La agradable compañía de Ushijima durante los entrenamientos y después de estos, animaron a Tendou a pedirle que le acompañase de regreso a casa cada día; charlaban, reían, se conocían. Incluso Tendou convenció a su amigo de leer una de sus revistas favoritas, no solo se acompañaban en camino a su casa cada día, también inició un ritual en el cual Tendou le otorgaba una de sus flores a Ushijima.
—Oye papá.— el pelirrojo removía a su padre para que lo llevase a la escuela. El jueves era el único día donde Tendou se encargaba de despertarle si deseaba ir al instituto.
—¿Y ese milagro que quieres ir a la escuela? — A pesar de estar adormilado, su papá conseguía las fuerzas de ser un poco sarcástico con su hijo.
—Tengo una exposición.— Se quejó. Aunque realmente deseaba ir a ver a su compañero de clase.
—¿No dijiste que querías un justificante médico la vez pasada?
Tendou solo se movió a ver el suelo apenado, realmente era la primera vez que pedía ir a la escuela y su "mala excusa" no parecía ser creída por su padre, no iba a decirle de su nuevo amigo. No sabía decir por qué no le quería contar, solo sentía que era algo que debía mantener para sí mismo en ese momento.
No le molestaba que su hijo fuese al instituto, pero debía haber algo especial para desear ir. A pesar de preguntar nuevamente y no recibir una respuesta, cedió al interrogatorio. No sabía qué había hecho que Tendou decidiese ir al instituto, pero de solo ver sus reacciones sabía que no iba a conseguir nada de su hijo, o al menos no en ese instante.
—Pasó por ti a la salida .— le recordó. No quería que se fuese caminando, solo que esta vez Tendou dudó en asentir, quería que su padre lo recogiera, y a su vez deseaba regresar a casa con Ushijima, pero había más días para irse juntos ¿cierto?
—Sí.— dijo algo inseguro. Ver a Ushijima que iba llegando también, se bajó del auto cual relámpago sin despedirse de su papá como solía hacerlo.
Fue así que su padre comprendió lo que sucedía al ver a su hijo y al otro chico. Tendou, se notaba que le veía completamente alegre y emocionado, no había duda de las emociones del pelirrojo, mientras que Ushijima le veía con diferentes ojos, él reconocía aquella mirada de devoción, aprecio, cariño; del mismo modo veía a su esposa en aquellos años que estaban juntos, ¿ahora su hijo iba a experimentar la emoción del primer amor o el ojiverde iba a ser rechazado? Solo sabría todo en el momento que su hijo tuviese la confianza suficiente para decirle. Amaba poder verlo feliz nuevamente, parecía ser que apenas se estaba recuperando de la muerte de su madre.
[...]
—¿Qué haces?— veía curioso Ushijima a Tendou. El chico de florido cabello sacaba diversas hojas de colores; ahora pasaban algunos descansos juntos.
—Lo de siempre, un encargo de manualidades. — La cara de confusión de Ushijima fue evidente. Tendou aún no le había explicado que se encargaba de vender manualidades en línea; eran mayormente trabajos para propuestas de noviazgo, algunas cartulinas de exposiciones, entre otras cosas que requiriese trabajo manual.
Mientras que Tendou, tomaba aquello rutinario, para poder costearse sus suplementos, Wakatoshi le veía asombrado de lo hábil que era, ¿por eso era tan bueno en el voleibol? No podía reducir aquella asombrosa habilidad. Pasaron su descanso charlando y riendo, mientras que Wakatoshi le ayudaba en pocas cosas a Tendou sosteniendo un pedazo de papel, buscando algún color en especial entre sus materiales y demás tareas sencillas. Nada complicado.
—Gracias por ayudarme. — y junto a ese suave y dulce agradecimiento le fue entregada una pequeña flor. Ya era algo habitual ese intercambio recíproco entre ambos, esa flor era una muestra genuina de agradecimiento. No sabía usar bien sus palabras, aunque no era importante o relevante porque las acciones dicen más que las palabras.
[...]
—Oye, Ushijima.
—¿Tendou?— le vio confundido por aquel tono serio y sombrío que había utilizado. Sonaba como si algo no anduviese bien.
—Mi papá va a venir por mí, por lo que no nos podremos ir juntos.— tomó la mochila suya del hombro de Wakatoshi, ya que no tardaba mucho en llegar por él, por lo que debía caminar a la entrada, pero justo antes de llegar, se detuvo en seco.
Cortó dos de sus flores.
—T...Tendou...— tartamudeó el nombre del mencionado, a causa de no comprender por qué sus acciones. Con gusto recibió aquellas flores, pero Satori no debía disculparse por no poder acompañarle.
El celular de Tendou sonó, era su padre, ya estaba esperándolo. Ushijima le acompañó a la entrada para poder despedirse, pero Satori le veía algo nervioso, así que solo logró asentir en un suave gesto de despedida.
—¿Por qué no le dices a tu amigo que nos acompañe y lo dejamos en su casa?— No pudo saludar a su padre y al instante soltó aquella frase. El distraído chico, no había guardado las flores en su mochila, se había quedado apreciando estas mismas con tal delicadeza por unos momentos, siendo así que su padre las había notado en sus manos.
—¿No?— Tendou aún era tímido.
Ante la respuesta, el señor de negros cabellos no replicó y dejó simplemente que su hijo se subiese al auto sin más, Tendou estaba nervioso, ¿por qué? No era como que hubiese hecho algo malo, ¿o sí? No. Simplemente, era su ansiedad lo que no le dejaba pensar con claridad, ¿cierto?
Durante el camino, se la pasaron charlando, pues Tendou ansiaba por contarle lo bien que le había ido en aquel proyecto; Satori hablaba mucho y su padre escuchaba atentamente cada palabra que salía de la boca de su hijo. Incluso parecía más feliz de lo habitual.
—Y la otra semana, tendremos partido de práctica contra el Fukurodani. — Estaba completamente emocionado por el suceso, se llevaba bien con todos sus compañeros de equipo, en especial con Semi y Ushijima. Sobre todo con Ushijima, no solo que el chico iba en la misma aula de clases que él, ambos compartían ese lazo invisible que los unía, era una amistad distinta a la que tenía con Semi.
A su padre le preocupaba el partido de práctica, no iba a poder evitarlo, así que solo le recordó que no sobrepase sus límites, y si necesitaba llamarle por sentirse mal, que lo hiciera.
Al entrar en la casa, el pelirrojo, lo primero que hizo fue correr a tirarse en el sillón, estaba agotado, su padre al pasar, simplemente le sacudió el cabello.
—Lávate las manos, para que comas algo.
—No tengo hambre.
—Es tu favorito.
—¿Cuál?— Satori tenía muchos platillos favoritos, por lo que no sabía decir cuál era el que se refería. Muchas veces que aprendía a preparar a la perfección alguno, el pelirrojo decía que era su favorito, en el periodo de vacaciones casi cada semana había tenido un platillo favorito.
Su padre, para convencerle de comer algo, no le dijo cual era, para que descubriese por él mismo, y así fue, se topó con la sorpresa que eran dumplings. Ese era su platillo realmente favorito, lo comía seguido durante su niñez. Hermoso recuerdo. Triste recuerdo. Su infancia tenía un agrio sabor que le impedía tener recuerdos dulces.
—Hijo, ya quiero conocer a la chica que te da las flores.— habló la madre de Ushijima.
"¿Qué hace aquí?" La madre del chico trabajaba hasta tarde, no era normal verla por la tarde, por ello estaba un poco atónito ante la pregunta, ¿qué tanto había husmeado en sus cosas?
—Solo somos compañeros.— restó importancia al vínculo que estaba formándose.
La señora claramente no estaba completamente convencida de la respuesta, ya que entre las cosas de su hijo había visto una que otra flor. Wakatoshi, no todas las había consumido por deseo de atesorar el momento.
¿Había hecho mal?
Notas:
Oli a los nuebos lectomres ♡ grasias a los que dan apoyo, me animo a escrimbir. Disculpen los caps cort0s pero es más fácil eskribir así (para mí).
Psdt: pronto estará en AO3 esta historia c:Actualización: corrección de errores ortográficos/sintaxis
ESTÁS LEYENDO
Mi Cerezo {Ushiten [AU] [Haikyuu] [Gardenverse] }
FanfictionHistoria completada. A partir del capítulo 13 "son extras," me niego a terminar mi fanfic que más me ha divertido escribir. Tenía 13 años, cuando los primeros brotes de flor de cerezo crecían en las puntas del rojizo cabello de Satori Tendou. No se...