capitulo 20

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La mañana avanzaba tranquila en la mansión, con Jin y Soobin terminando de preparar la comida mientras Tae organizaba la mesa

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La mañana avanzaba tranquila en la mansión, con Jin y Soobin terminando de preparar la comida mientras Tae organizaba la mesa.

Daehyun, como de costumbre, seguía a su padre por todas partes, haciendo travesuras mientras intentaba ayudar.

—Tae, será mejor que lleves a Daehyun al sótano. Los jóvenes llegarán pronto —sugirió Soobin.

Tae asintió, pero cuando intentó levantar a su hijo, el pequeño salió corriendo alrededor de la mesa,
cruzando sus brazos bajo la mesa en señal de rebeldía.

—Quiero quedar aquí —dijo Daehyun con un tono decidido.

—Daehyun, contaré hasta tres. Si no sales de ahí, mañana te quedarás todo el día sin jugar —advirtió Tae con seriedad.

El niño, testarudo, se giró aún con los brazos cruzados y un ceño fruncido, claramente no dispuesto a ceder.

—Dios mío, qué carácter —comentó Jin entre risas.

—Voy a empezar a contar: uno... dos... —comenzó Tae, mientras el niño seguía firme bajo la mesa, sin intención de moverse.

—Dos y medio... tres. Listo, mañana estarás todo el día en cama —dijo Tae, acercándose para sacarlo de debajo de la mesa.

Daehyun empezó a llorar, pataleando mientras Tae lo alzaba en brazos.

—¡Ayuda, tío Jin! ¡Papi malo me lleva! —gritaba Daehyun entre lágrimas, intentando que su tío lo rescatara.

Tae intentó mantener una expresión seria, pero una risa se escapó de sus labios, lo que provocó que Jin y Soobin también estallaran en carcajadas por lo dicho del pequeño alfa travieso.

La escena, aunque caótica, estaba llena de cariño y amor, una pequeña distracción antes de la inevitable llegada de Jungkook y los otros Alfas.

En el sótano, Tae se sentó junto a Daehyun, secando con delicadeza las lágrimas que rodaban por las mejillas del pequeño.

—Ya no llores, los niños fuertes como tú no hacen eso —susurró Tae con cariño, tratando de calmar a su hijo—. Escúchame, bebé, papi tiene que trabajar. ¿Puedes esperarme aquí? Y recuerda, si necesitas algo, no llores, toca esto —añadió, dándole una pequeña campanilla.

Daehyun, al verla, la tomó con entusiasmo y comenzó a hacerla sonar.

—Mía, papi —dijo con una sonrisa.

—Sí, es tuya, pero solo debes hacerla sonar cuando te aburras o cuando quieras algo, ¿bueno? —respondió Tae mientras limpiaba el rostro del niño.

—Sí, papi. No debo hacer ruido o el señor malo me llevará lejos —contestó Daehyun con temor en su voz.

Tae sintió un dolor profundo al escuchar eso. Acarició la cabeza de su hijo con suavidad.

ENTRE CADENAS Y CORONAS 👑 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora