Habían pasado dos semanas completas en las cuales, Satori no le había pedido ayuda a su padre con los brotes, ramitas o flores en exceso. Era lindo ver cómo es que su hijo había encontrado a alguien que le ayudase con esa tarea casi diaria; tener esa confianza en alguien era un vínculo devoto.
En el trayecto a casa de Tendou, el padre del chico les hacía conversación más que nada sobre el partido, los juegos, la práctica, entre otros temas triviales. Trataba de no tocar mucho el tema escolar; sabía que era suficiente estrés y que el voleibol era su modo de relajarse, sin contar que llegando a casa tenían que comenzar a "hacer deberes" del día siguiente.
Ante esa casual y ligera charla, Ushijima, sentía que el padre de Tendou era un señor realmente agradable y cálido. Extrañaba a su padre; sus padres se habían divorciado hace unos años por conflictos e intereses personales. A causa de ello vivía con su madre, quien era una persona un tanto "fría" y ajena a los intereses de su hijo. Quería obligarlo a entrar en una de las mejores universidades de medicina de Tokio; según ella, era absurdo que jugase voleibol.
[...]
Wakatoshi, veía con asombro la habitación de Tendou. Contaba con diversos pósteres de anime, colección de figuras, colecciones de mangas, e incluso un tomo edición especial de Jujutsu Kaisen.
—¡Mira!— Tendou entregaba aquella revista de la que tanto le había hablado a Ushijima. De este modo Satori había comenzado a explicarle todo acerca de su manga favorito, las distintas obras del mismo mangaka, y muchas cosas más. Wakatoshi era un poco ajeno al manga a pesar de ser sumamente común, pero escuchaba con atención al pelirrojo hablar y hablar.
El dulce sonido de la voz de Tendou era lo que necesitaba, escuchaba cada palabra con esa atención que ponía en clases. Incluso parecía prestar más atención de lo habitual.
—Suena interesante.— logró decir después. Había pasado quizá media hora, pero para Ushijima habían sido solo cinco minutos de charla. —¿Luego me lo puedes prestar?
La mirada de Satori se iluminó. Que alguien leyese uno de sus mangas favoritos era como un sueño; y que Wakatoshi haya mostrado ese interés hizo que en ese momento se animase más a hablar de este mismo. Incluso le dio el primer tomo por si quería comenzar a leerlo en ese instante.
—Lo leeré en mi casa, ahorita quiero pasar el rato contigo.— guardó el tomo en la mochila. Quería proponerle a Tendou ver alguna película, pero el pelirrojo se adelantó, ya había encendido la televisión y con ello la consola de videojuegos.
Se decidieron por uno multijugador competitivo. Las horas comenzaron a correr, una tras otra, como si no tuviesen que ir al instituto al día siguiente; y cuando menos pensaron ya eran las 11 de la noche. Ninguno de los dos había notado lo tarde que era, hasta que Ushijima por su parte, había comenzado a tener algo de sueño; se dejó caer en la cama. Ambos estaban sentados en esta, ya que la televisión estaba frente a ellos.
—Hace mucho no jugaba.— confesó Tendou.
—Es la primera vez que juego en una consola.
—¡¿En serio?! Creí que todos tenían una.
—No, a mi madre no le gusta que me distraiga, dice que la escuela es mi prioridad.— ambos chicos se encontraban viendo al techo. Tendou balanceando sus piernas de un lado a otro, era inquieto y ansioso.
—Igual y puedes venir cuando quieras a jugar a mi casa. — volteó a ver al contrario. En cuanto Ushijima sintió esa dulce mirada sobre él, se volteó a verlo. Era demasiado lindo sonriendo.
—Será divertido venir seguido a jugar.— Un poco inconsciente, Ushijima, pasó la mano por los cabellos de Tendou. Ese suave tacto le daba un ligero cosquilleo a Satori, era agradable, pero le daba algo de nervios sentirle tan cerca.
—Si quieres toma una, no te he dado hoy. — Ushijima, ante la afirmación de Tendou, se sentó en la cama para poder cortar una de las flores con mayor sencillez. Era la primera vez que cortase alguna, estaba nervioso.
—No sé hacerlo.— confesó al ver la ligera mueca de dolor de Tendou. No quería lastimarle; si bien la familia de Ushijima eran en su mayoría floricultores, no había aprendido aún a hacerlo. No había tenido la necesidad de hacerlo hasta ahora.
—Deja te ayudo.— Tendou se acomodó sentándose al lado de él y tomó las manos contrarias indicando el cómo debía moverlas. Ese ligero roce de manos, hizo que un suave rosa se pintara sobre las mejillas de Ushijima, gracias a la suave luz de la lámpara de noche, no había sido algo muy notorio. —Así de fácil es.— dijo alegre.
Era impresionante lo íntimo del momento, y a su vez la inocencia de ellos: ambos se veían con ese aprecio, devoción y cariño; recorriendo con la mirada las facciones ligeramente visibles por la poca luz. Tendou desconocía los sentimientos que estaba generando hacia Ushijima, fielmente creía que era su amigo.
—¿En serio te gusta el sabor?— la suave voz interrumpió el silencio.
—Me saben dulces.— Tendou le parecía difícil de creer que estas tuviesen ese sabor. De igual modo, influía el hecho de ser diferentes; Wakatoshi era un come flores, por lo que su organismo estaba adecuado para poder ingerir, y absorber los nutrientes que estas le podían otorgar.
El vínculo entre ambos chicos no solo se había vuelto tan repentino, se había vuelto especial para ambos y más para el chico de verdes ojos. Solo deseaba ser correspondido, deseaba poder algún día estar al lado de Tendou de la misma manera que esa misma noche, pero con connotaciones románticas.
notita:
Perdón por lo corto jsjs, si agregaba más cosas perdía la "intensidad."(a mi gusto)
- Igual escribo esto como método de distracción.
- si hay algún error ortográfico/tipográfico/redacción, me avisan
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Mi Cerezo {Ushiten [AU] [Haikyuu] [Gardenverse] }
FanfictionHistoria completada. A partir del capítulo 13 "son extras," me niego a terminar mi fanfic que más me ha divertido escribir. Tenía 13 años, cuando los primeros brotes de flor de cerezo crecían en las puntas del rojizo cabello de Satori Tendou. No se...