Él bad boy se enamora de tí.|Jungkook|

13.Empezar

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Estaba en mi casa tranquila mientras escuchaba música y jugaba con mi gato hasta que mi celular empezó a sonar.

Tomé mi celular y vi que era Jungkook,preguntándome cuando nos ibamos a reunir para el trabajo de matemáticas. Yo le respondí que si podía ser el viernes; en eso me responde que "dale".

Me acosté en mi cama con el celular en mi pecho mirando el techo, pensando el encuentro del viernes. Lo que no sabía si iba a ser en mi casa o en la suya.

¿Qué raro que ya quería empezar el trabajo? Me pregunté, o tal vez como dijo él que no quería perder su reputación. Pero... ¿Y si era por otra cosa?.

Buscaba las respuestas a través de mi mente. Pero no se me ocurría nada de respuesta. Miré hacia la izquierda donde estaba el dibujo que había dibujado de su cara.

¿Por qué lo tenía pegado en mi habitación?

Me quedé pensando pero en eso escucho a mi madre llamarme;

─ Hija, ya está la cena.

Solté un suspiro cansado.

─ Voy.

Me levanté y baje las escaleras hacia la cocina para luego ayudar a mi madre a preparar la mesa.

Cuando terminé me senté con ella y empezamos a comer.

─ Hija, ¿y como te va en la escuela? ─ preguntó mientras me miraba.

Levanté la vista y me quedé pensando.

─ Pues, bien ma.

─ ¿Segura? No suenas muy segura que digamos.

─ Te dije que todo va bien ─ respondí mirando mi plato.

Se encogió de hombros y el silencio volvió a reinar en el comedor.

Cuando terminé mi plato lo lleve al lavabo de la cocina para luego irme a subir a mi habitación.

Entré a mi habitación una vez ya a verme cepillado los dientes y ponerme la pijama.

Leo se subió en mi cama y le hice un lado, a pagué la luz y me acurruqué en ella, el pequeño se me acerco y se me acurruco a mi lado. Cerré los ojos y me dormí profundamente.

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Las horas habían pasado rápidamente que ni me daba cuenta que hora era, ni me celular había sonado. Me desperté a sentir unas lamidas en mi cara, al ver a Leo despertandome sonreí contenta, me levanté y me estiré.

Los rayos de sol entraban por la ventana, el cielo completamente celeste, me froto los ojos y tomó mi teléfono. Puse los ojos como plato al ver que eran las 9 de la mañana me puse los anteojos y sali corriendo como una loca y baje las escaleras rápido.

Hasta ver a mi madre tranquila en el sofá.
Como podía estarlo si ni siquiera fuí a clases.

─ ¡Mamá! ¿Por qué no me despertaste? Me perdí todas las clases ─ dije enojada.

Ella solamente se río.

─ No es nada gracioso.

─ Si que eres tonta, ¿no te acuerdas? ─ se dió la vuelta para verme ─ hoy ni mañana hay clases.

Me quedé en shock, y comencé a recordar. Pase mis manos por mi cara avergonzada.
¿Cómo podía olvidarlo?

─ Cielos ─ murmuré.

Me fui al baño suspirando, para lavarme el rostro.

Me miré por el espejo, tenía el pelo desordenado. Así que tomé el peine y empecé a desenredar cada mechón con delicadeza.

Más tarde me cambié, me puse mi suéter favorito y fuí a la cocina a preparme en un plato leche con cereales y comencé a comer.

13 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑡𝑎𝑟𝑑𝑒.

Caminaba por la vereda, disfrutando del hermoso cielo celeste y despejado. Me encantaba dar paseos, así no estaba tanto con el teléfono. El clima era perfecto, era uno de los días más hermosos, bueno tal vez para mi.

Pasaba por un camino lleno de flores y plantas, me senté en un banco frente al río.

Éste era uno de mis lugares favoritos, aparte de la playa. Era mi lugar de relajación y me encantaba y mucho.

2:34 𝑃𝑚 𝑝𝑎𝑠𝑒𝑎𝑛𝑑𝑜.

Caminaba de nuevo, el viento acariciaba mi piel. Como siempre lo hacía.

Seguí caminando hasta llegar a la esquina, crucé mirando de un lado al otro: éste lugar nunca lo había visto pero había casas muy bonitas. Todo iba bien hasta que veo a un chico del otro lado se me hacía muy conocido me escondí detrás de un auto para verlo mejor.

Parecía que estaba discutiendo en la puerta desde afuera de su casa, pero luego siguió de largo como si nada, al verlo mejor me di cuenta de que se trataba de....

Jungkook.

¿Él vivía en esa casa enorme? No lo podía creer, pero ¿por que estaba discutiendo? esa pregunta daba vueltas por mi cabeza sin repuesta alguna, una vez que dobló salí de mi escondite y seguí mi camino.