capitulo 7

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El sol empezaba a iluminar la mansión Jeon, pero para algunos, la noche había sido un tormento

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El sol empezaba a iluminar la mansión Jeon, pero para algunos, la noche había sido un tormento.
Jungkook, consumido por la culpa, no había podido dormir bien. A pesar de ser fuerte y mantener las apariencias, el eco de los llantos de Taehyung lo había atormentado durante horas. Sabía que con Eunji en la mansión, el castigo que Taehyung podría recibir de su padre sería aún más severo. Aunque odiaba haber tenido que encerrarlo, sentía que era la única opción en ese momento. Sin embargo, no podía soportarlo más.

Antes de que el resto de la casa despertara, Jungkook se levantó apresurado, se cambió y salió corriendo hacia las celdas. Su corazón latía con fuerza, esperando que Taehyung estuviera bien.

Al llegar, lo encontró dormido, pero lo que más le impactó fue ver a su viejo peluche, el mismo que él le había regalado cuando eran niños, entre sus manos. Ese simple objeto trajo de vuelta un torrente de recuerdos de su infancia, haciéndolo dudar aún más de sus acciones.

Jungkook se acercó y, con una mezcla de ternura y preocupación, acarició el rostro de Taehyung. Sintió su piel ardiendo al tacto. El pánico se apoderó de él.

—Taehyung, despierta —susurró, tratando de moverlo con cuidado.

Taehyung intentó abrir los ojos, pero su cuerpo no respondía. Jungkook, asustado, lo levantó en brazos con urgencia y corrió hacia el sótano. Entró de golpe, asustando a Haerin y Jin, quienes estaban preparándose para empezar su jornada.

—¿Qué le pasó a mi niño? —preguntó Haerin, aterrada al ver a su hijo en ese estado.

—No lo sé, tiene fiebre, está ardiendo —respondió Jungkook, desesperado,acostó a Taehyung en su cama,mientras intentaba quitarle la camisa a Taehyung para darle algo de alivio.

Pero Jin lo detuvo firmemente.

—No, joven Jungkook, yo lo haré. Usted puede retirarse. Nos encargaremos de él —dijo Jin con un tono serio y decidido.

Jungkook retrocedió, con el corazón en un puño, viendo a Taehyung en esa cama, tan frágil. Quería hacer algo, pero sabía que en ese momento no era bienvenido.

Haerin le quitó con cuidado la camisa a Taehyung, mientras él, con las pocas fuerzas que le quedaban, abrió los ojos. Al ver a su madre, las lágrimas comenzaron a correr por su rostro.

—Ya, mi niño, no llores. ¿Te duele algo? —preguntó Haerin con suavidad, abrazándolo para calmarlo.

—Tengo mucho frío, mamá, y me duele todo el cuerpo —respondió Taehyung, apenas en un susurro, con la voz quebrada.

—Pronto pasará, mi amor —dijo la omega, acariciando con ternura el rostro de su hijo, tratando de transmitirle algo de consuelo.

—Jin, ve por una fuente de agua. Tenemos que bajarle la fiebre —ordenó Haerin, sin apartar la vista de Taehyung.

ENTRE CADENAS Y CORONAS 👑 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora