draco permaneció calmado durante todo aquello. Los detalles no le importaban tanto como casarse con la mujer que se había convertido en el amor de su vida. Si por él hubiese sido, se habrían fugado para casarse en secreto.

Después de la guerra (Draco & Astoria)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora